Una filtración que revela discrepancias en el G 20
El sábado se afirmaba que la cumbre del Grupo de los 20 en Londres (desde el jueves 2) sería el comienzo de una nueva era. Pero ahora las reyertas intestinas crean dudas sobre si el encuentro será tan inútil, o más, que el de noviembre.
30 marzo, 2009
<p>Uno de los nuevos escépticos es el primer ministro británico Gordon Brown. Todavía en Viña del Mar, le contaron que Alemania estaba circulando un borrador propio de documento final. Algo nada elegante, si se recuerda que la reunión cerrará recién el sábado 4.</p>
<p>Por vías informales –o sea, los medios- Berlín intentó aclarar que, en realidad, se trataba del informe de las reuniones preparatorias, hace dos semanas. Al parecer, algún burócrata distraído tuvo la culpa por la filtración del texto al semanario “Spiegel”, nada menos.</p>
<p>A diferencia de aquel informe, el proyecto difundido ahora contiene un pasaje espinoso acerca de nuevas medidas coyunturales para frenar la crisis sistémica. Lo malo es que Alemania disiente abiertamente en ese tema con Estados Unidos y la incondicional Gran Bretaña. La prensa londinense salió a denunciar “sabotaje” por parte de Berlín.</p>
<p>Curiosamente, la canciller Angela Merkel había declarado al “Financial Times”, tan luego, que su país no planteaba nuevo programa de corto plazo. Eso se publicó el sábado. Después, apareció el borrador en cuestión, según el cual el G-20 aceptará en la cumbre un paquete de estímulos por US$ 2 billones (millones de millones) para (a) recobrar dos puntos de cada producto bruto interno y (b) recrear diecinueve millones de empleos.</p>
<p>Entretanto, algunos miembros del G-20 quieren otro Bretton Woods (al original lo sepultó Richard Nixon en 1971) Los más líricos hablan de “más vigilancia y transparencia” y por ende menos especulación. No es casual que las drásticas reformas financieras elevada por Barack Obama al Congreso tengan puntos en común con la trascendido. En ese caso, la fuente real no sería Alemania. </p>
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