Se trata, por supuesto, de operaciones ilícitas y encubiertas organizadas por la Agencia central de inteligencia (CIA) con el pretexto de los ataques terroristas sufridos, el 11 de septiembre de 2001, en Manhattan y el Pentágono. Fueron 1.245 vuelos secretos efectuados por la CIA o por contratistas durante 2002/4.
Los legisladores consiguieron identificar veinte secuestrados y localizar al menos tres cárceles de tránsito en bases militares norteamericanas. Entre ellas las ubicadas en los aeropuertos civiles de Cogalniceanu (Rumania) y Stare Kiejkuty (Polonia). También se usaba la prisión de la Otan en Kósovo.
Los gobiernos cómplices son los tres citados, Italia, Egipto, Marruecos, Austria, Macedonia, Turquía, Gran Bretaña, Pakistán, Kuweit, Bulgaria, Rusia blanca y Bosnia-Hersegóvina. Pero el documento denuncia el “silencio cómplice” del español Javier Solana (secretario de la Comisión europea) o la “inepcia” del holandés Gijs de Vries (coordinador de la lucha anterrorista), el alemán Max-Peter Ratzel (Europol), el inglés Charles Robertson y otro holandés, Jaap Schefer (ambos funcionarios de la Otan).
Se trata, por supuesto, de operaciones ilícitas y encubiertas organizadas por la Agencia central de inteligencia (CIA) con el pretexto de los ataques terroristas sufridos, el 11 de septiembre de 2001, en Manhattan y el Pentágono. Fueron 1.245 vuelos secretos efectuados por la CIA o por contratistas durante 2002/4.
Los legisladores consiguieron identificar veinte secuestrados y localizar al menos tres cárceles de tránsito en bases militares norteamericanas. Entre ellas las ubicadas en los aeropuertos civiles de Cogalniceanu (Rumania) y Stare Kiejkuty (Polonia). También se usaba la prisión de la Otan en Kósovo.
Los gobiernos cómplices son los tres citados, Italia, Egipto, Marruecos, Austria, Macedonia, Turquía, Gran Bretaña, Pakistán, Kuweit, Bulgaria, Rusia blanca y Bosnia-Hersegóvina. Pero el documento denuncia el “silencio cómplice” del español Javier Solana (secretario de la Comisión europea) o la “inepcia” del holandés Gijs de Vries (coordinador de la lucha anterrorista), el alemán Max-Peter Ratzel (Europol), el inglés Charles Robertson y otro holandés, Jaap Schefer (ambos funcionarios de la Otan).