Siemens, como Volskwagen, suprime empleos para bajar gastos
Mientras el virtual empate electoral tiene en vilo al país, otra empresa germana recorta empleos porque sus negocios no marchan bien. Siemens anunció que eliminará 2.400 puestos laborales y 1.500 millones en costos de ahora a 2007.
La compañía con sede en Munich, bastión de la derechista Unión Social Cristiana -aliada de Ángela Merkel-, señaló que la división más castigada será la de servicios informáticos. También habrá despidos en telecomunicaciones. Este sector aporta un quinto de los € 75.000 millones en ingresos del grupo.
El tercer trimestre del ejercicio contable ha sido malo. Los márgenes de utilidad neta cedieron 2,1% en Siemens Telecom, 8,2% en servicios informáticos y 8,8% en logística. No obstante, la dirección insiste en augurar ganancias anuales similares a las de 2004 (unos € 3.400 millones). “Vamos por buen camino”, osó decir Klauds Kleinfeld, presidente ejecutivo.
Los sindicatos no piensan lo mismo. Ya antes de las elecciones generales, el grupo afrontaba un duro debate sobre sus responsabilidades en el desempleo crónico que sufre Alemania. Oskar Lafontaine, ex socialdemócrata y candidato de Links (izquierda unida), fue muy duro con Siemens, Volkswagen y otras grandes empresas. Eso le valió 8% del voto. La actitud de Siemens ahora puede inclinar hacia la izquierda o la socialdemocracia a Dresde, estado oriental que debe celebrar sus propios comicios en un par de semanas.
En esas condiciones, las perspectivas de los democristianos y sus aliados liberales no son buenas. Por de pronto, los resultados del domingo sugieren que el público empieza a rechazar recetas y reformas de mercado, como ha ocurrido con los plebiscitos constitucionales en Francia y Holanda. “Si los sindicatos aprovechan estos cambios de tendencias políticas, Siemens tendrá serios problemas para llevar a cabo sus planes. No será la única”, presume Merck Fink & G,, fondo inversor bávaro.
La compañía con sede en Munich, bastión de la derechista Unión Social Cristiana -aliada de Ángela Merkel-, señaló que la división más castigada será la de servicios informáticos. También habrá despidos en telecomunicaciones. Este sector aporta un quinto de los € 75.000 millones en ingresos del grupo.
El tercer trimestre del ejercicio contable ha sido malo. Los márgenes de utilidad neta cedieron 2,1% en Siemens Telecom, 8,2% en servicios informáticos y 8,8% en logística. No obstante, la dirección insiste en augurar ganancias anuales similares a las de 2004 (unos € 3.400 millones). “Vamos por buen camino”, osó decir Klauds Kleinfeld, presidente ejecutivo.
Los sindicatos no piensan lo mismo. Ya antes de las elecciones generales, el grupo afrontaba un duro debate sobre sus responsabilidades en el desempleo crónico que sufre Alemania. Oskar Lafontaine, ex socialdemócrata y candidato de Links (izquierda unida), fue muy duro con Siemens, Volkswagen y otras grandes empresas. Eso le valió 8% del voto. La actitud de Siemens ahora puede inclinar hacia la izquierda o la socialdemocracia a Dresde, estado oriental que debe celebrar sus propios comicios en un par de semanas.
En esas condiciones, las perspectivas de los democristianos y sus aliados liberales no son buenas. Por de pronto, los resultados del domingo sugieren que el público empieza a rechazar recetas y reformas de mercado, como ha ocurrido con los plebiscitos constitucionales en Francia y Holanda. “Si los sindicatos aprovechan estos cambios de tendencias políticas, Siemens tendrá serios problemas para llevar a cabo sus planes. No será la única”, presume Merck Fink & G,, fondo inversor bávaro.
