Un tercio de la población tiene problemas laborales

De acuerdo a un informe de la OIT, 33% de la población económicamente activa del mundo no trabaja o lo hace en malas condiciones.

23 enero, 2001

Casi un tercio de los 3.000 millones de personas que componen la población activa mundial tiene problemas laborales ( no consiguen empleo o el que poseen se maneja bajo condiciones laborales muy precarias).

Esta cifra se desprende de un informe que la Organización Internacional del Trabajo hizo público hoy ( martes 23); en el documento se señala que estas personas “están en situación de desempleo, de subempleo, a la búsqueda de mejor trabajo o ganan menos de lo necesario para mantener a su familia por encima del umbral de la pobreza”.

El desempleo registrado oficialmente a finales del año próximo pasado afectaba a unos 160 millones de trabajadores, veinte millones más que antes del momento de mayor intensidad de la crisis financiera asiática en 1998.

Sin embargo, los autores del estudio señalan que existen las condiciones necesarias para la optimización de la situación del empleo en el mundo y para la mejora respecto al pasado más reciente.

Entre estas condiciones resaltan las sólidas tasas de crecimiento de Estados Unidos entre 1995 y 2000, un mayor dinamismo en Europa y la mejora de la situación en Japón.

También se muestran optimistas sobre la situación en el este asiático, donde ha habido una rápida recuperación de la crisis financiera de 1997-98, al igual que en Africa y América latina, donde la situación mejora tras varios años de caídas de la producción por habitante.

Pero, según advierten, el crecimiento por sí solo no bastará para garantizar la creación de más de 500 millones de nuevos puestos de trabajo en 2010, necesarios para los nuevos miembros de la población activa y para reducir a la mitad el nivel de desempleo actual.

La OIT considera que para alcanzar estos objetivos hay que dar mayor atención a los principales problemas del mercado de trabajo, como la inversión en capital humano, la superación de la discriminación y el aumento de la importancia concedida al empleo como objetivo de la política económica.

En América latina las tasas medias de desempleo se sitúan entre 9 y 10% y los salarios reales se estancaron o cayeron en los últimos años, lo que refleja la precariedad de las condiciones económicas vinculadas a la caída del Producto Bruto Interno real en varios países.

Respecto a las economías en transición, la tasa de desempleo supera 14%; en estas economías ha surgido un nuevo tipo de pobreza, ya que el salario mínimo está por debajo del nivel de subsistencia en la mayoría de países y en especial en los de la CEI, en los que el impago de los sueldos se ha generalizado.

Las empresas han aumentado la contratación de trabajadores a tiempo parcial y temporales, lo que aumenta la vulnerabilidad de un número creciente de trabajadores a los que limita su carrera profesional, sus perspectivas de formación y perjudica sus condiciones de empleo.

Casi un tercio de los 3.000 millones de personas que componen la población activa mundial tiene problemas laborales ( no consiguen empleo o el que poseen se maneja bajo condiciones laborales muy precarias).

Esta cifra se desprende de un informe que la Organización Internacional del Trabajo hizo público hoy ( martes 23); en el documento se señala que estas personas “están en situación de desempleo, de subempleo, a la búsqueda de mejor trabajo o ganan menos de lo necesario para mantener a su familia por encima del umbral de la pobreza”.

El desempleo registrado oficialmente a finales del año próximo pasado afectaba a unos 160 millones de trabajadores, veinte millones más que antes del momento de mayor intensidad de la crisis financiera asiática en 1998.

Sin embargo, los autores del estudio señalan que existen las condiciones necesarias para la optimización de la situación del empleo en el mundo y para la mejora respecto al pasado más reciente.

Entre estas condiciones resaltan las sólidas tasas de crecimiento de Estados Unidos entre 1995 y 2000, un mayor dinamismo en Europa y la mejora de la situación en Japón.

También se muestran optimistas sobre la situación en el este asiático, donde ha habido una rápida recuperación de la crisis financiera de 1997-98, al igual que en Africa y América latina, donde la situación mejora tras varios años de caídas de la producción por habitante.

Pero, según advierten, el crecimiento por sí solo no bastará para garantizar la creación de más de 500 millones de nuevos puestos de trabajo en 2010, necesarios para los nuevos miembros de la población activa y para reducir a la mitad el nivel de desempleo actual.

La OIT considera que para alcanzar estos objetivos hay que dar mayor atención a los principales problemas del mercado de trabajo, como la inversión en capital humano, la superación de la discriminación y el aumento de la importancia concedida al empleo como objetivo de la política económica.

En América latina las tasas medias de desempleo se sitúan entre 9 y 10% y los salarios reales se estancaron o cayeron en los últimos años, lo que refleja la precariedad de las condiciones económicas vinculadas a la caída del Producto Bruto Interno real en varios países.

Respecto a las economías en transición, la tasa de desempleo supera 14%; en estas economías ha surgido un nuevo tipo de pobreza, ya que el salario mínimo está por debajo del nivel de subsistencia en la mayoría de países y en especial en los de la CEI, en los que el impago de los sueldos se ha generalizado.

Las empresas han aumentado la contratación de trabajadores a tiempo parcial y temporales, lo que aumenta la vulnerabilidad de un número creciente de trabajadores a los que limita su carrera profesional, sus perspectivas de formación y perjudica sus condiciones de empleo.

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