Yugoslavia: Kostunica se fortalece

Junto al partido socialista de Milosevic, acordó convocar a elecciones anticipadas en Serbia. Aunque la DOS es mayoría en la federación yugoslava, es minoritaria en el Parlamento y el Gobierno serbios.

13 octubre, 2000

(EFE).- El camino del presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica, parece que empieza a despejarse ya que su partido y el otro principal partido del país, el socialista del ex presidente Slobodan Milosevic, han llegado a un acuerdo para convocar elecciones anticipadas en Serbia el 24 de diciembre.

El problema de Kostunica estriba en que su coalición ganó las elecciones federales de Yugoslavia (Serbia y Montenegro) pero sigue siendo minoritario en las instituciones de Serbia, sobre las que recae el poder real y que siguen dominadas por el Partido Socialista (SPS), aún presidido por Slobodan Milosevic.

Zoran Djindjic, coordinador y hombre fuerte de la Oposición Democrática Serbia (DOS), la heterogénea coalición de 18 partidos que respalda a Kostunica, había dado un ultimátum al SPS para que se sentase a negociar con ellos una disolución de las instituciones serbias.

El ultimátum de Djindjic advertía de que la DOS sacaría hoy al pueblo a las calles, como hizo la pasada semana frente al Parlamento yugoslavo –lo que precipitó la caída de Milosevic– si no se abrían las negociaciones, entabladas el pasado lunes y suspendidas un día después.

La fecha del 24 de diciembre –que no es festiva en Serbia, pues la Navidad se rige aquí por el calendario juliano– supondrá un respiro para Kostunica, pues significa en la práctica que el Gobierno serbio dominado por sus adversarios dimite de sus funciones.

En estos dos meses de transición, la DOS ha propuesto a los socialistas compartir el control de cuatro ministerios clave –Interior, Finanzas, Información y Justicia–, pero los socialistas no darán su respuesta hasta esta noche.

Dentro del Partido Socialista comienza a haber personalidades que se desmarcan prudentemente de Milosevic, en el convencimiento de que ya pertenece definitivamente al pasado.

Además, según opinan los observadores, las nuevas instituciones yugoslavas necesitan una oposición “presentable” y verdaderamente democrática si, ahora que están pasando a la oposición, quieren ser alternativa de gobierno en un país que aspira a integrarse en la Unión Europea (UE).

Como otro signo esperanzador para Kostunica, se supo que esta misma tarde la DOS entablará negociaciones con el Partido Socialista de Montenegro que deben desembocar en el nombramiento de un primer ministro montenegrino, como establece la Constitución en la federación.

Falta ahora conocer la actitud del presidente de Montenegro, Milo Djukanovic, cuyo Partido Demócrata de los Socialistas (DPS, mayoritario en el Parlamento de la república) se ha negado en los último tiempos a participar en las instituciones federales y ha tomado decisiones abiertamente secesionistas, como boicotear las últimas elecciones yugoslavas o crear un Banco Central autónomo.

Djukanovic ha guardado un sospechoso silencio durante los últimos días, consciente tal vez de que sus posibilidades como líder europeísta opuesto al yugo de Milosevic han perdido todo interés con la llegada de Kostunica.

Según es convencimiento generalizado en Belgrado, es improbable que los países occidentales apoyen o incluso acepten la separación de Montenegro cuando lo que se intenta ahora es estabilizar la naciente democracia yugoslava.

Cuando Kostunica viaje mañana a Biarritz como invitado a la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea podrá respirar aliviado tras una semana de incertidumbre en la que, sin duda, el apoyo mostrado por la UE y los Estados Unidos ha resultado esencial para consolidar su Gobierno.

(EFE).- El camino del presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica, parece que empieza a despejarse ya que su partido y el otro principal partido del país, el socialista del ex presidente Slobodan Milosevic, han llegado a un acuerdo para convocar elecciones anticipadas en Serbia el 24 de diciembre.

El problema de Kostunica estriba en que su coalición ganó las elecciones federales de Yugoslavia (Serbia y Montenegro) pero sigue siendo minoritario en las instituciones de Serbia, sobre las que recae el poder real y que siguen dominadas por el Partido Socialista (SPS), aún presidido por Slobodan Milosevic.

Zoran Djindjic, coordinador y hombre fuerte de la Oposición Democrática Serbia (DOS), la heterogénea coalición de 18 partidos que respalda a Kostunica, había dado un ultimátum al SPS para que se sentase a negociar con ellos una disolución de las instituciones serbias.

El ultimátum de Djindjic advertía de que la DOS sacaría hoy al pueblo a las calles, como hizo la pasada semana frente al Parlamento yugoslavo –lo que precipitó la caída de Milosevic– si no se abrían las negociaciones, entabladas el pasado lunes y suspendidas un día después.

La fecha del 24 de diciembre –que no es festiva en Serbia, pues la Navidad se rige aquí por el calendario juliano– supondrá un respiro para Kostunica, pues significa en la práctica que el Gobierno serbio dominado por sus adversarios dimite de sus funciones.

En estos dos meses de transición, la DOS ha propuesto a los socialistas compartir el control de cuatro ministerios clave –Interior, Finanzas, Información y Justicia–, pero los socialistas no darán su respuesta hasta esta noche.

Dentro del Partido Socialista comienza a haber personalidades que se desmarcan prudentemente de Milosevic, en el convencimiento de que ya pertenece definitivamente al pasado.

Además, según opinan los observadores, las nuevas instituciones yugoslavas necesitan una oposición “presentable” y verdaderamente democrática si, ahora que están pasando a la oposición, quieren ser alternativa de gobierno en un país que aspira a integrarse en la Unión Europea (UE).

Como otro signo esperanzador para Kostunica, se supo que esta misma tarde la DOS entablará negociaciones con el Partido Socialista de Montenegro que deben desembocar en el nombramiento de un primer ministro montenegrino, como establece la Constitución en la federación.

Falta ahora conocer la actitud del presidente de Montenegro, Milo Djukanovic, cuyo Partido Demócrata de los Socialistas (DPS, mayoritario en el Parlamento de la república) se ha negado en los último tiempos a participar en las instituciones federales y ha tomado decisiones abiertamente secesionistas, como boicotear las últimas elecciones yugoslavas o crear un Banco Central autónomo.

Djukanovic ha guardado un sospechoso silencio durante los últimos días, consciente tal vez de que sus posibilidades como líder europeísta opuesto al yugo de Milosevic han perdido todo interés con la llegada de Kostunica.

Según es convencimiento generalizado en Belgrado, es improbable que los países occidentales apoyen o incluso acepten la separación de Montenegro cuando lo que se intenta ahora es estabilizar la naciente democracia yugoslava.

Cuando Kostunica viaje mañana a Biarritz como invitado a la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea podrá respirar aliviado tras una semana de incertidumbre en la que, sin duda, el apoyo mostrado por la UE y los Estados Unidos ha resultado esencial para consolidar su Gobierno.

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