Superdelegados demócratas, ligados a votantes y no a comités

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Un ejemplo: la diputada Rosa deLauro (Connecticut) reunió un grupo en su casa de Washington. Su objeto era eludir comités y reclutar directamente superdelegados para el precandidato Barack Obama.

Con el senador por Illinois delante de su colega neoyorquina en votos acumulados (1.074 contra 967, según CNN), deLAuro y otros dirigentes políticos ven seria posibilidades de que un número relevante de superdelegados responda no a trenzas locales, sino a la voluntad de la gente.

“Es una forma de ir superando viejos anacronismos de comité”, señalaba la legisladora. Por cierto, muchos seguidores de Obama temen que los superdelegados –militantes del partido, legisladores locales teóricamente sin compromisos- inclinen la convención en favor de Hillary Rodham Clinton, cuyo esposo tiene fuertes nexos con el aparato demócrata.

Ello sería fácil de suceder si ninguno de ambos precandidatos obtiene por su cuenta el mínimo de 2.025 delegados requerido para ganar en la convención de Denver (25/28 de agosto). George W.Bush no nevesitpo eso porque, en 2000 y2004, contaba con el aparato conservador republicano más una coalición de fundamentalistas cristianos y judíos.

Los 796 superdelegados son políticos profesionales. No obstante, Nancy Pelosi –presidente de la cámara baja y la mujer hoy más poderosa del país- cee que “ese grupo será sensible a la voluntad de la gente, gane quien ganare”. Sin embargo, Hillary empezó antes que Obama en la tarea de captar superdelegados… ayudada por su marido. De acuerdo con Associated Press, hasta el 12 de febrero contaba con 243, contra 156 de su rival.

Al margen de este factor, la senadora precisa obtener Ohio, Tejas (el 4 de marzo) y Pennsilvania para recobrar la ventaja sobre Obama. A éste, empero, le basta ganar uno solo de los tres estados para retener la delantera. Los superdelegados, una categoría creada recién en 1980, abarcan todos los demócratas del congreso, gobernadores, el comité nacional, ex presidentes y vices. Este año serán 20% de la convención.

Con el senador por Illinois delante de su colega neoyorquina en votos acumulados (1.074 contra 967, según CNN), deLAuro y otros dirigentes políticos ven seria posibilidades de que un número relevante de superdelegados responda no a trenzas locales, sino a la voluntad de la gente.

“Es una forma de ir superando viejos anacronismos de comité”, señalaba la legisladora. Por cierto, muchos seguidores de Obama temen que los superdelegados –militantes del partido, legisladores locales teóricamente sin compromisos- inclinen la convención en favor de Hillary Rodham Clinton, cuyo esposo tiene fuertes nexos con el aparato demócrata.

Ello sería fácil de suceder si ninguno de ambos precandidatos obtiene por su cuenta el mínimo de 2.025 delegados requerido para ganar en la convención de Denver (25/28 de agosto). George W.Bush no nevesitpo eso porque, en 2000 y2004, contaba con el aparato conservador republicano más una coalición de fundamentalistas cristianos y judíos.

Los 796 superdelegados son políticos profesionales. No obstante, Nancy Pelosi –presidente de la cámara baja y la mujer hoy más poderosa del país- cee que “ese grupo será sensible a la voluntad de la gente, gane quien ganare”. Sin embargo, Hillary empezó antes que Obama en la tarea de captar superdelegados… ayudada por su marido. De acuerdo con Associated Press, hasta el 12 de febrero contaba con 243, contra 156 de su rival.

Al margen de este factor, la senadora precisa obtener Ohio, Tejas (el 4 de marzo) y Pennsilvania para recobrar la ventaja sobre Obama. A éste, empero, le basta ganar uno solo de los tres estados para retener la delantera. Los superdelegados, una categoría creada recién en 1980, abarcan todos los demócratas del congreso, gobernadores, el comité nacional, ex presidentes y vices. Este año serán 20% de la convención.

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