Ya un año de Trump en la Casa Blanca: faltan 3

Para muchos es milagroso que siga actuando sin que se le haya iniciado juicio político.

7 noviembre, 2017

Fue tan vertiginoso el ritmo de los acontecimientos y la intensidad de las perturbaciones cotidianas, que cuesta creer que ya se ha cumplido un año de su mandato presidencial.

Lo cierto es que no dejó pleito pendiente, y abrazó todas las peleas y desafíos que se le ofrecieron. Sus enemigos afirman que no hizo nada positivo en este tiempo y que fue incapaz de impulsar y avanzar con su propia agenda. Lo que seguramente es cierto desde una perspectiva.

Pero si se consulta a la silenciosa masa de votantes que lo llevó a la Casa Blanca hace doce meses, es probable que la sorpresa sea mayúscula: lo siguen apoyando, lo volverían a votar, y muchos creen que a su debido tiempo, ganará otro mandato presidencial.

Impredecible, agresivo, ofensivo, narcisista y con una pobre educación política. ¿Es posible que continúe así y que logre terminar su mandato?

Durante las elecciones primarias (para resolver la candidatura del Partido Republicano) obtuvo 14 millones de votos. En las elecciones presidenciales consiguió casi 63 millones de votos (una ganancia de 49 millones). Es cierto que Hillary Clinton, su contendiente, tuvo 3 millones más, pero el antiguo procedimiento de los colegios electorales, le dio la victoria al Republicano. Entre quienes lo votaron, había muchos que no formaban parte de la sólida base de respaldo, pero no les gustaba la candidata Demócrata y tenían la esperanza de que el actor Trump iba a dejar lugar al Presidente Trump, ajustándose a las condiciones usuales en este difícil trabajo. No fue así.

La gestión presidencial se traduce en cataratas de tweets, no en discursos, intervenciones en los medios o propuestas escritas. No se lleva bien con su propio partido y pasó buena parte del año fustigando a senadores republicanos importantes, de los cuales depende para conseguir aprobación a las leyes que necesita. Sin contar que es un grupo vital para su supervivencia: son los que pueden bloquear un pedido de impeachment.

En su mayor parte, la gestión de este tiempo fue como dispararse un tiro en el pie. No logró la vigencia de ni una sola de sus promesas de campaña,  ha sido acusado de obstruir la justicia (que puede iniciar un pedido de juicio político), hay una sospecha de un raro entendimiento con Rusia durante el periodo de la campaña electoral, convirtió en enemigos a buena parte de sus aliados, y ofendió a muchos de sus colaboradores directos.

A pesar de este clima y estas acciones desde la Casa Blanca, el sistema constitucional estadounidense aguanta firme, y actúa como contralor y equilibrio de poderes, mientras la prensa y la justicia operan normalmente como es habitual.

Sin duda, la actitud de la prensa no es temerosa o vacilante a pesar de las amenazas. Al contrario, devuelve golpe por golpe. Lo mismo que ocurre con las decisiones de los tribunales. Su propio partido no lo ha respaldado cuando bloquea sus movidas por terminar la investigación sobre Rusia.

Para los observadores, comienza a percibirse un procedimiento, una rutina. Trump manda un mail provocativo, y alguien del equipo de la Casa Blanca “interpreta” lo que quiso decir y cuál es el valor real de lo que escribió. Por ejemplo en materia de política exterior: Trump, como hizo hace poco en Bruselas, no mencionó la vigencia de la adhesión de su país a la OTAN. El equipo del Departamento de Estado dijo muy poco después que seguía intacta la adhesión al artículo 5 del Tratado de seguridad común.

Ya se ha perdido la cuenta de cuántas veces se ha contradicho la opinión presidencial, tanto por parte de miembros del gabinete, o de caracterizados legisladores de sus partidos.

En cuanto a lo que puede ocurrir durante el año próximo, el gran test serán las elecciones legislativas de medio término. Casi siempre el presidente en ejercicio pierde algunas bancas en la Sala de Representantes. Lo usual es alrededor de 30 bancas. Algunas veces, el electorado deja ver su fastidio con el mandatario de turno, y vota masivamente en contra de su partido.

Los Demócratas necesitan conseguir 24 bancas más para tener control de la cámara baja. Son bastante optimistas. Pero el resultado de los comicios puede no ser tan malo para Trump como imaginan sus opositores y como temen sus partidarios.

 

 

 

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