<p>Las víctimas podían revelar actividades ilícitas de su empresa y manchar el prestigio de un “cruzado civil”, según definición de George W.Bush y Richard Cheney. El lunes 3, un ex infante de marina y un funcionario de Blackwater –hoy testigos protegidos- se presentaron ante un tribunal federal de Virginia.<br />
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Sus relatos confirman el perfil de Prince (40 años) como contratista y activista. No sólo proveía de guardias privados para operaciones en Irak (conflicto ya perdido), Afganistán –de destino incierto- y tal vez Pakistán, también se consideraba personalmente en guerra con todo el Islam. Vale decir, desobedecía al general David Petraeus (comandante para el sudoeste asiático) y al propio BarackObama.<br />
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El odio a los musulmanes lo condujo a parangonar sus “tropas” con los caballeros templarios (siglos XII a XIV). Los había autorizado a disparar a sobre cualquiera y los presionaba para hacerlo. Envuelto en ideas de “supremacía cristiana”, sus acciones tal vez hayan originado la ola de ataques a iglesias en Pakistán e India.<br />
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Pero esa retórica no era desinteresada. Durante años, la compañía traficó ilegalmente armas de guerra, escondidas en bolsas de comida para perros y transportadas por una aerolínea vinculada a Blackwater vía una red de firmas fantasmas establecidas en paraísos fiscales. Sus templarios medievales se convertían en mercaderes.<br />
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Metido en crecientes dificultades, el cruzado perdió contratos con el departamento de Estado y el Pentágono (gestionados inicialmente por Cheney). Asustado, el “señor de la guerra” se ocultó mientras destruía documentos, videos y correos electrónicos comprometedores. Simultáneamente, ordenaba a sus guardias eliminar a quienes pudiesen “traicionarlo”. Ahora, Prince debe comparecer ante el Congreso para dar explicaciones (si lo encuentran). Dato histórico sugestivo: cuando los templarios peleaban en Palestina, entre sus enemigos estaban los secuaces del mesías Hasán as-Sabah. Eran los hashashín (asesinos).</p>
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Un cruzado de Bush y Cheney acusado por homicidio en Irak
Erik Prince fundó Blackwater, dedicada a seguridad bélica. Ahora el ex ejecutivo afronta cargos por inspirar o llevar a cabo el asesinato de testigos incómodos. Operando con militares en Irak, había semiprivatizado una guerra perdida.