Torturas: por fin, Obama pone en marcha la justicia

Costó semanas de vacilaciones. Ahora el departamento del ramo trasfiere de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) al Buró Federal de Investigaciones (FBI) los casos de sevicias y otros excesos en la “guerra al terrorismo”.

25 agosto, 2009

<p>Los improperios de Leone Panetta, director de la CIA, al conocer la noticia fueron dignos de su ascendencia italiana y salpicaron a varios asesores en la Casa Blanca. Los expedientes relacionados con Ab&uacute; Ghreib, Guant&aacute;namo y los vuelos secretos &ndash;tras ocho meses de parsimonia- pasaron a la &oacute;rbita de Eric Holder, titular de justicia, o sea procurador de la rep&uacute;blica.</p>
<p>Se le suma John Durham, su equivalente en Connecticut, como fiscal especial adjunto para estos casos federales. Panetta continuar&aacute; como jefe del espionaje externo, si no le vuelan los pajaritos y da el portazo. Sin llegar a ese extremo, un mensaje a sus subordinados trasunta amargura pero reivindica los m&eacute;todos usados en una &ldquo;guerra al terrorismo&rdquo; cuestionada por la opini&oacute;n p&uacute;blica.<br />
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En ese plano, Panetta comparte los argumentos del ex vicepresidente, Richard Cheney, y su equipo ultraconservador. Sin embargo, Obama y Holder no ten&iacute;an otra opci&oacute;n legal que relevar a la CIA de las indagaciones, como record&oacute; la secretaria de estado, Hillary Rodham Clinton.<br />
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Hist&oacute;ricamente, las relaciones entre la Casa Blanca y la CIA han sido accidentadas y Colombia u Honduras pueden ser las pr&oacute;ximas crisis. Poco antes de ser asesinado en 1963, John F.Kennedy acus&oacute; a la agencia por falta de diafanidad. Ocho a&ntilde;os despu&eacute;s, la &ldquo;compa&ntilde;&iacute;a&rdquo; &ndash;apoyada desde el KGB- obstru&iacute;a la apertura a China de Richard M.Nixon y Henry Kissinger.<br />
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Pero en 1972 ese mismo presidente emple&oacute; ex &acute;&rdquo;plomeros&rdquo; de la CIA para espiar Watergate, sede de la campa&ntilde;a electoral dem&oacute;crata. Eso acab&oacute; con Nixon. Por su parte, Kissinger apel&oacute; a la agencia para derrocar a Salvador Allende en Chile (1973) y, a principios de los 80, dos bochornosos operadores en Ir&aacute;n y Nicaragua, John Pointdexter y Oliver North, fueron procesados.<br />
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Ahora queda otra recidiva de Irak y Afganist&aacute;n: la colaboraci&oacute;n entre el Pent&aacute;gono y Hollywood. Ha tomado forma en guiones para series &ldquo;patri&oacute;ticas&rdquo; estilo &ldquo;24 horas&rdquo; o pel&iacute;culas tipo &ldquo;El maratonista&rdquo;. De hecho, el creador de la serie televisiva, Joel Surnow, es un fan&aacute;tico de ultraderecha y su &ldquo;b&#7875;te noire&rdquo; es &ldquo;Ley y orden&rdquo; donde los excesos en Levante suelen ser expuestos crudamente v&iacute;a sus efectos en la sociedad civil.</p>
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