Unión Europea: cede el crecimiento y suben los déficit

Como se preveía, la Comisión Europea redujo estimaciones de crecimiento regional y confirmó que seis de los doce adherentes a la moneda única tendrán déficit por encima del techo permitido. Roces entre Bruselas y el Banco Central Europeo.

12 abril, 2004

Alemania, Francia, Italia, Holanda, Portugal y Grecia –o sea, 80% del producto bruto de la Unión Europea, que totalizaba US$ 8,5 billones en 2003- no cumplirán este año con el “pacto de estabilidad fiscal” subscripto hace una década. En otras palabras, sus rojos presupuestarios superarán el 3% de cada PB interno.

En general, esos gobiernos y otros de la actual UE (los quince, que pasan a veinticinco el 1 de mayo) tratan denodadamente de controlar gastos y la brecha con los ingresos. En cuanto a la economía real, ya en 2003 el PB regional había avanzado apenas 0,4%. Ahora, la CE reduce de 1,8 a 1,7% la proyección 2004.

“Debemos reconocer que la UE no acompaña el desempeño de otras economías”, comentaba el español Pedro Solbes, comisionado de Asuntos Monetarios en Bruselas. Menos optimista que el Fondo Monetario Internacional, admite empero que el PBI de Estados Unidos puede aumentar 4,2% –superando a la UE por duodécimo años- y Japón orillará +3,4%.

Curiosamente, las tasas de interés están en mínimos desde mediados de 1954 en la UE y desde mediados de 1958 en EE.UU. Pero, a diferencia de la Reserva Federal –que debiera elevar sus tipos y no lo hace-, el Banco Central Europeo se resiste a bajar más los suyos. Por ende, casi no hay perspectivas de crédito más barato, mayor gasto fiscal ni rebajas tributarias que estimulen la economía.

Por el contrario, el BCE dejó en 2% anual sus tipos básicos hace apenas una semana, conociendo de antemano el informe presentado por Solbes a los medios. Eso pese a que el francés Jean-Claude Trichet, su presidente, admitiera que la vacilante demanda del público amenaza la reactivación.

Pero, a su juicio, “las tasas están lo bastante bajas como para
promover un repunte de la economía”. Por su parte, analistas como Michael Hume (Lehman Brothers Holding, Londres) subrayan “una clásica descoordinación entre autoridades fiscales y monetarias”. En general, este grupo no espera más de 1,5% de crecimiento en el PB regional este año.

“El problema de varios gobiernos –señala Hume- y la razón por no respetar el pacto de estabilidad es que, a sus ojos, el BCE no responde proactivamente. Es decir, no recorta tasas ante la debilidad prevalente en la economía del área”.

La CE también declaró en “alerta temprano” a Italia, por su amenaza de desconocer los límites que el pacto impone al déficit fiscal. Parte del asunto se relaciona con las disputas intestinas en la coalición de derechas que sostiene a Silvio Berlusconi. También en esa materia, Solbes anunció que Bruselas enviará misiones técnicas a Holanda y Grecia para determinar los motivos de sus aprietos fiscales.

Todo esta maraña de problemas puede empeorar o tornarse más compleja una vez que la UE haya pasado de quince a veinticinco socios. No tanto por la expansión geopolítica, sino porque –salvo dos casos- se trata de economías “subdesarrolladas” en comparación con las occidentales. Este factor puede acarrear consecuencias bastante graves, en particular cuando se trata de redistribuir subsidios agrícolas e industriales. Si el gasto de la futura UE no aumenta, España –por ejemplo- perderá subvenciones a manos de los nuevos socios. Entretanto, algunos miembros “antiguos” dejarán de figurar entre las economías más pobres o menos desarrolladas y, por ende, también perderán asistencia comunitaria.

Alemania, Francia, Italia, Holanda, Portugal y Grecia –o sea, 80% del producto bruto de la Unión Europea, que totalizaba US$ 8,5 billones en 2003- no cumplirán este año con el “pacto de estabilidad fiscal” subscripto hace una década. En otras palabras, sus rojos presupuestarios superarán el 3% de cada PB interno.

En general, esos gobiernos y otros de la actual UE (los quince, que pasan a veinticinco el 1 de mayo) tratan denodadamente de controlar gastos y la brecha con los ingresos. En cuanto a la economía real, ya en 2003 el PB regional había avanzado apenas 0,4%. Ahora, la CE reduce de 1,8 a 1,7% la proyección 2004.

“Debemos reconocer que la UE no acompaña el desempeño de otras economías”, comentaba el español Pedro Solbes, comisionado de Asuntos Monetarios en Bruselas. Menos optimista que el Fondo Monetario Internacional, admite empero que el PBI de Estados Unidos puede aumentar 4,2% –superando a la UE por duodécimo años- y Japón orillará +3,4%.

Curiosamente, las tasas de interés están en mínimos desde mediados de 1954 en la UE y desde mediados de 1958 en EE.UU. Pero, a diferencia de la Reserva Federal –que debiera elevar sus tipos y no lo hace-, el Banco Central Europeo se resiste a bajar más los suyos. Por ende, casi no hay perspectivas de crédito más barato, mayor gasto fiscal ni rebajas tributarias que estimulen la economía.

Por el contrario, el BCE dejó en 2% anual sus tipos básicos hace apenas una semana, conociendo de antemano el informe presentado por Solbes a los medios. Eso pese a que el francés Jean-Claude Trichet, su presidente, admitiera que la vacilante demanda del público amenaza la reactivación.

Pero, a su juicio, “las tasas están lo bastante bajas como para
promover un repunte de la economía”. Por su parte, analistas como Michael Hume (Lehman Brothers Holding, Londres) subrayan “una clásica descoordinación entre autoridades fiscales y monetarias”. En general, este grupo no espera más de 1,5% de crecimiento en el PB regional este año.

“El problema de varios gobiernos –señala Hume- y la razón por no respetar el pacto de estabilidad es que, a sus ojos, el BCE no responde proactivamente. Es decir, no recorta tasas ante la debilidad prevalente en la economía del área”.

La CE también declaró en “alerta temprano” a Italia, por su amenaza de desconocer los límites que el pacto impone al déficit fiscal. Parte del asunto se relaciona con las disputas intestinas en la coalición de derechas que sostiene a Silvio Berlusconi. También en esa materia, Solbes anunció que Bruselas enviará misiones técnicas a Holanda y Grecia para determinar los motivos de sus aprietos fiscales.

Todo esta maraña de problemas puede empeorar o tornarse más compleja una vez que la UE haya pasado de quince a veinticinco socios. No tanto por la expansión geopolítica, sino porque –salvo dos casos- se trata de economías “subdesarrolladas” en comparación con las occidentales. Este factor puede acarrear consecuencias bastante graves, en particular cuando se trata de redistribuir subsidios agrícolas e industriales. Si el gasto de la futura UE no aumenta, España –por ejemplo- perderá subvenciones a manos de los nuevos socios. Entretanto, algunos miembros “antiguos” dejarán de figurar entre las economías más pobres o menos desarrolladas y, por ende, también perderán asistencia comunitaria.

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