Una Beretta de oro y 21.000 millones ocultos

Por un lado, la imagen de Libia es el muchacho esgrimiendo la pistola de Muammar Ghadafi. Por otro, lo son los parientes que ocultan la fortuna del difunto y proyectan un exilio áureo. Pero el nuevo gobierno exige a Argelia entregarlos ya.

21 octubre, 2011

<p>&ldquo;&iexcl;No dispares! &iquest;Qu&eacute; te he hecho?&rdquo; impetr&oacute; el ra&rsquo;is ca&iacute;do al joven de la Beretta 9 mm., seg&uacute;n se lee en un celular. Pero, entretanto, a los deudos vivos del coronel &ndash;con su hija Aisha al frente- les interesan m&aacute;s los &euro; 21.000 millones que manejaba en parte la dama. Realista, otro hijo, Sa&rsquo;ad&iacute; Ghaddaf&iacute;, refugiado en el vecino N&iacute;ger, hab&iacute;a contratado en agosto un abogado israel&iacute;, Nicholas Kaufman, para defenderlo penalmente.<br />
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El jugador de f&uacute;tbol profesional y su letrado deben probar que su dinero (depositado quiz&aacute;s en Liechtenstein) no proviene de fondos pertenecientes a la Federaci&oacute;n Libia de F&uacute;tbol. Precisamente, la falta de un poder judicial organizado en Tr&iacute;poli le da plafond a Sa&rsquo;adi en otra causa, m&aacute;s delicada. Se trata de la tortura y el asesinato de su compa&ntilde;ero Bashir ar-Riyan&iacute;, en 2005, tal vez por orden suya.<br />
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No obstante, lo que importa es la &ldquo;caja grande&rdquo;, al parecer en manos de Aisha, refugiada en Argel, donde reina Ahmed Buteflika. La hija del caudillo cruz&oacute; la frontera en agosto por Gadam&eacute;s. El dictador vecino aprovech&oacute; su embarazo para invocar motivos humanitarios. Aisha dio a luz en septiembre. A principios de octubre, el primer ministro Mahmud Dyibril y el Consejo Nacional de Transici&oacute;n pidieron formalmente la restituci&oacute;n de treinta miembros del clan Ghadafi y de los fondos que retienen fuera de Libia o Argelia.<br />
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Tiempo antes, Hanniba&rsquo;al (otro hijo) se hab&iacute;a olvidado su computadora port&aacute;til en Tr&iacute;poli. La memoria revel&oacute; una serie de transferencias durante los &uacute;ltimos meses, que totalizaban &euro; 18.000 millones, hacia T&uacute;nez, Francia, Panam&aacute; y Suiza. Dato sugestivo: unos &euro; 3.000 millones se desviaron a Damasco, o sea al clan Asad. Mientras tanto, estas filtraciones dejaban malparado a Murad Medelk&iacute;, canciller argelino.<br />
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