lunes, 21 de abril de 2025

Ucrania: elecciones parlamentarias y otra crisis en puerta

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Los diputados filorrusos se oponen a que el presidente Víktor Yushchenko llame a comicios para el 27 de mayo. Acaudillados por el primer ministro Vìktor Yanukóvich, operador de Vladyímir Putin, tienen mayoria simple en la Rada.

En otras palabras, se reanuda la historia iniciada el 21 de noviembre de 2004, cuando Yanukóvich hizo fraude –mientras Moscú intentaba liquidar a Yushchenko envenenándolo- para obtener la presidencia. Una serie de disturbios protagonizada por la población occidental (de habla ucraniana y polaca) hizo anular esos comicios.

Mientras Rusia le cortaba el gas a Ucrania (por elevación, a media Europa occidental), en enero de 2005 hubo nuevas elecciones. Yushchenko ganó la presidencia, pero Yanukóvich se quedó con la Rada (parlamento), por los votos del este y el sudeste, de habla rusa. La situación se estabilizó cuando, a cambio de un acuerdo por el cual Gazprom –monopolio estatal moscovita- aseguraba el abastecimiento, Yanukóvich pasó a primer ministro.

Ahora, el presidente optó por “seleccionar” candidatos y llamar a elecciones para dentro de dos meses. La oposición declaró esto ilegal. Nuevamente, pues, la plaza central de Kíyev se llena de tiendas levantadas por rusos del este y ucranianos de oeste. También reaparece la “pasionaria” Yulia Timoshenko, enemiga jurada de Putin y Moscú. Al margen de las mutuas acusaciones, los comicios no parecen ser una salida: los sondeos dan 18% de votos a Yanukóvich, 15% a Timoshenko y apenas 7% a Yushchenko. Una alianza entre la segunda y el tercero no es fácil: la ”pasionaria” no le perdona al presidente hacer cedido a las imposiciones rusas en 2006. Y Gazprom sigue siendo el fiel de la balanza.

En otras palabras, se reanuda la historia iniciada el 21 de noviembre de 2004, cuando Yanukóvich hizo fraude –mientras Moscú intentaba liquidar a Yushchenko envenenándolo- para obtener la presidencia. Una serie de disturbios protagonizada por la población occidental (de habla ucraniana y polaca) hizo anular esos comicios.

Mientras Rusia le cortaba el gas a Ucrania (por elevación, a media Europa occidental), en enero de 2005 hubo nuevas elecciones. Yushchenko ganó la presidencia, pero Yanukóvich se quedó con la Rada (parlamento), por los votos del este y el sudeste, de habla rusa. La situación se estabilizó cuando, a cambio de un acuerdo por el cual Gazprom –monopolio estatal moscovita- aseguraba el abastecimiento, Yanukóvich pasó a primer ministro.

Ahora, el presidente optó por “seleccionar” candidatos y llamar a elecciones para dentro de dos meses. La oposición declaró esto ilegal. Nuevamente, pues, la plaza central de Kíyev se llena de tiendas levantadas por rusos del este y ucranianos de oeste. También reaparece la “pasionaria” Yulia Timoshenko, enemiga jurada de Putin y Moscú. Al margen de las mutuas acusaciones, los comicios no parecen ser una salida: los sondeos dan 18% de votos a Yanukóvich, 15% a Timoshenko y apenas 7% a Yushchenko. Una alianza entre la segunda y el tercero no es fácil: la ”pasionaria” no le perdona al presidente hacer cedido a las imposiciones rusas en 2006. Y Gazprom sigue siendo el fiel de la balanza.

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