Si continúa la baja del dólar, también se reducirán las retenciones

El subsecretario de Ingresos Públicos, Eduardo Ballesteros, aseguró que se revisará la alícuota de las retenciones a las exportaciones si el dólar sigue bajando o aumenta la inflación, y descartó volver a reducir la alícuota del IVA.

11 febrero, 2003

El funcionario calificó a la actual estructura tributaria como
un sistema de emergencia, estimando que antes de bajar los
impuestos al consumo es necesario reducir la tasa del impuesto al
cheque o los derechos de exportación.

Ballesteros sostuvo que “en la medida en que baje el dólar
deberán bajar las retenciones” y aclaró que “ésta es una medida
muy eficaz y difícil de reemplazar, ya que regula los precios
internos y brinda recursos” al Estado.

Y consideró que por ahora la alícuota del 20 por ciento de ese
impuesto “es correcta”, ya que con ella “es como si el dólar
valiera 2,50 pesos en lugar de 3,20”.

Al referirse al reclamo de la Unión Industrial Argentina de
ajustar sus balances por inflación, consideró que el pedido es una
“injusticia”.

El fucionario recordó que con la
devaluación “hubo ganadores y perdedores”, con lo que “muchos
perdieron sus ingresos y su patrimonio y es el Estado el que debe
equiparar y distribuir la carga tributaria”.

Respecto a la reforma tributaria, señaló que hay “un análisis
hecho” y se dejarán los lineamientos para el próximo gobierno.

Y explicó que las leyes impositivas que debe aprobar el
Parlamento significan entre 800 y 1.000 millones de pesos de
recaudación anual.

Además, estimó que “es absurdo que el Fisco siga perdiendo
participación en los combustibles a medida que sube el precio”.

Y explicó que “por no haber cambiado en 2002 la tasa de fija a
variable en el ITC se perdieron más de 1.000 millones de pesos de
recaudación” y consideró que aplicar “el impuesto en boca de pozo
es una idea interesante”, pero destacó que “habrá que consultar la
opinión de la Secretaría de Energía”.

El funcionario calificó a la actual estructura tributaria como
un sistema de emergencia, estimando que antes de bajar los
impuestos al consumo es necesario reducir la tasa del impuesto al
cheque o los derechos de exportación.

Ballesteros sostuvo que “en la medida en que baje el dólar
deberán bajar las retenciones” y aclaró que “ésta es una medida
muy eficaz y difícil de reemplazar, ya que regula los precios
internos y brinda recursos” al Estado.

Y consideró que por ahora la alícuota del 20 por ciento de ese
impuesto “es correcta”, ya que con ella “es como si el dólar
valiera 2,50 pesos en lugar de 3,20”.

Al referirse al reclamo de la Unión Industrial Argentina de
ajustar sus balances por inflación, consideró que el pedido es una
“injusticia”.

El fucionario recordó que con la
devaluación “hubo ganadores y perdedores”, con lo que “muchos
perdieron sus ingresos y su patrimonio y es el Estado el que debe
equiparar y distribuir la carga tributaria”.

Respecto a la reforma tributaria, señaló que hay “un análisis
hecho” y se dejarán los lineamientos para el próximo gobierno.

Y explicó que las leyes impositivas que debe aprobar el
Parlamento significan entre 800 y 1.000 millones de pesos de
recaudación anual.

Además, estimó que “es absurdo que el Fisco siga perdiendo
participación en los combustibles a medida que sube el precio”.

Y explicó que “por no haber cambiado en 2002 la tasa de fija a
variable en el ITC se perdieron más de 1.000 millones de pesos de
recaudación” y consideró que aplicar “el impuesto en boca de pozo
es una idea interesante”, pero destacó que “habrá que consultar la
opinión de la Secretaría de Energía”.

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