Tasas bajas no lograron generar crecimiento

Estados Unidos viene sacando lentamente al mundo de la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial gracias, en gran medida, a las históricas medidas de estímulo adoptadas por la Reserva Federal.

9 septiembre, 2015

Pero casi siete años después de que el banco central llevara las tasas a nivel casi cero, el equipo de crisis de la Fed cree que las tasas bajas y la “flexibilización cuantitativa” no consiguieron el objetivo buscado de generar un vigoroso rebote económico.

 

Si bien hace ya algunos meses la titular de la Reserva Federal Janet Yellen había anunciado el posible abandono de las tasas a nivel cero antes de finales de este año, la inflación quedó aplastada aunque la economía haya alcanzado lo que la Fed cree es pleno empleo. Mientras tanto, algunos sectores de los mercados financieros se están recalentando, inflados por los bajísimos costos del crédito. Eso hace tambalear los modelos económicos en los que los bancos suelen confiar.

 

Según algunos parámetros Estados Unidos va bien. El desempleo es apenas de 6,1%; el crecimiento durante el segundo trimestre fue de 3,7%, muy por encima de la tendencia histórica. Pero el crecimiento del salario anual, en 2,2% está muy por debajo del ritmo que los funcionarios de la Fed esperan con pleno empleo y la participación de la fuerza laboral está en su nivel más bajo desde los años 70.

 

Esto último se debe en parte a que se está jubilando la generación de los baby boomers y también porque los trabajadores potenciales han dejado de buscar trabajo. La inflación languidece por debajo del objetivo de la Fed desde 2012 a pesar de los estímulos de las tasas en cero y la flexibilización cuantitativa.

 

Según Kenneth Rogoff, un profesor de Harvard dedicado a estudiar en profundidad los resultados de crisis financieras, en un ciclo positivo normal, la Reserva Federal ya habría elevado las tasas por la monos seis meses atrás dadas las buenas señales provenientes del mercado laboral. “Pero este no es un ciclo comercial típico”, dice, “la Fed no puede confiar en modelos que muestran que la inflación está a la vuelta de la esquina. La producción está mejor, pero descubrir que después de siete años la inflación es un poquito alta parece un tema menor comparado con el riesgo de empujar a la economía hacia una recesión”.

 

El panorama se complica porque, mientras muchos norteamericanos se quejan de la lenta recuperación, aparecen zonas conflictivas. Una es la de bienes raíces, donde los valores exceden los niveles anteriores a la crisis.. “Las bajas tasas de interés están aumentando la demanda de propiedades comerciales pues la gente busca altos retornos”, dice Dn Capaobres, un desarrollador de bienes raíces. La posibilidad de elevarlas preocupa en términos de valuaciones..

 

Otra zona conflictiva se encuentra en los mercados de deuda empresaria. Las empresas norteamericanas ya emitieron en lo que va del año US$ 568.000 millones en bonos para asegurarse financiamiento barato antes de cualquier suba de tasas que se produzca este año o para financiar sus megafusiones y adquisiciones.

 

En lo que va de 2014 ya se han vendido más de US$ 211.000 millones en bonos basura y hubo emisión por más de US$ 200.000 en los primeros ocho meses del año por cada año desde 2011.

 

Recientemente, los movimientos de los mercados financieros asociados a la preocupación por el crecimiento chino han provocado que el banco central norteamericano se detenga a pensar en la conveniencia de elevar las tasas Charles Plosser, ex presidente de Philadelphia Fed, dice que el banco central debe asegurar que no se lo vea demasiado comprometido con los mercados financieros.

 

Sus comentarios destacan un problema más amplio. Ocho años después de que una crisis financiera llevara al mundo al borde del colapso y obligara a los gobiernos transatlánticos a depositar cientos de millones de dólares en sus bancos para salvarlos de la implosión, todavía los banqueros no saben qué combinación de política monetaria, fiscal y regulatoria de los mercados financieros aplicar para asegurar crecimiento estable en el largo plazo.

 

El viejo método teórico y práctico que se aplicaba para controlar la inflación fracasó en 2007-2009, en parte porque ignoró la inflación en el precio de los activos. Pero hoy, los bajos niveles de inflación en los mercados de bienes alientan a los políticos a abstenerse de subir las tasas de interés aunque las valuaciones en el precio de los activos estén altas.

 

 

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