Un espacio para la Seguridad Social
Del 25 al 27 de junio, se realizó el primer Congreso Internacional de Seguridad Social en la Universidad Católica Argentina. El objetivo: crear un ámbito de reflexión sobre la problemática que la seguridad social representa para la región.
Durante la primer jornada del Congreso, Alfredo Conte Grand, Secretario de Seguridad Social de la Argentina, indicó que “el Régimen Previsional argentino necesita ser reformado. Ya que viene de una reforma realizada en el año 94 con la que algunos sectores están muy conformes y dicen que hay que dejar como está”.
Para llevar adelante esta reforma, el gobierno de Eduardo Duhalde había creado una comisión de expertos que publicó el estado actual del sistema argentino. De ese informe se desprendieron dos líneas de trabajo básicas en las que actualmente se concentran los esfuerzos:
-Garantizar la cobertura a todos los ciudadanos
-Lograr que la Seguridad Social sea una prioridad política
“Hay que ver cómo se logra que se acabe el ´manoseo´ que se hizo de un régimen, que sería otra cosa si no hubiera sufrido ataques y medidas que, en muchos casos, eran enfocadas a solucionar solamente problemáticas económicas sin pensar en los efectos sobre la gente”, aseguró Conte Grand.
Una obligación social
Adolfo Jiménez Fernández, secretario general de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social(OISS), se refirió al problema de cobertura que van a tener todos los países, especialmente los que pertenecen a la comunidad Iberoamericana.
Jiménez aseguró que “habría que recordar la función de los sistemas de seguridad social: proteger frente a los riesgos sociales, evitar las consecuencias de las contingencias de carácter social y, en este sentido, en la comunidad Iberoamericana hay un porcentaje mayoritario de la población que no tiene o no está bajo el manto de la seguridad social”.
De todas maneras, a la falta de cobertura se le sumó otro problema en los últimos tiempos: la creciente expectativa de vida.
En ese sentido, Jiménez sostuvo que “en determinados países como Argentina y Uruguay, que están yendo en la misma tónica de envejecimiento que España y los otros países europeos, el problema de la dependencia o la llamada cuarta edad, no puede excluirse del debate. Ya que esto arrastra problemas como la formación de personas que al final de la vida se vuelvan muy dependientes. Hay que plantearnos entonces, si es necesario crear en la seguridad social la prestación de dependencia, la cobertura frente a la dependencia, la incapacidad y el envejecimiento”.
La reforma en Brasil
Helmut Schwarzer, secretario de Previdencia Social Do Ministerio da Previdencia Social de la República Federativa de Brasil, manifestó que “a pesar de que el presidente de su país,
Ignacio Lula Da Silva, es un mandatario de corte socialista, los esfuerzos del gobierno están concentrados en equilibrar el sistema de seguridad social de los trabajadores estatales con el resto de los privados”.
La razones de este esfuerzo son dos: la sensación de injusticia que experimentan los trabajadores del sector privado; y el déficit que genera el sistema de privilegio de los estatales.
En Brasil, el porcentaje de personas que está dentro del sistema previsional representa un 42,30% de la población. Existen 40,7 millones de brasileños que están fuera y representan un 57,7 % de la población ocupada total, algo similar a lo que ocurre en la Argentina.
El principal escollo para llevar adelante la tarea de integración de los trabajadores marginados y equilibrio de los sistemas público y privado, es que los lineamientos que rigen a la seguridad social brasileña están incluidos en la Constitución Nacional. Por ende, para realizar transformaciones al sistema se debe alterar la Carta Magna, con todos los esfuerzos que eso implica. De todas maneras, el funcionario brasileño aseguró que “el proyecto de reforma está firme, y hasta que pueda implementarse se trabajará en la modificación de los puntos que no están incluidos en la Constitución, como por ejemplo el régimen que regula a las pensiones militares”.
Durante la primer jornada del Congreso, Alfredo Conte Grand, Secretario de Seguridad Social de la Argentina, indicó que “el Régimen Previsional argentino necesita ser reformado. Ya que viene de una reforma realizada en el año 94 con la que algunos sectores están muy conformes y dicen que hay que dejar como está”.
Para llevar adelante esta reforma, el gobierno de Eduardo Duhalde había creado una comisión de expertos que publicó el estado actual del sistema argentino. De ese informe se desprendieron dos líneas de trabajo básicas en las que actualmente se concentran los esfuerzos:
-Garantizar la cobertura a todos los ciudadanos
-Lograr que la Seguridad Social sea una prioridad política
“Hay que ver cómo se logra que se acabe el ´manoseo´ que se hizo de un régimen, que sería otra cosa si no hubiera sufrido ataques y medidas que, en muchos casos, eran enfocadas a solucionar solamente problemáticas económicas sin pensar en los efectos sobre la gente”, aseguró Conte Grand.
Una obligación social
Adolfo Jiménez Fernández, secretario general de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social(OISS), se refirió al problema de cobertura que van a tener todos los países, especialmente los que pertenecen a la comunidad Iberoamericana.
Jiménez aseguró que “habría que recordar la función de los sistemas de seguridad social: proteger frente a los riesgos sociales, evitar las consecuencias de las contingencias de carácter social y, en este sentido, en la comunidad Iberoamericana hay un porcentaje mayoritario de la población que no tiene o no está bajo el manto de la seguridad social”.
De todas maneras, a la falta de cobertura se le sumó otro problema en los últimos tiempos: la creciente expectativa de vida.
En ese sentido, Jiménez sostuvo que “en determinados países como Argentina y Uruguay, que están yendo en la misma tónica de envejecimiento que España y los otros países europeos, el problema de la dependencia o la llamada cuarta edad, no puede excluirse del debate. Ya que esto arrastra problemas como la formación de personas que al final de la vida se vuelvan muy dependientes. Hay que plantearnos entonces, si es necesario crear en la seguridad social la prestación de dependencia, la cobertura frente a la dependencia, la incapacidad y el envejecimiento”.
La reforma en Brasil
Helmut Schwarzer, secretario de Previdencia Social Do Ministerio da Previdencia Social de la República Federativa de Brasil, manifestó que “a pesar de que el presidente de su país,
Ignacio Lula Da Silva, es un mandatario de corte socialista, los esfuerzos del gobierno están concentrados en equilibrar el sistema de seguridad social de los trabajadores estatales con el resto de los privados”.
La razones de este esfuerzo son dos: la sensación de injusticia que experimentan los trabajadores del sector privado; y el déficit que genera el sistema de privilegio de los estatales.
En Brasil, el porcentaje de personas que está dentro del sistema previsional representa un 42,30% de la población. Existen 40,7 millones de brasileños que están fuera y representan un 57,7 % de la población ocupada total, algo similar a lo que ocurre en la Argentina.
El principal escollo para llevar adelante la tarea de integración de los trabajadores marginados y equilibrio de los sistemas público y privado, es que los lineamientos que rigen a la seguridad social brasileña están incluidos en la Constitución Nacional. Por ende, para realizar transformaciones al sistema se debe alterar la Carta Magna, con todos los esfuerzos que eso implica. De todas maneras, el funcionario brasileño aseguró que “el proyecto de reforma está firme, y hasta que pueda implementarse se trabajará en la modificación de los puntos que no están incluidos en la Constitución, como por ejemplo el régimen que regula a las pensiones militares”.
