Thundberg y el fin de una era

Media hora después de su impresionante discurso ante la Cumbre de Acción Climática de Naciones Unidas en el que preguntó a los delegados cómo se atreven a robarle el futuro a los de su generación, Greta Thunberg se presentó en las oficinas de UNICEF para anunciar que ella y un grupo de 15 jóvenes de 12 países diferentes han presentado una queja formal contra Angela Merkel ante la Comisión de los Derechos del Niños de Naciones Unidas. El grupo acusa a Alemania, y también a Argentina Brasil, Turquía y Francia de violar la Convención sobre los Derechos del Niño por no haber hecho lo suficiente para combatir el cambio climático y por no haber mantenido sus promesas. La queja, más que nada, parece tener como objetivo llamar la atención.

Algunas de las cosas que dijo en su emotivo discurso ante la ONU ya son emblemáticas. Tal vez un día su discurso sea considerado el más importante de principios del siglo 21.

En solo cuatro minutos y medio mostró todas las negociaciones en curso como los que son: solo palabras. Su discurso rompe también con la retórica optimista de las últimas décadas.  Su “¿cómo se atreven? Representa el fin de una era de eufórica anticipación del futuro, de la convicción inquebrantable en los beneficios del progreso, , en la creencia de que todo se puede. (“I have a dream“, de Martin Luther Kin”, “Yes, we can“, de Barack Obama, “Make America Great Again“, de Donald Trump) .

El discurso de Thundberg nos obliga a la reflexión, a la contemplación y a pensar en la posibilidad de dar marcha atrás. Ella apela a la moral más que al pragmatismo, a la controversia más que a la reconciliación.