Tenaz adhesión al statu quo en el FMI y el Banco Mundial
Los miembros del Fondo y del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Birf) aprobaron esta semana aumentos de capital. Los países en desarrollo representan casi la mitad del producto bruto global, pero ello no se refleja en el poder de voto.
28 abril, 2010
<p>Buena parte de ese bloque, por otra parte, está sacando el mundo de la crisis sistémica y la recesión (2006/9), causadas por los socios privilegiados de ambas entidades. Naturalmente, el grupo -que abarca la Asociación Financiera Internacional, casi un “lobby” de bancos privados- se halla bajo nuevas presiones para actualizar el reparto del voto en la asamblea general.<br />
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En rigor, el cambio de guardia en el FMI y el Banco Mundial ha llevado a tibias reformas. Pero no parece fácil modificar el statu quo en los procedimientos para toma de decisiones. La alianza virtual entre los países centrales, más fuertes en votos, y ambas burocracias técnicas es difícil de romper. <br />
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Además, son intercambiables, en particular sus bloques indio y sudamericano, muy ligados a la escuela de Chicago o los establishments financieros de sus países. Chile y Perú son ejemplos claros<br />
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Según un compromiso no escrito, como otras normas ausentes de los anticuados estatutos, Estados Unidos preside el Birf y Europa occidental el Fondo. Curiosamente, este esquema –consolidado hace años por Robert McNamara- aísla a ambas cúpulas y aumenta el poder interno de las camarillas. Esto llevó, por ejemplo, a las medidas contraproducentes que agravaron la crisis sistémica de 1997/8 y produjeron violencia social en Indonesia, Malasia, Tailandia, etc. <br />
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Las pálidas reformas recientes, sostienen China, Brasil, India, Indonesia, Rusia o Sudáfrica, no impiden que la toma de decisiones internas en el FMI y el Banco Mundial sea anacrónica. En verdad, refleja el orden geopolítico prevaleciente tras la Segunda guerra mundial, luego marcado por una burocracia ligada a la gran banca occidental, que acabó con la herencia keynesiana en esas organizaciones. <br />
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Justamente, hace pocos días el cuarteto Brasil-Rusia-India-China se juntó en Brasilia con el objeto de impulsar la reforma de mecanismos internos de conducción y exigir cambios estructurales. Desde 2008, a la sazón, el grupo de los 20 también secunda mayoritariamente los planteos de aquellos cuatro.<br />
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A grandes rasgos, los países emergentes afirman que las reformas aprobadas por el FMI y el Birf en 2008/9 son mera cosmética y no alcanzan. Se limitan a recalcular fórmulas para repartir el voto, eventual aumento en casos de subrepresentación y más votos para países pobres. Como en la Organización Mundial de Comercio y Naciones Unidas, ese grupo se usa para postergar cambios en serio.<br />
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Ni siquiera estas modestas actualizaciones son aún efectivas… porque no las han votado 112 miembros, o sea 85% del “padrón”. A fines de marzo, apenas 65 países (70% del voto) las habían aprobado.</p>
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