El Fondo Monetario Internacional
reafirmó hoy sus exigencias hacia la Argentina y volvió a dejar en
evidencia que será cada vez más difícil arribar a un acuerdo en el
corto plazo, en una carta que el titular del organismo, Horst
Köhler, le envió al presidente Eduardo Duhalde.
Poner fin a los amparos contra el corralito, cumplir el
compromiso de reducción del déficit fiscal de las provincias,
terminar con iniciativas legislativas que “atentan contra un plan
económico sustentable” y lograr consenso político para un programa
que le permita al país salir de la crisis, son los cuatros puntos
centrales incluidos en esa misiva.
El Gobierno recibió el informe y evaluaba la respuesta a dar y
el momento más oportuno para hacerlo, según consignó una fuente
oficial.
La Carta firmada por Köhler llegó anoche y hoy Duhalde ya tenía
la traducción sobre su escritorio y la analizaba con sus
principales colaboradores.
La Argentina debe afrontar vencimientos con el FMI, el BID y el
Banco Mundial por 933 millones de dólares durante octubre; 388
millones en noviembre; y 923 millones en diciembre.
Además, entre enero y abril del 2003 la Argentina debe pagar
otros 5.535 Millones de dólares, que se componen así: 4.201
Millones con el FMI, 283 millones con el BID y 1.051 Millones con
el Banco Mundial.
Ante semejantes exigencias financieras, la Argentina busca
diferir los vencimientos al menos hasta que asuma el próximo
gobierno en mayo próximo.
Si la Argentina entra en default con los organismos
internacionales de crédito, recibirá como sanción la suspensión de
la ayuda financiera durante los próximos tres años.
El incumplimiento del pago abre un plazo de seis meses para la
aplicación de las sanciones, tiempo en el cual el país puede
regularizar la situación, de acuerdo con lo que establecen los
reglamentos.
Entre las iniciativas legislativas cuestionadas por el FMI
figura las que prorrogaron el inicio de la aplicación del
coeficiente de actualización CER a las deudas y los remates
judiciales contra deudores morosos.
También las vinculadas con la obligación para los bancos
extranjeros de que sus casas matrices respondan con su patrimonio
para respaldar los depósitos, entre otras iniciativas que van
contra los inteseses de los bancos.
Los fallos judiciales contra el corralito que posibilitaron el
retiro de fondos del sistema financiero a través de los amparos
también son cuestionados por el FMI.
Además, el organismo critica la falta de consenso político en
la Argentina para acordar iniciativas comunes hacia un plan
económico de largo aliento que permita sacar al país de la
crisis.
Según la carta del organismo, también hay muchas críticas hacia
el ajuste fiscal en las provincias, ya que se considera que aún se
puede hacer mucho más para bajar el gasto.
El Fondo Monetario Internacional
reafirmó hoy sus exigencias hacia la Argentina y volvió a dejar en
evidencia que será cada vez más difícil arribar a un acuerdo en el
corto plazo, en una carta que el titular del organismo, Horst
Köhler, le envió al presidente Eduardo Duhalde.
Poner fin a los amparos contra el corralito, cumplir el
compromiso de reducción del déficit fiscal de las provincias,
terminar con iniciativas legislativas que “atentan contra un plan
económico sustentable” y lograr consenso político para un programa
que le permita al país salir de la crisis, son los cuatros puntos
centrales incluidos en esa misiva.
El Gobierno recibió el informe y evaluaba la respuesta a dar y
el momento más oportuno para hacerlo, según consignó una fuente
oficial.
La Carta firmada por Köhler llegó anoche y hoy Duhalde ya tenía
la traducción sobre su escritorio y la analizaba con sus
principales colaboradores.
La Argentina debe afrontar vencimientos con el FMI, el BID y el
Banco Mundial por 933 millones de dólares durante octubre; 388
millones en noviembre; y 923 millones en diciembre.
Además, entre enero y abril del 2003 la Argentina debe pagar
otros 5.535 Millones de dólares, que se componen así: 4.201
Millones con el FMI, 283 millones con el BID y 1.051 Millones con
el Banco Mundial.
Ante semejantes exigencias financieras, la Argentina busca
diferir los vencimientos al menos hasta que asuma el próximo
gobierno en mayo próximo.
Si la Argentina entra en default con los organismos
internacionales de crédito, recibirá como sanción la suspensión de
la ayuda financiera durante los próximos tres años.
El incumplimiento del pago abre un plazo de seis meses para la
aplicación de las sanciones, tiempo en el cual el país puede
regularizar la situación, de acuerdo con lo que establecen los
reglamentos.
Entre las iniciativas legislativas cuestionadas por el FMI
figura las que prorrogaron el inicio de la aplicación del
coeficiente de actualización CER a las deudas y los remates
judiciales contra deudores morosos.
También las vinculadas con la obligación para los bancos
extranjeros de que sus casas matrices respondan con su patrimonio
para respaldar los depósitos, entre otras iniciativas que van
contra los inteseses de los bancos.
Los fallos judiciales contra el corralito que posibilitaron el
retiro de fondos del sistema financiero a través de los amparos
también son cuestionados por el FMI.
Además, el organismo critica la falta de consenso político en
la Argentina para acordar iniciativas comunes hacia un plan
económico de largo aliento que permita sacar al país de la
crisis.
Según la carta del organismo, también hay muchas críticas hacia
el ajuste fiscal en las provincias, ya que se considera que aún se
puede hacer mucho más para bajar el gasto.