A Molinos le preocupa la recesión
Si bien contabilizó ganancias, la empresa controlada por el grupo Perez Companc consideró que hay que tomar con cautela el resto del año debido a la recesión y la deflación de los precios en el sector alimentario.
11 septiembre, 2000
Molinos Río de la Plata no abandonó su optimismo, pero no dejó de advertir que la recesión, la deflación de precios y la presión de los supermercados son los elementos que juegan a la hora de evaluar la fuerte caída en las ventas del sector de consumo masivo.
En este sentido, Molinos explicó que para mantener los niveles de competitividad , las empresas deben apelar a rebajas de precios extremas y a encarar procesos de reestructuración comercial que posibiliten afrontar el nuevo escenario.
La observación sobre los supermercados no es casual. Como proveedor, Molinos ha visto como la concentración y el crecimiento de las grandes cadenas generó un desnivel en la capacidad de negociación de los proveedores, que deben asimilar los términos que imponen los supermercados si quieren seguir vendiendo.
Molinos ganó US$ 11 millones durante este semestre. Una cifra significativa si se tiene en cuenta que en el mismo periodo pero del año 1999, registró pérdidas por un valor de US$ 47 millones.
Estos resultados, explicaron sus voceros, responde justamente a la reestructuración y saneamiento al que fue sometida la empresa el año pasado, cuando Perez Companc se hizo cargo del timón.
Molinos Río de la Plata no abandonó su optimismo, pero no dejó de advertir que la recesión, la deflación de precios y la presión de los supermercados son los elementos que juegan a la hora de evaluar la fuerte caída en las ventas del sector de consumo masivo.
En este sentido, Molinos explicó que para mantener los niveles de competitividad , las empresas deben apelar a rebajas de precios extremas y a encarar procesos de reestructuración comercial que posibiliten afrontar el nuevo escenario.
La observación sobre los supermercados no es casual. Como proveedor, Molinos ha visto como la concentración y el crecimiento de las grandes cadenas generó un desnivel en la capacidad de negociación de los proveedores, que deben asimilar los términos que imponen los supermercados si quieren seguir vendiendo.
Molinos ganó US$ 11 millones durante este semestre. Una cifra significativa si se tiene en cuenta que en el mismo periodo pero del año 1999, registró pérdidas por un valor de US$ 47 millones.
Estos resultados, explicaron sus voceros, responde justamente a la reestructuración y saneamiento al que fue sometida la empresa el año pasado, cuando Perez Companc se hizo cargo del timón.