Trata el senado el proyecto demócrata para la retirada de Irak

Desde el miércoles, la cámara alta –tras superar intentos republicanos de bloqueo- considera el esquema pro evacuación presentado días atrás en diputados. El Pentágono analiza un plan parecido, pero aún sin calendario.

15 marzo, 2007

Sin la amplia mayoría de la cámara baja, los demócratas igual lograron que el senado votase por debatir el plan de los representantes. Por supuesto, influyó la ausencia (“abstención disimulada” decían en el piso) de algunos republicanos. Ocurre que varios senadores –ligados a centros urbanos, no al ultraconservadurismo evangélico rural- se alejan de George W.Bush en defensa de su propio futuro político.

Eso explica que se haya votado por 89 contra nueve la apertura del debate alrededor de Irak. El resto de los republicanos se borró tratando de ganar tiempo. Tras la reunión en Bagdad -donde hubo diálogo entre Estados Unidos, Siria e Irán-, la convocada en Estambul para abril puede llegar a una salida aceptable para Washington. Eso evitaría seguir discutiendo el asunto en el congreso.

Atrapado entre las presiones de Bush y sus propias ideas, el precandidato presidencial John McCain sostuvo que “esto lleva a una retirada y no es una estrategia”. El problema del senador es que compite con Rodolfo Giuliani, ex alcalde de Nueva York muy ligado al salvamento tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Éste elude en lo posible definirse sobre Irak, al menos mientras las encuestas lo den como favorito de los republicanos. Entretanto, ninguno de ambos desea quedar pegado a Bush y, sobre todo, al belicoso vicepresidente Richard Cheney.

Estas contradicciones fueron puestas de manifiesto por un precandidato demócrata, el también senador Joseph Biden (Delaware). “Algunos republicanos tratan de proteger a Bush y sus desastrosas políticas en Irak, Afganistán, Colombia y México. No se animan a dar la cara y decirle al presidente que ha dañado al partido en forma irremisible”.

El plan parlamentario prevé iniciar la evacuación ordenada a los cuatro meses de convertirse en ley y establece marzo de 2008 como plazo máximo para retirar efectivos combatientes. El proyecto de los diputados incluye vincular ese cronograma a la autorización paulatina de fondos y, por supuesto, descarta los refuerzos pedidos por Bush. Aplicando una estrategia propuesta por Cheney y John Negroponte, el presidente ha ordenado iniciar el envío de tropas. Con ello, arriesga un choque entre poderes, si no el juicio político.

Sin la amplia mayoría de la cámara baja, los demócratas igual lograron que el senado votase por debatir el plan de los representantes. Por supuesto, influyó la ausencia (“abstención disimulada” decían en el piso) de algunos republicanos. Ocurre que varios senadores –ligados a centros urbanos, no al ultraconservadurismo evangélico rural- se alejan de George W.Bush en defensa de su propio futuro político.

Eso explica que se haya votado por 89 contra nueve la apertura del debate alrededor de Irak. El resto de los republicanos se borró tratando de ganar tiempo. Tras la reunión en Bagdad -donde hubo diálogo entre Estados Unidos, Siria e Irán-, la convocada en Estambul para abril puede llegar a una salida aceptable para Washington. Eso evitaría seguir discutiendo el asunto en el congreso.

Atrapado entre las presiones de Bush y sus propias ideas, el precandidato presidencial John McCain sostuvo que “esto lleva a una retirada y no es una estrategia”. El problema del senador es que compite con Rodolfo Giuliani, ex alcalde de Nueva York muy ligado al salvamento tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Éste elude en lo posible definirse sobre Irak, al menos mientras las encuestas lo den como favorito de los republicanos. Entretanto, ninguno de ambos desea quedar pegado a Bush y, sobre todo, al belicoso vicepresidente Richard Cheney.

Estas contradicciones fueron puestas de manifiesto por un precandidato demócrata, el también senador Joseph Biden (Delaware). “Algunos republicanos tratan de proteger a Bush y sus desastrosas políticas en Irak, Afganistán, Colombia y México. No se animan a dar la cara y decirle al presidente que ha dañado al partido en forma irremisible”.

El plan parlamentario prevé iniciar la evacuación ordenada a los cuatro meses de convertirse en ley y establece marzo de 2008 como plazo máximo para retirar efectivos combatientes. El proyecto de los diputados incluye vincular ese cronograma a la autorización paulatina de fondos y, por supuesto, descarta los refuerzos pedidos por Bush. Aplicando una estrategia propuesta por Cheney y John Negroponte, el presidente ha ordenado iniciar el envío de tropas. Con ello, arriesga un choque entre poderes, si no el juicio político.

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