Alliance apostó varias veces a perdedor.
Y perdió US$ 7.900 millones

Alliance Capital Management, 8° fondo de inversiones en el mundo, administra casi US$ 390.000 millones. Pero una sospechosa serie de errores hace perder 7.900 millones, pone en crisis sus mecanismos internos y cuestiona la ética del negocio.

30 agosto, 2002

La firma cuenta con 2.440 clientes institucionales y opera fondos jubilatorios
de empleados de varios estados y compañías como Ford Motor,
Pfizer, etc. También maneja fideicomisos universitarios y 330
fondos mutuales dentro o fuera de EE.UU.

Las cosas empezaron a ponerse feas hace unos diez meses, cuando Enron
despidió al director financiero, Andrew Fastow, por haber ocultado grandes
pérdidas, vía sociedades cautivas creadas por él mismo
para adulterar balances. Esto casi infarta a Trent Webster, gerente de colocaciones
en la junta administradora de Florida: el estado tenía 5.500.000 acciones
Enron, administradas por Alliance.

Webster llamó a Daniel Nordby, vicepresidente de Alliance, y
le preguntó por qué había seguido comprando papeles de
Enron. Nordby admitió que se habían equivocado feo y Webster
le dijo al gobernador Jeb Bush: “Alliance pisó una mina”. Pero,
en vez de evitar otras, Alfred Harrison -CEO adjunto y jefe del equipo dedicado
a papeles de alta capitalización, tan luego- compró otros dos
millones de acciones Enron… para el fondo jubilatorio estadual de Florida.
Esto ocurría en noviembre de 2001, mientras todos sabían que la
compañía tejana se derrumbaba sin remedio.

Al momento de entrar Enron en bancarrota, 2 de diciembre, el fondo floritano
-cuyos activos sumaban US$ 126.000 millones en aportes de 800.000 empleados
y jubilados- había perdido 282 millones en cuatro semanas. Los genios
de Alliance, que habían comenzado tomando acciones Enron
a US$ 79 cada una (noviembre de 2000), vendieron todas las tenencias (7.600.000
papeles) a 0,28 por acción… el 30 de noviembre de 2001.

“Es la especulación más grosera que conozco. ¿Qué
llevó a Alliance a seguir comprando papeles de una empresa que
se venía abajo a la vista de todos? ¿por qué nadie reaccionó?”
Así comentaba, a la agencia Bloomberg´s, Thomas Hendon, director
ejecutivo de la junta administradora floritana, hasta su reciente retiro. Curiosamente,
el despacho donde figuran estos comentarios fue eliminado de la página
Web 90 minutos después de subido.

Ambos interrogantes también han sido formulados por la Securities
& Exchange Commission
a Alliance y a altos funcionarios de Florida.
Recién varios meses después del descalabro, empiezan a revelarse
estos aspectos laterales del caso Enron, a su vez fuentes de demandas
y litigios cruzados. Pero el problema para la administradora de fondos abarca,
además, pésimos negocios con acciones de WorldCom, Qwest,
Tyco, Dynegy y otras firmas en aprietos.

Alliance continuó apostando sistemáticamente a perdedor,
en una inexplicable ola de compras. Por ejemplo, en abril era ya la mayor tenedora
de acciones WorldCom y Qwest Communications Internacional. La
primera pediría concurso el 20 de julio, tras descubrirse un fraude contable
por US$ 7.180 millones en 1999-01. Pero los líos de ambas firmas estaban
ya en los medios desde febrero. Qwest, a la sazón, reveló
el 28 de julio asientos contables incorrectos por US$ 1.160 millones, durante
el mismo lapso que WorldCom.

La firma cuenta con 2.440 clientes institucionales y opera fondos jubilatorios
de empleados de varios estados y compañías como Ford Motor,
Pfizer, etc. También maneja fideicomisos universitarios y 330
fondos mutuales dentro o fuera de EE.UU.

Las cosas empezaron a ponerse feas hace unos diez meses, cuando Enron
despidió al director financiero, Andrew Fastow, por haber ocultado grandes
pérdidas, vía sociedades cautivas creadas por él mismo
para adulterar balances. Esto casi infarta a Trent Webster, gerente de colocaciones
en la junta administradora de Florida: el estado tenía 5.500.000 acciones
Enron, administradas por Alliance.

Webster llamó a Daniel Nordby, vicepresidente de Alliance, y
le preguntó por qué había seguido comprando papeles de
Enron. Nordby admitió que se habían equivocado feo y Webster
le dijo al gobernador Jeb Bush: “Alliance pisó una mina”. Pero,
en vez de evitar otras, Alfred Harrison -CEO adjunto y jefe del equipo dedicado
a papeles de alta capitalización, tan luego- compró otros dos
millones de acciones Enron… para el fondo jubilatorio estadual de Florida.
Esto ocurría en noviembre de 2001, mientras todos sabían que la
compañía tejana se derrumbaba sin remedio.

Al momento de entrar Enron en bancarrota, 2 de diciembre, el fondo floritano
-cuyos activos sumaban US$ 126.000 millones en aportes de 800.000 empleados
y jubilados- había perdido 282 millones en cuatro semanas. Los genios
de Alliance, que habían comenzado tomando acciones Enron
a US$ 79 cada una (noviembre de 2000), vendieron todas las tenencias (7.600.000
papeles) a 0,28 por acción… el 30 de noviembre de 2001.

“Es la especulación más grosera que conozco. ¿Qué
llevó a Alliance a seguir comprando papeles de una empresa que
se venía abajo a la vista de todos? ¿por qué nadie reaccionó?”
Así comentaba, a la agencia Bloomberg´s, Thomas Hendon, director
ejecutivo de la junta administradora floritana, hasta su reciente retiro. Curiosamente,
el despacho donde figuran estos comentarios fue eliminado de la página
Web 90 minutos después de subido.

Ambos interrogantes también han sido formulados por la Securities
& Exchange Commission
a Alliance y a altos funcionarios de Florida.
Recién varios meses después del descalabro, empiezan a revelarse
estos aspectos laterales del caso Enron, a su vez fuentes de demandas
y litigios cruzados. Pero el problema para la administradora de fondos abarca,
además, pésimos negocios con acciones de WorldCom, Qwest,
Tyco, Dynegy y otras firmas en aprietos.

Alliance continuó apostando sistemáticamente a perdedor,
en una inexplicable ola de compras. Por ejemplo, en abril era ya la mayor tenedora
de acciones WorldCom y Qwest Communications Internacional. La
primera pediría concurso el 20 de julio, tras descubrirse un fraude contable
por US$ 7.180 millones en 1999-01. Pero los líos de ambas firmas estaban
ya en los medios desde febrero. Qwest, a la sazón, reveló
el 28 de julio asientos contables incorrectos por US$ 1.160 millones, durante
el mismo lapso que WorldCom.

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