Turquía: un silencioso desafío político a Irán
La primavera levantina implica a dos países musulmanes pero no árabes. Uno es Turquía (setenta millones de sunníes), el otro es Irán, la antigua Persia, una teocracia shiita. Ambos buscan la hegemonía regional, pero sólo Angora tiene sólidos vínculos con Occidente.
14 septiembre, 2011
<p>El reciente viaje de Recep Erdogan por el Magreb virtualmente plantó una pica no en Flandes, sino en territorios otrora tributarios del imperio Otomano. Pero, en realidad, el objeto del primer ministro era enviar una señal a Mahmud Ahmadinedyad, el presidente iraní.<br />
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El gesto formaba parte de una sorda puja entre rivales, en este caso agudizada por la guerra civil en Siria, aliado de Irán. Inclusive, la élite alawí de Damasco encarna un tipo extremo de shiismo, si bien el régimen es laico. Naturalmente, la contrapartida del dúo Irán-Siria es el dúo Turquía-Organización del Tratado Noratlántico.<br />
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Se trata de un ajedrez complicado, donde asimismo tercia Irak. Este país es laico, pero contiene una mayoría shiita de lengua árabe, bien conectada con los iraníes. Además de una minoría sunnita, el noreste abarca un grupo religiosamente afín, los kurdos, tabú para turcos, iraníes y sirios. Sucede que, gracias a las intrigas británicas y francesas durante la Gran Guerra y sus secuelas, existen minorías kurdas en Turquía (la mayor, de lejos), Irak, Irán y Siria.<br />
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Con el paso de los años, la geografía no se simplificó. Al contrario, en la última posguerra Estados Unidos reemplazó a Gran Bretaña como “intrigante mayor”, gracias a los hidrocarburos. Este factor generó una especie de “santa alianza” entre las grandes petroleras, Saudiarabia, Irak, Irán (hasta la caída de la monarquía) y los emiratos del Golfo. <br />
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Con el tiempo, irónicamente, persas y saudíes optaron por estatizar las compañías petroleras testigos. Ya a principios del siglo XXI, Turquía sigue en la OTAN y aprovecha sus nexos étnicos con las repúblicas laicas de habla turca, dueñas de ingentes recursos petroleros que Angora aspira a canalizar vía Adzebaidyán. Pero Teherán busca exactamente lo mismo.</p>
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