Stiglitz y Krugman siguen escépticos sobre la economía en 2006

“No apuesten a un año sin sobresaltos”, advierten Joseph Stiglitz (Nobel 2001) y Paul Krugman, eterno candidato al mismo, ajado premio. Ambos pronostican incertidumbres mundiales, asociadas al deterioro político de George W.Bush.

7 marzo, 2006

Por otra parte, independientemente del grado de crecimiento internacional, su distribución tenderá a ser aun menos equitativa que en el primer lustro del suglo XXI. El África subsahariana y parte de Latinoamérica proseguirán deteriorándose, presunción que comparte nadie menos que Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial.

Eso explica por qué esa entidad y otros organismos multilaterales –menos la archiconservadora OCDE- empiezan a ver con buenos ojos métodos no convencioanles para reasignar ingresos y afrontar la pobreza estructural. Por ejemplo, planes sociales como los de Argentina, Brasil, Venezuela, India, etc.

Al margen de eso, “el consumidor norteamericano comienza a ponerse reticente. No parece –señala Stiglitz- muy dispuesto a endeudarse a las actuales tasas de interés”. Por cierto, esta semana sus niveles en Estados Unidos saltaron a 4,75% (diez años) y 4,74% (treinta años). Máximos en varios años. Paralelamente, la libor (London interbank rate) superaba 5% anual a seis meses. Los tres valores reflejan el retroceso de precios para títulos de renta fija; pero no lo provocan, como imaginan medios locales. Tanto es así que, hace pocos días, los bonos argentinos atravesaban un auge.

Volviendo al público estadounidense, Krugman señala que “durante 2005, gastó o se endeudó a un ritmo diario de US$ 2.000 millones. Ya este año, va a ser muy difícil mantener ese derroche, porque crédito y dinero tienden a hacerse más caros”. En verdad, recién ahora los tipos de largo plazo reaccionan al ajuste de tasas básicas efectuado desde 2004 por la Reserva Federal (fue elevándolos de 1 a 4,5% anual).

En otro plano, ambos economistas –y Benjamin Bernanke, nuevo jefe de la RF- sostienen que los precios petroleros tenderán a mantenerse por encima de US$ 55/60 el barril. En realidad, cada vez que ese nivel toca piso, algo sucede y los valores rebotan hacia US$ 62/63,50. En lo atinente a las “nuevas locomotoras en desarrollo” (China, India), su capacidad de tracción se limitta a ciertos sectores y no es global.

“Algunos se entusiasman con el grupo BRIC, o sea Brasil, Rusia, Inidia y China. No obstante –observa Krugman- son economías muy diversas entre sí. Por ejemplo, Rusia es exportadora neta de combustibles fósiles, en tanto China e India son importadoras comparables a EE.UU.”. El caso hindú, de paso, ha puesto en evidencia la declimación de la hegemonía norteamericana: Bush tuvo que hacer concesiones en materia nuclear que ni siquiera obtivo Pakistán.

Por otra parte, independientemente del grado de crecimiento internacional, su distribución tenderá a ser aun menos equitativa que en el primer lustro del suglo XXI. El África subsahariana y parte de Latinoamérica proseguirán deteriorándose, presunción que comparte nadie menos que Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial.

Eso explica por qué esa entidad y otros organismos multilaterales –menos la archiconservadora OCDE- empiezan a ver con buenos ojos métodos no convencioanles para reasignar ingresos y afrontar la pobreza estructural. Por ejemplo, planes sociales como los de Argentina, Brasil, Venezuela, India, etc.

Al margen de eso, “el consumidor norteamericano comienza a ponerse reticente. No parece –señala Stiglitz- muy dispuesto a endeudarse a las actuales tasas de interés”. Por cierto, esta semana sus niveles en Estados Unidos saltaron a 4,75% (diez años) y 4,74% (treinta años). Máximos en varios años. Paralelamente, la libor (London interbank rate) superaba 5% anual a seis meses. Los tres valores reflejan el retroceso de precios para títulos de renta fija; pero no lo provocan, como imaginan medios locales. Tanto es así que, hace pocos días, los bonos argentinos atravesaban un auge.

Volviendo al público estadounidense, Krugman señala que “durante 2005, gastó o se endeudó a un ritmo diario de US$ 2.000 millones. Ya este año, va a ser muy difícil mantener ese derroche, porque crédito y dinero tienden a hacerse más caros”. En verdad, recién ahora los tipos de largo plazo reaccionan al ajuste de tasas básicas efectuado desde 2004 por la Reserva Federal (fue elevándolos de 1 a 4,5% anual).

En otro plano, ambos economistas –y Benjamin Bernanke, nuevo jefe de la RF- sostienen que los precios petroleros tenderán a mantenerse por encima de US$ 55/60 el barril. En realidad, cada vez que ese nivel toca piso, algo sucede y los valores rebotan hacia US$ 62/63,50. En lo atinente a las “nuevas locomotoras en desarrollo” (China, India), su capacidad de tracción se limitta a ciertos sectores y no es global.

“Algunos se entusiasman con el grupo BRIC, o sea Brasil, Rusia, Inidia y China. No obstante –observa Krugman- son economías muy diversas entre sí. Por ejemplo, Rusia es exportadora neta de combustibles fósiles, en tanto China e India son importadoras comparables a EE.UU.”. El caso hindú, de paso, ha puesto en evidencia la declimación de la hegemonía norteamericana: Bush tuvo que hacer concesiones en materia nuclear que ni siquiera obtivo Pakistán.

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