Aerolíneas: impasse por la crisis política

El gobierno español espera que, tras la renuncia del ministro Gallo, la Argentina designe un nuevo interlocutor. Mientras tanto, representantes de los trabajadores negocian en España.

6 octubre, 2000

(EFE).- La crisis en el gobierno argentino ha retrasado las conversaciones que iban a mantener en Madrid autoridades de ese país con representantes de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) de España para buscar una salida a la situación de Aerolíneas Argentinas.

La Sepi controla 85% de la compañía de bandera argentina, que pasa por una grave crisis debido a deudas de más de US$ 900 millones y pérdidas de US$ 240 millones en 1999.

Fuentes de la Sepi indicaron que esperaban hoy (viernes 6) la visita del hasta ayer ministro de Infraestructura argentino, Nicolás Gallo, quien iba a entrevistar al presidente de la sociedad española, Pedro Ferreras, para negociar las medidas oportunas destinadas a sanear financieramente la empresa aérea.

“Tras la renuncia del ministro al cargo, estamos a la espera de tener un nuevo interlocutor para buscar conjuntamente soluciones a la situación” de Aerolíneas, señalaron.

El Estado argentino conserva una participación de 5% en Aerolíneas, sin derecho a voto, mientras otro 10% está en manos de los trabajadores.

La compañía aérea, que fue privatizada en 1991, está pendiente de que sus accionistas aprueben un plan de salvamento impulsado por la Sepi y que comprende una capitalización de unos US$ 650 millones y medidas laborales y comerciales.

Tras los cambios introducidos por De la Rúa en su gabinete, el Ministerio de Infraestructura y Vivienda, que estaba a cargo de Gallo, será fusionado con la cartera de Economía, lo cual supone que su titular, José Luis Machinea, asumirá el papel de interlocutor del Gobierno para Aerolíneas Argentinas.

No obstante, representantes de los sindicatos se encuentran en Madrid negociando con la dirección de la empresa y la Sepi.

Fuentes del sindicato que representa a los pilotos dijeron que la salida de Gallo no tiene por qué complicar el panorama para hallar una solución a la crisis de Aerolíneas.

Asimismo, un portavoz del sindicato del personal técnico sostuvo que las negociaciones pueden complicarse si Machinea decide enfocar el asunto “en términos económicos y no políticos, como hacía Gallo”, y no preocuparse por el futuro de los 8.000 trabajadores de la empresa.

El plan para solucionar la situación de la aerolínea debe ser aprobado por una asamblea de accionistas que ha sido postergada dos veces y ahora está prevista para el 15 de octubre próximo, en Buenos Aires.

El plan de la Sepi propone bajar los costos mediante la reducción de los salarios hasta 20%, jubilaciones voluntarias, bajas incentivadas y nuevos convenios laborales, pero el programa no ha logrado el apoyo de todos los sindicatos de la empresa.

Representantes del gobierno argentino han manifestado en varias oportunidades que no aceptarán un plan que suponga despidos de personal y que las reducciones de salarios deben ser discutidas con los trabajadores.

Según portavoces de la Sepi, dos de los sindicatos de Aerolíneas Argentinas han aceptado el plan y un tercero, el de los pilotos, dio su aprobación al proyecto aunque con reformas.

Los sindicatos disidentes (el personal de a bordo, de mantenimiento técnico en tierra y de la administración), que representan a unos 3.600 trabajadores, tienen un plan alternativo, al que denominaron Restaurar, que supone que la Sepi se desprenda de la empresa para dar entrada a otro operador.

Entre las empresas que ya han contactado y que se mostraron interesadas, los sindicatos mencionaron a Delta Airlines, Lufthansa, Air France y Malaysia Airlines.

La capitalización prevista por la Sepi supone, además, que el Estado argentino aporte US$ 32,5 millones para el rescate de la aerolínea de bandera.

En Aerolíneas Argentinas también tienen una participación la compañía estadounidense América Airlines y bancos de inversión internacionales.

(EFE).- La crisis en el gobierno argentino ha retrasado las conversaciones que iban a mantener en Madrid autoridades de ese país con representantes de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) de España para buscar una salida a la situación de Aerolíneas Argentinas.

La Sepi controla 85% de la compañía de bandera argentina, que pasa por una grave crisis debido a deudas de más de US$ 900 millones y pérdidas de US$ 240 millones en 1999.

Fuentes de la Sepi indicaron que esperaban hoy (viernes 6) la visita del hasta ayer ministro de Infraestructura argentino, Nicolás Gallo, quien iba a entrevistar al presidente de la sociedad española, Pedro Ferreras, para negociar las medidas oportunas destinadas a sanear financieramente la empresa aérea.

“Tras la renuncia del ministro al cargo, estamos a la espera de tener un nuevo interlocutor para buscar conjuntamente soluciones a la situación” de Aerolíneas, señalaron.

El Estado argentino conserva una participación de 5% en Aerolíneas, sin derecho a voto, mientras otro 10% está en manos de los trabajadores.

La compañía aérea, que fue privatizada en 1991, está pendiente de que sus accionistas aprueben un plan de salvamento impulsado por la Sepi y que comprende una capitalización de unos US$ 650 millones y medidas laborales y comerciales.

Tras los cambios introducidos por De la Rúa en su gabinete, el Ministerio de Infraestructura y Vivienda, que estaba a cargo de Gallo, será fusionado con la cartera de Economía, lo cual supone que su titular, José Luis Machinea, asumirá el papel de interlocutor del Gobierno para Aerolíneas Argentinas.

No obstante, representantes de los sindicatos se encuentran en Madrid negociando con la dirección de la empresa y la Sepi.

Fuentes del sindicato que representa a los pilotos dijeron que la salida de Gallo no tiene por qué complicar el panorama para hallar una solución a la crisis de Aerolíneas.

Asimismo, un portavoz del sindicato del personal técnico sostuvo que las negociaciones pueden complicarse si Machinea decide enfocar el asunto “en términos económicos y no políticos, como hacía Gallo”, y no preocuparse por el futuro de los 8.000 trabajadores de la empresa.

El plan para solucionar la situación de la aerolínea debe ser aprobado por una asamblea de accionistas que ha sido postergada dos veces y ahora está prevista para el 15 de octubre próximo, en Buenos Aires.

El plan de la Sepi propone bajar los costos mediante la reducción de los salarios hasta 20%, jubilaciones voluntarias, bajas incentivadas y nuevos convenios laborales, pero el programa no ha logrado el apoyo de todos los sindicatos de la empresa.

Representantes del gobierno argentino han manifestado en varias oportunidades que no aceptarán un plan que suponga despidos de personal y que las reducciones de salarios deben ser discutidas con los trabajadores.

Según portavoces de la Sepi, dos de los sindicatos de Aerolíneas Argentinas han aceptado el plan y un tercero, el de los pilotos, dio su aprobación al proyecto aunque con reformas.

Los sindicatos disidentes (el personal de a bordo, de mantenimiento técnico en tierra y de la administración), que representan a unos 3.600 trabajadores, tienen un plan alternativo, al que denominaron Restaurar, que supone que la Sepi se desprenda de la empresa para dar entrada a otro operador.

Entre las empresas que ya han contactado y que se mostraron interesadas, los sindicatos mencionaron a Delta Airlines, Lufthansa, Air France y Malaysia Airlines.

La capitalización prevista por la Sepi supone, además, que el Estado argentino aporte US$ 32,5 millones para el rescate de la aerolínea de bandera.

En Aerolíneas Argentinas también tienen una participación la compañía estadounidense América Airlines y bancos de inversión internacionales.

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