Standard & Poors deja malparado a Mario Monti
Por una parte, Barack Obama y Wall Street aplauden al primer ministro. Por la otra, S&P degrada a 34 bancos italianos por ser más vulnerables al refinanciamiento de deudas soberanas. Sus riesgos alcanzan nivel 4 en una escala de uno a 10.
11 febrero, 2012
<p>Monti intentó desde Nueva York morigerar el efecto del cachetazo, afirmando que “era algo esperado”. En realidad, la baja de nota deriva de una medida similar (13 de enero) atinente a los bonos soberanos del país, tercera economía de la Eurozona.<br />
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En esta oportunidad, la degradación va de A a BBB+ Abarca entidades como Unicredito –segundo golpe en pocos días-, Intesa SanPaolo, BNI, UBI, Mediobanca, cajas de ahorro de Parma y Piacenza, Monte Paschi y otros 26 bancos privados.<br />
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A criterio de analistas locales, franceses y hasta estadounidenses, se trata de otro golpe bajo. También, quizá de represalias de S&P por las acciones jurídicas contra esta agencia y Fitch Ratings. Para obervadores de Fráncfort, la actitud de Standard & Poor’s refleja una politización de las calificadoras, es decir un riesgo para las propias agencias.<br />
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Un detale apunta en esa dirección. Mientras el mercado esperaba recalificaciones parciales, S&P se tornó “ecuménica” y asigna, como grado máximo, el del estado italiano (A). En suma, la agencia castiga a 34 bancos, de los cuales 37 estaban en observación desde hace semanas.<br />
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Tres factores esgrime la calificadora: deuda soberana, reducción de utilidades y trabas para financiarse en los mercados “voluntarios”. Al mismo tiempo, la rebaja eleva un grado el índice de riesgo en todo el sistema crediticio italiano. A partir de ahora, ingresa en un grupo donde figuran México, Brasil o la República Checa. No sin un dejo de ironía, la agencia incluye las dificultades de las empresas italianas. En particular, su dependencia del Banco Central Europeo para financiarse.<br />
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Naturalmente, estas decisiones políticas de Standard & Poor’s tal vez acelere los procedimientos contra las tres calificadoras. Hay iniciativas al respecto en el Europarlamento (Estrasburgo) y Berlín. </p>