<p>Prologando una larga agonía política, este hombre de 74 años pasó el lunes la peor noche de su vida. Las votaciones en el senado y diputados se realizaron en un clima tenso, mientras la policía chocaba con manifestantes en Roma –donde precisaron 2.500 efectivos para controlar la calle-, Milán, Nápoles, Florencia, Parma, Venecia y otras ciudades. En general, la gente protestaba por el escaso margen obtenido y exigía la renuncia de Berlusconi.<br />
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No obstante, el destino del país sigue atado al de un caudillo personalista de corte conservador, cuyo mayor mérito subsistente es haber encabezado dos gabinetes estables desde 1994. Eso fue una hazaña en un contexto tan volátil como el imperante desde la caída de los democristianos. Tangencialmente, el primer ministro fue un doble precursor: se hizo millonario desde un imperio mediático de orígenes poco diáfanos y lo empleó para obtener el poder. <br />
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Pese o debido a una victoria tan apretada, Italia y el “cavaliere” se han precipitado en una incertidumbre política sin resolución a la vista. Si bien su actual mandato expira en 2013, le queda una mayoría legislativa demasiado frágil. En otras palabras, el “premier” carece de margen para gobernar.<br />
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Por ello, en general los expertos predicen que acabará dimitiendo en semanas y llamando a elecciones anticipadas. Sea ésta la salida o no lo sea, gran parte de sus aliados, empezando por el senador separatista Umberto Bossi, sugieren nombrar un gabinete técnico dirigido por dos hombres tan respetados como el ministro de economía, Giulio Tremonti, y el presidente del banco central, Mario Draghi. <br />
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Precisamente, estos cabildeos coinciden con la atención de los mercados puesta en Italia por su alto endeudamiento y su pobre crecimiento. Tal es el clima que varios empresarios mencionan a Luca Cordero Montezemolo –junta de Fiat- como árbitro de una salida no traumática de Berlusconi. <br />
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Aunque el caos político sea endémico en el país, esta vez se juegan desafíos económicos y financieros ineludibles. Mientras el primer ministro mantuvo en el puño a un público abiertamente volcado a la derecha y el neofascismo, lo de ahora era impensable. Este régimen duró la mayor parte de los últimos quince años.<br />
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Ahora, Berlusconi logró mantenerse por tres votos en diputados (314 en pro, 311 en contra, dos abstenciones) y algo más en el senado, merced a Bossi. Irónicamente, el jefe de la Liga Norte aspira a desalojar electoralmente a su presente aliado. En cuanto el “premier”, los eventuales comicios pueden dejarlo sin inmunidad en varios juicios firmes hoy congelados por escandalosas leyes de inmunidad temporal a su medida. <br />
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Toda esta historia arranca en agosto, cuando un aliado clave, el ex fascista Gianfranco Fini –preside diputados- acusó a Berlusconi de antidemocrático y fundó el partido Futuro y Libertad. En noviembre, el PL retiró del gabinete sus cuatro ministros y desencadenó esta crisis.<br />
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Fini tiene suficiente poder para desbancar a su ex amigo, pero, a pesar de su creciente apoyo social, aún no puede sucederlo al “cavaliere”. Eso explica que Fini haya sido el mayor perdedor este martes: un desafiante que no estuvo a la altura del reto.<br />
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¿Cómo continúa la película? Eso se verá en enero, cuando la corte constitucional -máxima instancia italiana- vote sobre la licitud de una ley pasada con fórceps en favor de Berlusconi y su inmunidad en funciones. Si el veredicto es negativo, el “premier” deberá dar un paso al costado. Entre el momento actual y ése, la crisis de la Eurozona podría beneficiar al primer ministro porque no existe en Italia una oposición unida, consistente y con un programa.</p>
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Silvio Berlusconi se salvó raspando, pero…
El primer ministro italiano sobrevivió dos cuestionamientos parlamentarios a su confianza por apenas tres votos. Este martes, evitó a duras penas el colapso de un gobierno ya contra las cuerdas, pero no queda en condiciones de aguantar mucho tiempo.