Se intensifican las diferencias entre Lavagna y Pignanelli

La tensa relación entre el ministro y el presidente del Central se agravó a raíz de las gestiones que el titular de la autoridad monetaria realiza en los Estados Unidos para conseguir un aval del FMI que permita empezar a abrir el corralito.

17 julio, 2002

Las cada vez más agudas diferencias entre Lavagna y Pignanelli
intensificaron también rumores de renuncia del ministro, y hasta
en pasillos oficiales y círculos privados se llegó a mencionar a
Blejer como posible reemplazante.

Tanto el jefe del Central como su antecesor buscaron en los
Estados Unidos un aval para avanzar en una apertura mayor del
corralito, con la devolución casi inmediata de depósitos
inferiores a 10.000 Pesos, y luego de hasta 20.000.

Para los depósitos superiores a ese monto se ofrecería luego un
menú de bonos más atractivos que los actuales, con garantía de los
bancos.

Pero el Ministerio de Economía se opone en forma terminante a
estas alternativas por considerar que sería la llave de otro etapa
hiperinflacionaria en la Argentina.

“No avalamos la posición que sustentan muchos en el Fondo, de
que se produzca una hiperinflación para sincerar la economía
argentina y empezar de cero con nuevos planes de ajuste”, se
quejan con insistencia en el Palacio de Hacienda.

Hoy, algunos voceros de la autoridad monetaria intentaron bajar
el tenor de la disputa, al afirmar que Pignanelli se encuentra en
el país del norte por “cuestiones técnicas” para participar del
seminario sobre la Argentina que se realizó en Boston.

De este seminario participaron la número dos del FMI, Anne
Krueger, y el encargado del caso argentino, el indio Anoop Singh,
los ex ministros Domingo Cavallo y Ricardo López Murphy, y el ex
jefe del Central Pedro Pou y Lavagna no fue invitado.

También se encontraban allí el economista jefe del Central,
Alejandro Henke, un hombre con estrechos lazos en el sector
financiero y vínculos con el Centro de Estudios Macroeconómicos y
que Lavagna quiso desplazar sin éxito.

En el Central y en algunos bancos se considera que la propuesta
de flexibilizar el corralito con las cuenta a la vista no es
hiperinflacionaria.

“El costo de saltar el corralito para los depositantes de cajas
de ahorro y cuentas corrientes es de 3 por ciento, eso significa
que el que se quiere ir, puede”, señalan voceros del sector
bancario.

Además, consideran que esta medida se convertiría en “una
contundente señal a la hora de recrear la confianza, que estaría
acompañada de fuertes campañas de los bancos para intentar que,
sabiendo que lo pueden sacar, los ahorristas dejen su dinero en el
banco”.

Fuente: Noticias Argentinas

Las cada vez más agudas diferencias entre Lavagna y Pignanelli
intensificaron también rumores de renuncia del ministro, y hasta
en pasillos oficiales y círculos privados se llegó a mencionar a
Blejer como posible reemplazante.

Tanto el jefe del Central como su antecesor buscaron en los
Estados Unidos un aval para avanzar en una apertura mayor del
corralito, con la devolución casi inmediata de depósitos
inferiores a 10.000 Pesos, y luego de hasta 20.000.

Para los depósitos superiores a ese monto se ofrecería luego un
menú de bonos más atractivos que los actuales, con garantía de los
bancos.

Pero el Ministerio de Economía se opone en forma terminante a
estas alternativas por considerar que sería la llave de otro etapa
hiperinflacionaria en la Argentina.

“No avalamos la posición que sustentan muchos en el Fondo, de
que se produzca una hiperinflación para sincerar la economía
argentina y empezar de cero con nuevos planes de ajuste”, se
quejan con insistencia en el Palacio de Hacienda.

Hoy, algunos voceros de la autoridad monetaria intentaron bajar
el tenor de la disputa, al afirmar que Pignanelli se encuentra en
el país del norte por “cuestiones técnicas” para participar del
seminario sobre la Argentina que se realizó en Boston.

De este seminario participaron la número dos del FMI, Anne
Krueger, y el encargado del caso argentino, el indio Anoop Singh,
los ex ministros Domingo Cavallo y Ricardo López Murphy, y el ex
jefe del Central Pedro Pou y Lavagna no fue invitado.

También se encontraban allí el economista jefe del Central,
Alejandro Henke, un hombre con estrechos lazos en el sector
financiero y vínculos con el Centro de Estudios Macroeconómicos y
que Lavagna quiso desplazar sin éxito.

En el Central y en algunos bancos se considera que la propuesta
de flexibilizar el corralito con las cuenta a la vista no es
hiperinflacionaria.

“El costo de saltar el corralito para los depositantes de cajas
de ahorro y cuentas corrientes es de 3 por ciento, eso significa
que el que se quiere ir, puede”, señalan voceros del sector
bancario.

Además, consideran que esta medida se convertiría en “una
contundente señal a la hora de recrear la confianza, que estaría
acompañada de fuertes campañas de los bancos para intentar que,
sabiendo que lo pueden sacar, los ahorristas dejen su dinero en el
banco”.

Fuente: Noticias Argentinas

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