Tras la fallida reunión del G-20, vacilan los mercados

Los analistas se aprestan para otra semana difícil. Por ejemplo, no se espera mucho de las presuntas medidas resultantes del encuentro en Surcorea o sus efectos en una crisis de deuda soberana que toca hoy a Hungría, sin haberse frenado en la Eurozona.

7 junio, 2010

<p>Justamente mientras se desarrollaba el encuentro del grupo de los 20, el s&aacute;bado Washington informaba que el desempleo hab&iacute;a rebotado algo por encima de 10% en mayo. No es un margen alarmante -pas&oacute; de 9,97 a 10,1% de la poblaci&oacute;n activa-, pero tiene peso psicol&oacute;gico para un Barack Obama castigado por el derrame en el golfo de M&eacute;xico &ndash;parece ceder-, la belicosidad israel&iacute; y una oposici&oacute;n salvaje de los legisladores republicanos a la reforma financiera.<br />
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En realidad, inversores y especuladores no temen una reca&iacute;da, aunque s&iacute; un crecimiento menos marcado en Estados Unidos, cuando se agoten los est&iacute;mulos fiscales. Este fen&oacute;meno, se&ntilde;alan en Tokio, Hongkong y Singapur &ndash;que abr&iacute;an las semana cediendo de 1,6 a 3,8%-, afecta la reapreciaci&oacute;n de acciones, t&iacute;tulos y otro activos de riesgo. No obstante, la preocupaci&oacute;n clave de los operadores se cifra ahora en Europa sudoriental: Hungr&iacute;a, Eslovaquia, Rumania, Eslovenia, etc.<br />
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Ya el viernes, en Wall Street el Dow Jones 30 ca&iacute;a 3,2% a 9.932, m&iacute;nimo desde principios de febrero. Por supuesto, el lento, inexorable proceso de deterioro en las bolsas centrales quita relevancia a esos n&uacute;meros, pero su trasfondo es inquietante, pues apunta a la crisis europea. En otra muestra de ambig&uuml;edad, muchos creen que los planes de austeridad impuestos a Grecia, Espa&ntilde;a o Portugal terminen frustrando la paulatina recuperaci&oacute;n en EE.UU y algunas econom&iacute;as emergentes.<br />
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Eso se trasunta en el &ldquo;segundo pelot&oacute;n de ajuste&rdquo;, vale decir Gran Breta&ntilde;a, Irlanda, Italia y probablemente Hungr&iacute;a. En el extremo virtuoso, Alemania, Francia, Holanda, B&eacute;lgica o Suecia intentan eludir medidas dr&aacute;sticas y contractivas. Por ejemplo, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy saben que, este a&ntilde;o, ambos pa&iacute;ses esperan aumentos en el d&eacute;ficit fiscal y el endeudamiento p&uacute;blico. En el primer caso, la relaci&oacute;n con el PBI en 2010 se proyecta en 11,5% (Gran Breta&ntilde;a), 11,3% (EE.UU.), 8% (Francia, Jap&oacute;n) y apenas 4% (Alemania). El anacr&oacute;nico pacto de Maastricht permit&iacute;a s&oacute;lo 3%. <br />
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