Un rescate de 85.000 millones para Dublin
Salvamento para Irlanda, respiro para Grecia y fondo permanente para crisis en la Unión Europea. Tras un fin de semana nervoso, ese es el balance. Pero los problemas del euro insiste Angela Merkel- no se resolverán solo auxiliando a países en apuros.
29 noviembre, 2010
<p>En escala macro, el Eurogrupo (veintisiete ministros de hacienda) reunido en Bruselas parte de una base para moverse de ahora a 2013: € 440.000 millones, ya en la mesa desde mediados de este año. Esa dotación tendrá ulterior carácter de permanente y punitorio. Desde 2013, pues, cubrirá una masa de obligaciones soberanas próxima a los € 750.000 millones, con participación del Fondo Monetario Internacional.<br />
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Sumariamente, el nuevo esquema prevé que cualquier miembro de la Eurozona –luego de la UE- podrá ser asistido por el resto en caso de crisis. Por supuesto, si acepta reestructurar la deuda alargando los plazos de vencimiento, redefinir intereses u optar por desagios. Vale decir, restituir menos de lo tomado (como ocurrió con Argentina en 2001/04).<br />
En los hechos, los acuerdos del domingo implican el fin del paraguas bajo el cual los pecadores se sentían por igual amparados. En adelante, comprar un bono irlandés, portugués o español no será lo mismo que tomar títulos alemanes u holandeses. La calidad tendrá un precio extra.<br />
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Pero el menú aún no está servido. Recién a mediados de diciembre se encontrarán los líderes de toda la UE para analizar las modificaciones a los tratados europeos. Desde el casi extinto pacto de estabilidad y crecimiento (Maastricht 1992) hasta este fondo pro salvamentos. Justamente, estos rescates ya no podrán ser rotos con facilidad y muchas decisiones pasarán a la órbita técnica del Banco Central Europeo.<br />
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También dejará de ser automático que quien perciba ayuda entre en cese de pagos. Esto se resolverá estableciendo un punto clave: ¿la crisis sub examine es de liquidez o insolvencia? En caso de reestructuración, pues, los acreedores privados quedarán involucrados, dado que –desde mediados de 2013- deberán aceptar las mismas “cláusulas de acción colectiva” que el resto para tomar bonos. Paralelamente, hará falta una mayoría absoluta (75%) de inversores para imponer la reestructuración al resto.<br />
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A esta altura, surge un factor políticamente riesgoso: los procedimientos que norman los ceses de pagos serán iguales a los aplicados por el FMI. Esto es, los que llevaron al desastre de 1997/8 en economías emergentes o los que provocan hoy violentas reacciones en Europa occidental.</p>
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