Storani y Alvarez buscan el diálogo

Federico Storani y el vicepresidente Carlos Alvarez, en la promoción del diálogo político. Eventual invitación al PJ, seguida por las que se hará a otros sectores.

13 junio, 2000

Federico Storani, desde el Ministerio del Interior, ha sido encargado por el Presidente de realizar contacto con los sectores políticos y sociales, de acuerdo a una estrategia que surgió de la conducción de la Unión Cívica Radical, en la cual Raúl Alfonsín juega un papel preponderante. Pero con la prevención de que no puede significar, de manera alguna, difundir una imagen de debilidad oficial.

No debe surgir como una consecuencia inmediata del paro del viernes, sino como una elaboración estratégica destinada a buscar el consenso social para aplicar una política de Estado, cuyo protagonista incuestionado es el gobierno de la República.

Carlos Alvarez ha asumido la responsabilidad de cerrar las fisuras abiertas en la Alianza por la irrestricta adhesión del ministerio de Economía a los compromisos planteados por el Fondo Monetario Internacional. A ello apuntó precisamente el almuerzo que mantuvo ayer en la Casa Rosada, con los legisladores disidentes del Frepaso que firmaron una declaración contra el ajuste.

Storani, a su vez, prepara con sus colaboradores una eventual agenda destinada a instrumentar el diálogo. Comenzaría por los partidos con representación en el Congreso, a partir del Justicialismo, seguido por la Unión Cívica Radical, el Frepaso y Acción por la República.

En una segunda etapa, se invitará a las centrales sindicales por intermedio del ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, quien las recibiría por separado.

La Iglesia Católica será reconocida en su protagonismo social de los últimos tiempos como un interlocutor necesario. Por supuesto, se buscará establecer bases de acuerdo para reducir la intensidad de las críticas que han partido desde la institución contra la política económica oficial.

Federico Storani, desde el Ministerio del Interior, ha sido encargado por el Presidente de realizar contacto con los sectores políticos y sociales, de acuerdo a una estrategia que surgió de la conducción de la Unión Cívica Radical, en la cual Raúl Alfonsín juega un papel preponderante. Pero con la prevención de que no puede significar, de manera alguna, difundir una imagen de debilidad oficial.

No debe surgir como una consecuencia inmediata del paro del viernes, sino como una elaboración estratégica destinada a buscar el consenso social para aplicar una política de Estado, cuyo protagonista incuestionado es el gobierno de la República.

Carlos Alvarez ha asumido la responsabilidad de cerrar las fisuras abiertas en la Alianza por la irrestricta adhesión del ministerio de Economía a los compromisos planteados por el Fondo Monetario Internacional. A ello apuntó precisamente el almuerzo que mantuvo ayer en la Casa Rosada, con los legisladores disidentes del Frepaso que firmaron una declaración contra el ajuste.

Storani, a su vez, prepara con sus colaboradores una eventual agenda destinada a instrumentar el diálogo. Comenzaría por los partidos con representación en el Congreso, a partir del Justicialismo, seguido por la Unión Cívica Radical, el Frepaso y Acción por la República.

En una segunda etapa, se invitará a las centrales sindicales por intermedio del ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, quien las recibiría por separado.

La Iglesia Católica será reconocida en su protagonismo social de los últimos tiempos como un interlocutor necesario. Por supuesto, se buscará establecer bases de acuerdo para reducir la intensidad de las críticas que han partido desde la institución contra la política económica oficial.

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