Tangentopoli II: analizan destituir a Antonio Fazio
Por boca de Giulio Tremonti, ministro de Economía, el gobierno le exige dimitir al presidente del banco central. Entretanto, se verifican complicidades entre Giampiero Fiorani y Giovanni Consorte.
La suerte de Fazio probablemente quede sellada en la reunión extraordinaria del consejo de gobierno, el martes, convocada por el primer ministro, Silvio Berlusconi. En el plano legal, la fiscalía milanesa responsabiliza al jefe de Banca d’Italia (central) por entregar información reservada. En otro, la de Roma investiga a Consorte, de la aseguradora Unipol, sindicado como socio o cómplice de Fiorani en varias aventuras turbias al margen de la ley.
Ya han comenzado los interrogatorios a Fazio. Además de uso indebido de datos privilegiados, el funcionarioo está involucrado en agiotaje y manipulación del mercado, por su apoyo a maniobras ilícitas de la “banda Fiorani” y su Banca Popolare Italiana (ex Lodi) para desplazar al holandés ABN Amro y quedarse con Banca Antoniana Popolare Veneta (para revenderla con ganancia).
Según la justicia milanesa, Fazio pasó a la “banda” informaciones reservadas, relativas al análisis que efectuaba el central sobre la oferta de BPI por AntonVeneta. En cuanto a Consorte, los fiscales romanos cuestionan sus métodos para apoderarse de Banca Nazionale del Lavoro. Entre ellos, presiones –y las de Francesco Caltagirone- para que Banco Bilbao Vizcaya Argentaria se retirase de la puja, pese a estar en mucho mejores condiciones de tomar BNL. También ahí interfirió Fazio, en nombre de “resguardar la italianidad del sistema”, calificando de “masones vascos” a los directivos del BBVA..
La situación se complica con la intervención de Nicola Miriano, procurador general de Perugia. El alto funcionario se ha puesto en contacto con colegas de Milán (Francesco Castellano, presidente del tribunal de casación) y Achille Toro (Roma). El tema: conversaciones telefónicas interceptadas por orden judicial, que comprometen a Consorte, Caltagirone y Fazio.
Al igual que Fiorani, Consorte ha “ganado” y hecho desaparecer unos cuatro millones de euros. Eso incluye una colocación por 1.600.000 en Teti Finanziaria, firma fantasma controlada por el mismo personaje y socios suyos.
Mientras tanto, un coro de políticos, banqueros y columnistas se alza tratando de persuadir a la opinión pública de que este escándalo múltiple no se parece, ni por la tapas, a la Tangentopoli original (1993). Algún medio llegó a acuñar un término tan improbable o vacuo como “bancapoli”. Pero ya se anticipa un “pedido de licencia” que firmaría Fazio por consejo de sus aliados democristianos, Silvio Berlusconi –que no sabe hacia dónde disparar- y el Banco Central Europeo.
No obstante, Carlo Azeglio Ciampi, presidente de la república, espera un dictamen de asesores sobre factibilidad constitucional de despedir a Fazio o disolver el directorio del banco central. Parodiando los gestos piadosos de quienes estaban metido en la Tangentopoli original, Fazio se dedica a recorrer iglesias de primer nivel y a leer profetas bíblicos que no vacilarían en echarlo del templo.
La suerte de Fazio probablemente quede sellada en la reunión extraordinaria del consejo de gobierno, el martes, convocada por el primer ministro, Silvio Berlusconi. En el plano legal, la fiscalía milanesa responsabiliza al jefe de Banca d’Italia (central) por entregar información reservada. En otro, la de Roma investiga a Consorte, de la aseguradora Unipol, sindicado como socio o cómplice de Fiorani en varias aventuras turbias al margen de la ley.
Ya han comenzado los interrogatorios a Fazio. Además de uso indebido de datos privilegiados, el funcionarioo está involucrado en agiotaje y manipulación del mercado, por su apoyo a maniobras ilícitas de la “banda Fiorani” y su Banca Popolare Italiana (ex Lodi) para desplazar al holandés ABN Amro y quedarse con Banca Antoniana Popolare Veneta (para revenderla con ganancia).
Según la justicia milanesa, Fazio pasó a la “banda” informaciones reservadas, relativas al análisis que efectuaba el central sobre la oferta de BPI por AntonVeneta. En cuanto a Consorte, los fiscales romanos cuestionan sus métodos para apoderarse de Banca Nazionale del Lavoro. Entre ellos, presiones –y las de Francesco Caltagirone- para que Banco Bilbao Vizcaya Argentaria se retirase de la puja, pese a estar en mucho mejores condiciones de tomar BNL. También ahí interfirió Fazio, en nombre de “resguardar la italianidad del sistema”, calificando de “masones vascos” a los directivos del BBVA..
La situación se complica con la intervención de Nicola Miriano, procurador general de Perugia. El alto funcionario se ha puesto en contacto con colegas de Milán (Francesco Castellano, presidente del tribunal de casación) y Achille Toro (Roma). El tema: conversaciones telefónicas interceptadas por orden judicial, que comprometen a Consorte, Caltagirone y Fazio.
Al igual que Fiorani, Consorte ha “ganado” y hecho desaparecer unos cuatro millones de euros. Eso incluye una colocación por 1.600.000 en Teti Finanziaria, firma fantasma controlada por el mismo personaje y socios suyos.
Mientras tanto, un coro de políticos, banqueros y columnistas se alza tratando de persuadir a la opinión pública de que este escándalo múltiple no se parece, ni por la tapas, a la Tangentopoli original (1993). Algún medio llegó a acuñar un término tan improbable o vacuo como “bancapoli”. Pero ya se anticipa un “pedido de licencia” que firmaría Fazio por consejo de sus aliados democristianos, Silvio Berlusconi –que no sabe hacia dónde disparar- y el Banco Central Europeo.
No obstante, Carlo Azeglio Ciampi, presidente de la república, espera un dictamen de asesores sobre factibilidad constitucional de despedir a Fazio o disolver el directorio del banco central. Parodiando los gestos piadosos de quienes estaban metido en la Tangentopoli original, Fazio se dedica a recorrer iglesias de primer nivel y a leer profetas bíblicos que no vacilarían en echarlo del templo.
