Una revuelta laboral inédita en Wisconsin
Increíble, pero silenciada en los medios, pese a cumplir este miércoles una quincena de piquetes ocupando el parlamento estadual. Motivo: el nuevo gobernador un republicano del Tea party- pretende limitar el derecho a negociaciones paritarias.
<p>En ese próspero estado del centro norte se juega el destino de los sindicatos que cubren el sector público. Una batalla sin precedentes se libra entre gremios de empleados y Scott Walker, un gobernador de la nueva camada ultraderechista. El cimbronazo repercute en todo el país, pese al silencio de la gran prensa, particularmente en estados que, como Wisconsin, se hallan al borde de la insolvencia.<br />
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Desde hace quince días, la capital –Madison- es centro de una revolución social. Los empleados públicos han tomado el Capitolio (congreso local) y el bloque demócrata (catorce) ha huido al vecino meridional, Illinois, para no votar las reformas solicitadas por el poder ejecutivo. Manifestaciones y marchas paralizan Madison, Milwaukee (la mayor ciudad del estado) y otras. No hay escuelas, porque los docentes también pertenecen al sector público. Esta semana continúan las movilizaciones.<br />
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Los exaltados comparan a Walker con Hosni Mubarak o Muammar Ghadafi, pero son parangones sin asidero. Concretamente, el gobernador intenta recortar salarios, hacer que la parte laboral pague 12% del seguro médico y 50% de los aportes jubilatorios. Por sobre todo, los republicanos quieren suprimir el derecho a negociaciones colectivas fuera de las estrictamente salariales.<br />
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Walker sostiene que estas reformas paliarán un déficit anual de US$ 360.000 millones. Por el contrario, afirman los rebeldes, es un pretexto para acabar con los sindicatos. Al respecto, Wisconsin es un símbolo: en 1959 fue el primero en conferir a su sector público el derecho a paritarias, que todavía hoy no existe en unos veinte estados. En otro plano, los déficit locales reflejan el rojo federal en jurisdicciones como California (US$ 254.000 millones en 2010/11), Texas (134.000 millones) Illinois (150.000 millones) o Nueva York (9.000 millones).<br />
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“Lo que sucede es Wisconsin no se limita al presupuesto”, señala el economista Paul Krugman, Nobel 2008. “Es una lucha por el poder, donde Walker y sus adictos quieren convertir el estado, luego el país, en una oligarquía tercermundista”. Richard Trumka, presidente de la AFL-CIO, la CGT norteamericana, ha denunciado que “el gobernador cambia constantemente de discurso y lo suyo no tiene ya nada que ver con el presupuesto”.<br />
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Hasta el momento las partes no ceden, Walker insiste en decretar despidos y, el viernes, forzó una votación en la cámara baja sin el quórum constitucional. Ante ello, los sindicatos planean una huelga general por tiempo indeterminado, algo sin precedentes. Desde tiempos electorales, Walker se hizo abanderado de los ultraconservadores. Especialmente desde que los fundamentalistas Charles y David Koch –dos multimillonarios- contribuyeron a la campaña del luego gobernador. Entretanto, varios colegas ultra del gobernador buscan emularlo. Pero una reciente encuesta nacional de Gallup reveló que 62% de la gente está a favor de mantener paritarias en el sector público.</p>
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