martes, 11 de febrero de 2025

Torturas: por fin, Obama pone en marcha la justicia

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Costó semanas de vacilaciones. Ahora el departamento del ramo trasfiere de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) al Buró Federal de Investigaciones (FBI) los casos de sevicias y otros excesos en la “guerra al terrorismo”.

<p>Los improperios de Leone Panetta, director de la CIA, al conocer la noticia fueron dignos de su ascendencia italiana y salpicaron a varios asesores en la Casa Blanca. Los expedientes relacionados con Ab&uacute; Ghreib, Guant&aacute;namo y los vuelos secretos &ndash;tras ocho meses de parsimonia- pasaron a la &oacute;rbita de Eric Holder, titular de justicia, o sea procurador de la rep&uacute;blica.</p>
<p>Se le suma John Durham, su equivalente en Connecticut, como fiscal especial adjunto para estos casos federales. Panetta continuar&aacute; como jefe del espionaje externo, si no le vuelan los pajaritos y da el portazo. Sin llegar a ese extremo, un mensaje a sus subordinados trasunta amargura pero reivindica los m&eacute;todos usados en una &ldquo;guerra al terrorismo&rdquo; cuestionada por la opini&oacute;n p&uacute;blica.<br />
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En ese plano, Panetta comparte los argumentos del ex vicepresidente, Richard Cheney, y su equipo ultraconservador. Sin embargo, Obama y Holder no ten&iacute;an otra opci&oacute;n legal que relevar a la CIA de las indagaciones, como record&oacute; la secretaria de estado, Hillary Rodham Clinton.<br />
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Hist&oacute;ricamente, las relaciones entre la Casa Blanca y la CIA han sido accidentadas y Colombia u Honduras pueden ser las pr&oacute;ximas crisis. Poco antes de ser asesinado en 1963, John F.Kennedy acus&oacute; a la agencia por falta de diafanidad. Ocho a&ntilde;os despu&eacute;s, la &ldquo;compa&ntilde;&iacute;a&rdquo; &ndash;apoyada desde el KGB- obstru&iacute;a la apertura a China de Richard M.Nixon y Henry Kissinger.<br />
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Pero en 1972 ese mismo presidente emple&oacute; ex &acute;&rdquo;plomeros&rdquo; de la CIA para espiar Watergate, sede de la campa&ntilde;a electoral dem&oacute;crata. Eso acab&oacute; con Nixon. Por su parte, Kissinger apel&oacute; a la agencia para derrocar a Salvador Allende en Chile (1973) y, a principios de los 80, dos bochornosos operadores en Ir&aacute;n y Nicaragua, John Pointdexter y Oliver North, fueron procesados.<br />
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Ahora queda otra recidiva de Irak y Afganist&aacute;n: la colaboraci&oacute;n entre el Pent&aacute;gono y Hollywood. Ha tomado forma en guiones para series &ldquo;patri&oacute;ticas&rdquo; estilo &ldquo;24 horas&rdquo; o pel&iacute;culas tipo &ldquo;El maratonista&rdquo;. De hecho, el creador de la serie televisiva, Joel Surnow, es un fan&aacute;tico de ultraderecha y su &ldquo;b&#7875;te noire&rdquo; es &ldquo;Ley y orden&rdquo; donde los excesos en Levante suelen ser expuestos crudamente v&iacute;a sus efectos en la sociedad civil.</p>
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