Airbus A380: una criatura quizá demasiado grande

A raíz de las turbulencias que crea su tamaño, el nuevo gigante del aire afronta restricciones y normas más severas. Tras problemas de fabricación y ensayos, el A380 tendrá problemas operativos. Así dicen en Estados Unidos y Canadá.

14 junio, 2006

Básicamente, las limitaciones tratarán de proteger a aviones que vuelen cerca de los A380. Durante una reunión, hace pocos días en Montreal, reguladores internacionales y técnicos en aerodinámica no pudieron llegar a acuerdo en cuanto a los riesgos de seguridad asociados al avión y su enorme potencia de despegue.

Un grupo, donde había representantes de EE.UU. y la Unión Europea, no logró limar asperezas en torno de garantías para asegurar que la turbulencias (despegue, navegación, aterrizaje) no perjudicarán a otras naves. En ciertas circunstancias, sostienen los norteamericanos, podrían hacer perder el control de aviones grandes. “Sin pautas fijas, las normas provisionales en vigencia –por ejemplo, mantener el doble de la distancia normal cuando se navega detrás del nuevo Airbus- podrían seguir válidas hasta 2007”, señalan.

Salvo un acuerdo de último momento, varios especialistas temen que al avión comercial más grande del mundo entre en servicio con pautas de distancia bastante más restrictivas que las del resto. Airbus ha prometido que se adaptaría sin problemas a las normas existentes, vigentes desde los tiempos del Boeing 747 (el modelo más voluminoso hasta el A389). Airbus es una compañía cuyo 80% está en manos de European Aeronatic Defense & Space (estatal) y el resto en las de la británica BAE Systems.

Básicamente, las limitaciones tratarán de proteger a aviones que vuelen cerca de los A380. Durante una reunión, hace pocos días en Montreal, reguladores internacionales y técnicos en aerodinámica no pudieron llegar a acuerdo en cuanto a los riesgos de seguridad asociados al avión y su enorme potencia de despegue.

Un grupo, donde había representantes de EE.UU. y la Unión Europea, no logró limar asperezas en torno de garantías para asegurar que la turbulencias (despegue, navegación, aterrizaje) no perjudicarán a otras naves. En ciertas circunstancias, sostienen los norteamericanos, podrían hacer perder el control de aviones grandes. “Sin pautas fijas, las normas provisionales en vigencia –por ejemplo, mantener el doble de la distancia normal cuando se navega detrás del nuevo Airbus- podrían seguir válidas hasta 2007”, señalan.

Salvo un acuerdo de último momento, varios especialistas temen que al avión comercial más grande del mundo entre en servicio con pautas de distancia bastante más restrictivas que las del resto. Airbus ha prometido que se adaptaría sin problemas a las normas existentes, vigentes desde los tiempos del Boeing 747 (el modelo más voluminoso hasta el A389). Airbus es una compañía cuyo 80% está en manos de European Aeronatic Defense & Space (estatal) y el resto en las de la británica BAE Systems.

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