viernes, 13 de diciembre de 2024

Yukos: el gobierno de Putin acelerará la malventa

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Moscú proyecta una venta tan veloz como desventajosa de los activos básicos que componen al grupo Yukos-Yugan. Se habla de apenas US$ 10.400 millones. Vale decir, menos que dos tercios del valor en mercado.

La movida forma parte de una campaña políticamente motivada, que acabará con Yukos como el mayor productor petrolero de Rusia. De paso, disminuirá drásticamente el valor residual de la compañía. Al trascender estas intenciones, la acción del grupo cayó casi 8% en la bolsa moscovita.

El ministerio de justicia se manifestó el jueves “insatisfecho con los esfuerzos de la empresa para afrontar crecientes obligaciones tributarias”. Su volumen alcanza ya US$ 8.500 millones pero, como señalan observadores en Londres y Fráncfort, ese monto en realidad refleja las brutales presiones de Vladyímir Putin para liquidar la criatura del oligarca Míjail Jodorkovsky, entre rejas por haber creado un partido de oposición al “tsar sin corona”.

Por de pronto, el gobierno pondrá en venta la participación de Yukos –que hoy se maneja como si fuera una empresa pública- en Yuganskñeftyegaz, la mayor subsidiaria del conglomerado. El holding que maneja participaciones estatales prevé una venta por licitación para fines de noviembre.

Alyexandr Buksman, alto funcionario de Justicia sostuvo que “los pagos impositivos han sido inexplicablemente demorados y, por eso, se venderá activos del deudor contumaz”. De pasó, dijo que la cifra de US$ 10.400 millones proviene de Dresdner Kleinwort Wasserstein, una banca de inversión. “Su informe atribuye la subvaluación a los riesgos que afrontará cualquier comprador potencial”, añadió Buksman.

Pero expertos con acceso al estudio DKW subrayan que aquella cifra figura en los párrafos finales como “una opción en extremo baja”. En cambio, la banca recomienda fijar un precio entre US$ 15.700 y 18.300 millones por el paquete del grupo. Esa misma fuente estima en sólo US$ 2.900 millones el endeudamiento a descontar de la venta.

El norteamericano Bruce Misamore, director financiero de Yukos, aporta otro detalle silenciado por Buksman: aun cuestionando la inflada factura tributaria, la compañía ha repagado más de US$ 2.500 millones al fisco. Pero el estado no ha retirado el depósito judicial correspondiente.

“Parece el desenlace de una mala novela”, opina Albert Breach, de UBS Brunswick. “Los procedimientos legales y administrativos han sido llevados más allá de los límites, sólo para lograr determinados fines”. En pocos meses, a la sazón, Yukos –una de las empresas más rentables del país- ha ido recibiendo cargos tributarios en apariencia pendientes de 2000 (US$ 4.100 millones), 2001 (3.400 millones) y 2002 (mil millones).

Parte del monto se debe a otra necesidad política: mantener preso a Jodorkovsky, a quien de procesa por evasión impositiva. El delito excarcelable… salvo si se añaden cargos a la causa original.

La movida forma parte de una campaña políticamente motivada, que acabará con Yukos como el mayor productor petrolero de Rusia. De paso, disminuirá drásticamente el valor residual de la compañía. Al trascender estas intenciones, la acción del grupo cayó casi 8% en la bolsa moscovita.

El ministerio de justicia se manifestó el jueves “insatisfecho con los esfuerzos de la empresa para afrontar crecientes obligaciones tributarias”. Su volumen alcanza ya US$ 8.500 millones pero, como señalan observadores en Londres y Fráncfort, ese monto en realidad refleja las brutales presiones de Vladyímir Putin para liquidar la criatura del oligarca Míjail Jodorkovsky, entre rejas por haber creado un partido de oposición al “tsar sin corona”.

Por de pronto, el gobierno pondrá en venta la participación de Yukos –que hoy se maneja como si fuera una empresa pública- en Yuganskñeftyegaz, la mayor subsidiaria del conglomerado. El holding que maneja participaciones estatales prevé una venta por licitación para fines de noviembre.

Alyexandr Buksman, alto funcionario de Justicia sostuvo que “los pagos impositivos han sido inexplicablemente demorados y, por eso, se venderá activos del deudor contumaz”. De pasó, dijo que la cifra de US$ 10.400 millones proviene de Dresdner Kleinwort Wasserstein, una banca de inversión. “Su informe atribuye la subvaluación a los riesgos que afrontará cualquier comprador potencial”, añadió Buksman.

Pero expertos con acceso al estudio DKW subrayan que aquella cifra figura en los párrafos finales como “una opción en extremo baja”. En cambio, la banca recomienda fijar un precio entre US$ 15.700 y 18.300 millones por el paquete del grupo. Esa misma fuente estima en sólo US$ 2.900 millones el endeudamiento a descontar de la venta.

El norteamericano Bruce Misamore, director financiero de Yukos, aporta otro detalle silenciado por Buksman: aun cuestionando la inflada factura tributaria, la compañía ha repagado más de US$ 2.500 millones al fisco. Pero el estado no ha retirado el depósito judicial correspondiente.

“Parece el desenlace de una mala novela”, opina Albert Breach, de UBS Brunswick. “Los procedimientos legales y administrativos han sido llevados más allá de los límites, sólo para lograr determinados fines”. En pocos meses, a la sazón, Yukos –una de las empresas más rentables del país- ha ido recibiendo cargos tributarios en apariencia pendientes de 2000 (US$ 4.100 millones), 2001 (3.400 millones) y 2002 (mil millones).

Parte del monto se debe a otra necesidad política: mantener preso a Jodorkovsky, a quien de procesa por evasión impositiva. El delito excarcelable… salvo si se añaden cargos a la causa original.

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