Ultraderecha xenófoba: cae en Polonia pero arrasa en Suiza

“Se acabó el reinado de los gemelos Kaczynski y radio Marija”, proclamaban en Varsovia y Cracovia. Pero, entretanto, el triunfo de un partido racista en Suiza pone en grave peligro el modelo de convivencia electoral forjado en los años 50.

22 octubre, 2007

Lech y Jaroslaw Kaczynski, respectivamente presidente y primer ministro, vieron su partido católico ultramontano Ley y justicia (en polaco, PiS) derrotado por una coalición liberal, Plataforma cívica (PO). El emblema de los gemelos era radio Marija, una poderosa red antijudía, xenófoba y más ultramontana que el lefebvrismo. Josef Ratzinger ha hecho las paces con el movimiento francés, pero ha censurado el extremismo de radio Marija.

La máxima concurrencia a urnas desde el fin del comunismo le dio a PO 44,2% contra 31,3% de PiS. Nunca antes una agrupación política había pasado 37% del voto en Polonia. Fue Solidaridad, cuyo numen Lech Walesa es furioso opositor a los gemelos.

“Desde hoy, nuestro programa será menos polaco y más europeo”, anunció Donald Tusk, jefe de PO. Pero, acto seguido, metió la pata yéndose a un extremo poco grato a muchísima gente: “Mi modelo es Margaret Thatcher”. Ahoram afronta disidencias en su propio bloque y severas críticas de potenciales aliados suecos, alemanes y checos.

El “golpe suizo” afectó más el corazón de la Eurozona, donde el tenaz aislacionismo financiero ya era duramente criticado. La racista Union démocratique du centre (UDC) se levantó con casi 29% del voto, lo cual equivale a 62 de las doscientas bancas en el consejo nacional (cámara de diputados).

Su víctima fue el partido Socialista, que obtuvo sólo 43 escaños, nueve menos que los que tenía. El centro verdadero (partido Radical) y los democristianos reunieron cada uno 31 representantes. En la otra punta, el partido Verde pasa de doce a diecienueve bancas y consigue ingresar al consejo de los cantones (senado).

La UDE se impuso merced a una campaña violentamente racista, más aún que las del separatismo neofascista en el norte italiano (Padania, Véneto). Por supuesto, esta victoria es casi personal para el fundador y financiante del partido, Christoph Blocher –un magnate neonazi-, actual ministro de… Justicia y policia. Ya el presidente de UDC, Ulrich Maurer, exige “limpiar” el gabinete de opositores y aun correligionarios moderados. Esto puede liquidar la coexistencia pactada desde 1958 y dejar a Suiza mucho más aislada en el contexto europeo. Por supuesto, Blocher y Maurer consideran sagradas las cuentas numeradas.

Lech y Jaroslaw Kaczynski, respectivamente presidente y primer ministro, vieron su partido católico ultramontano Ley y justicia (en polaco, PiS) derrotado por una coalición liberal, Plataforma cívica (PO). El emblema de los gemelos era radio Marija, una poderosa red antijudía, xenófoba y más ultramontana que el lefebvrismo. Josef Ratzinger ha hecho las paces con el movimiento francés, pero ha censurado el extremismo de radio Marija.

La máxima concurrencia a urnas desde el fin del comunismo le dio a PO 44,2% contra 31,3% de PiS. Nunca antes una agrupación política había pasado 37% del voto en Polonia. Fue Solidaridad, cuyo numen Lech Walesa es furioso opositor a los gemelos.

“Desde hoy, nuestro programa será menos polaco y más europeo”, anunció Donald Tusk, jefe de PO. Pero, acto seguido, metió la pata yéndose a un extremo poco grato a muchísima gente: “Mi modelo es Margaret Thatcher”. Ahoram afronta disidencias en su propio bloque y severas críticas de potenciales aliados suecos, alemanes y checos.

El “golpe suizo” afectó más el corazón de la Eurozona, donde el tenaz aislacionismo financiero ya era duramente criticado. La racista Union démocratique du centre (UDC) se levantó con casi 29% del voto, lo cual equivale a 62 de las doscientas bancas en el consejo nacional (cámara de diputados).

Su víctima fue el partido Socialista, que obtuvo sólo 43 escaños, nueve menos que los que tenía. El centro verdadero (partido Radical) y los democristianos reunieron cada uno 31 representantes. En la otra punta, el partido Verde pasa de doce a diecienueve bancas y consigue ingresar al consejo de los cantones (senado).

La UDE se impuso merced a una campaña violentamente racista, más aún que las del separatismo neofascista en el norte italiano (Padania, Véneto). Por supuesto, esta victoria es casi personal para el fundador y financiante del partido, Christoph Blocher –un magnate neonazi-, actual ministro de… Justicia y policia. Ya el presidente de UDC, Ulrich Maurer, exige “limpiar” el gabinete de opositores y aun correligionarios moderados. Esto puede liquidar la coexistencia pactada desde 1958 y dejar a Suiza mucho más aislada en el contexto europeo. Por supuesto, Blocher y Maurer consideran sagradas las cuentas numeradas.

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