Terragno aquieta las aguas

Dijo al Senado que el reajuste fue un caso de fuerza mayor. Aludió a la presión de fuertes lobbies sobre el gobierno. Logró que la reacción de los senadores del PF fuera de tono moderado.

8 junio, 2000

Para los redactores parlamentarios el tono de la exposición del jefe del Gabinete, Rodolgo Terragno, y de los miembros justicialistas del Senado sería señal de un acuerdo previo en favor de la convivencia, en base al que se desmontaron las expectativas previas de un debate fuertemente polémico.

Parece claro que funciona el pacto de gobernabilidad del sistema democrático del que se viene hablando desde hace tiempo. El antagonismo propio de la lucha por controlar la mayor porción de poder político se detiene en el borde del abismo a que podría conducir una violencia social descontrolada.

Terragno fue muy claro y preciso:
1. Las medidas son consecuencia de un caso de fuerza mayor, ya que en medio de la crisis se manifestó la acción de poderosos lobbies “que pedían la dolarización de la economía, devaluar el peso o realizar un ajuste mayor al que se hizo”.

2. “Cuando se actúa en virtud de fuerza mayor, la voluntad que determina el acto no es la voluntad de quien la ejecuta, sino la voluntad – lícita o no – de un tercero”.

3. Al gobierno, desde el punto de vista de su capital político, no le convenía en modo alguno rebajar los sueldos de su personal.

4. Expresó que existía el riesgo cierto de que los mercados de capital dejaran al país sin financiamiento, pero que no se cedió a la presión de “quienes se arrogan la representación del mercado que abogaban por extremar los términos del ajuste.

El presidente del bloque justicialista, senador Augusto Alasino cuestionó las declaraciones del titular de la SIDE, Fernando de Santibañes, y no se privó de recordarle a Terragno que otro allegado al Presidente, el ministro Ricardo López Murphy, había propuesto la rebaja general de los salarios con antelación.

Alasino habló con parsimonia, sin levantar la voz ni apelar a los recursos habituales de la retórica política de batalla. En cambio Jorge Yoma (La Rioja) no sólo descalificó al ajuste, por considerarlo confiscatorio y nulo debido a que habría usurpado facultades propias del Poder Legislativo, sino que se animó a defender las jubilaciones de privilegio acotadas por el Gobierno.

Al término de su exposición, el jefe del Gabinete aseguró que el Poder Ejecutivo no se propone nuevos ajustes.

Para los redactores parlamentarios el tono de la exposición del jefe del Gabinete, Rodolgo Terragno, y de los miembros justicialistas del Senado sería señal de un acuerdo previo en favor de la convivencia, en base al que se desmontaron las expectativas previas de un debate fuertemente polémico.

Parece claro que funciona el pacto de gobernabilidad del sistema democrático del que se viene hablando desde hace tiempo. El antagonismo propio de la lucha por controlar la mayor porción de poder político se detiene en el borde del abismo a que podría conducir una violencia social descontrolada.

Terragno fue muy claro y preciso:
1. Las medidas son consecuencia de un caso de fuerza mayor, ya que en medio de la crisis se manifestó la acción de poderosos lobbies “que pedían la dolarización de la economía, devaluar el peso o realizar un ajuste mayor al que se hizo”.

2. “Cuando se actúa en virtud de fuerza mayor, la voluntad que determina el acto no es la voluntad de quien la ejecuta, sino la voluntad – lícita o no – de un tercero”.

3. Al gobierno, desde el punto de vista de su capital político, no le convenía en modo alguno rebajar los sueldos de su personal.

4. Expresó que existía el riesgo cierto de que los mercados de capital dejaran al país sin financiamiento, pero que no se cedió a la presión de “quienes se arrogan la representación del mercado que abogaban por extremar los términos del ajuste.

El presidente del bloque justicialista, senador Augusto Alasino cuestionó las declaraciones del titular de la SIDE, Fernando de Santibañes, y no se privó de recordarle a Terragno que otro allegado al Presidente, el ministro Ricardo López Murphy, había propuesto la rebaja general de los salarios con antelación.

Alasino habló con parsimonia, sin levantar la voz ni apelar a los recursos habituales de la retórica política de batalla. En cambio Jorge Yoma (La Rioja) no sólo descalificó al ajuste, por considerarlo confiscatorio y nulo debido a que habría usurpado facultades propias del Poder Legislativo, sino que se animó a defender las jubilaciones de privilegio acotadas por el Gobierno.

Al término de su exposición, el jefe del Gabinete aseguró que el Poder Ejecutivo no se propone nuevos ajustes.

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