Será un pésimo año para la economía italiana

El ministerio de Economía no tuvo más remedio que aceptar las proyecciones de la Comisión Europea. En 2005, la economía se ha estancado y el déficit fiscal alcanzará a 4,3% del producto bruto interno.

6 julio, 2005

“Medidas efectivas y realistas, o elecciones generales anticipadas”, salieron a exigir los principales grupos opositores. “Sotto voce” planteaban casi lo mismo los aliados de Forza Italia (el partido personal de Silvio Berlusconi) en la coalición de derechas.

Este año, Italia no crecerá, reconoció públicamente Domenico Siniscalco, ante la suficiencia de su antecesor y actual vicepresidente del gabinete, Giulio Tremonti. Como “una agonía demasiado larga” definía el conservador milanés “Corriere della sera” la situación del gobierno, entre el derrumbe político de Berlusconi y las pésimas perspectivas económicas.

El informe ministerial confirma, por supuesto, que Italia ha desbordado como nadie y por tercer ejercicio seguido el techo impuesto en el pacto de estabilidad fiscal de la Eurzona (1996) a la relación déficit- PBI. Esto no es lo grave, pues ese compromiso ya no goza de respeto, sino su génesis: el achicamiento de la economía física.

Por lo mismo, el rojo fiscal de 2005 equivaldrá a 108,2% del PBI. Eso calculando ingresos vía privatizaciones por € 15.000 millones. Con un poco de suerte y viento a favor, Siniscalco estima que en 2006 se registrará un crecimiento modesto, 1,5%, en ese mismo indicador.

“Medidas efectivas y realistas, o elecciones generales anticipadas”, salieron a exigir los principales grupos opositores. “Sotto voce” planteaban casi lo mismo los aliados de Forza Italia (el partido personal de Silvio Berlusconi) en la coalición de derechas.

Este año, Italia no crecerá, reconoció públicamente Domenico Siniscalco, ante la suficiencia de su antecesor y actual vicepresidente del gabinete, Giulio Tremonti. Como “una agonía demasiado larga” definía el conservador milanés “Corriere della sera” la situación del gobierno, entre el derrumbe político de Berlusconi y las pésimas perspectivas económicas.

El informe ministerial confirma, por supuesto, que Italia ha desbordado como nadie y por tercer ejercicio seguido el techo impuesto en el pacto de estabilidad fiscal de la Eurzona (1996) a la relación déficit- PBI. Esto no es lo grave, pues ese compromiso ya no goza de respeto, sino su génesis: el achicamiento de la economía física.

Por lo mismo, el rojo fiscal de 2005 equivaldrá a 108,2% del PBI. Eso calculando ingresos vía privatizaciones por € 15.000 millones. Con un poco de suerte y viento a favor, Siniscalco estima que en 2006 se registrará un crecimiento modesto, 1,5%, en ese mismo indicador.

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