<p>El encuentro será presidido por un estructuralista vacilante, Dominique Strauss-Kahn (jefe del Fondo), y un no capitalista, Zhou Xiaochüan, presidente del banco central chino. Algunos corrillos orientales sospechan que este alto funcionario es heredero “in pectore” de Hu Jintao o, alternativamente, el primer ministro Wen Jiabao (tesis favorita del semanario Time).<br />
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Lógicamente, el conflicto entre China y Estados Unidos dominará la escena, aunque la Eurozona logre imponer algún tipo de transacción hasta la cita del G-20, prevista inicialmente para mediados de noviembre. Esto confiere al cónclave del lunes un tono inevitablemente político para Occidente, pues EE.UU. celebra el martes 2 elecciones de medio mandato en un clima denso.<br />
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En teoría, lo del lunes será “una conferencia dedicada a políticas macroeconómicas y perspectivas en Asia oriental/meridional”. No “Asia” a secas, como dicen varios medios en sus páginas de Internet. Cabe acotar que la agenda para la reunión había sido fijada mucho antes de desatarse la guerra cambiaria entre Bejing y Washington.<br />
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Mientras tanto, los mercados seguían volátiles. Este viernes, el euro cedió apenas de US$ 1,41 a 1,40, no lejos del US$ 1,44, pico registrado en enero. Por su parte, el dólar continuó en un piso ¥ 0,812 y el yüan ascendía a 6,64 por dólar. Inesperadamente y trasuntando inestabilidad especulativa, el oro cedió de US$ 1.380 (récord) a 1.365 este sábado en los mercados del Pacífico, que operan medio día. <br />
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Una movida de China para la cumbre del lunes en Shanghai
También se espera que Benjamin Bernanke haga algo en esta inminente cita de bancos centrales, tras dos fracasos en Washington (Grupo de los 7, asamblea semestral FMI-Banco Mundial). Antes, por supuesto, de que el G-20 se reúna en Gyeongju, Surcorea.
