viernes, 18 de abril de 2025

Se divide el grupo de los 8 y no hay consenso en el G-20

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Impulsado por Brasil, Rusia, India, Argentina, Sudáfrica y otros, todos en el G-20, el gravamen a la actividad financiera local y supranacional abre una brecha en el G-8. Entre bambalinas, Estados Unidos acompaña la “tasa Tobin versión 2010”.

<p>&ldquo;Ese rito in&uacute;til de arist&oacute;cratas decadentes&rdquo;, califican analistas de Par&iacute;s y Mil&aacute;n a las puntuales citas de un G-8 desflecado, donde Washington juega su propio partido. A punto de pasar en el Congreso una reforma financiera lavada, pero bipartidaria, Obama insiste en mantener los mismos paquetes de est&iacute;mulos &ndash;tan sist&eacute;micos como la eventual tasa- que Angela Merkel pugna por recortar.<br />
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Ambos l&iacute;deres, a su modo, act&uacute;an como si s&oacute;lo existiesen sus dos pa&iacute;ses. No obstante, el grueso del G-20 echa a un lado las recetas ortodoxas y los agresivos ajustes intentados en la Uni&oacute;n Europea a costa de la sociedad. La postura de muchos emergentes, entonces, se opone a la de Jap&oacute;n, Australia, Canad&aacute;, Holanda y Gran Breta&ntilde;a, que ni siquiera es un&aacute;nime dentro del G-8.<br />
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Existe otro factor en com&uacute;n: la necesidad de encarar las crisis de Grecia, Espa&ntilde;a, Portugal, Hungr&iacute;a, etc., no s&oacute;lo como problemas de endeudamiento financiero, sino adem&aacute;s como desequilibrios sociales y pol&iacute;ticos. Exactamente lo que prescribe una parte del G-20. Pero el borrador del texto conjunto final parece demasiado sesgado a favor de objetivos m&aacute;s contables que sist&eacute;micos. Sin duda, la doble cumbre arriesga cerrar este domingo sin ofrecer soluciones claras para &ldquo;una recuperaci&oacute;n fr&aacute;gil y vulnerable&rdquo;, como se&ntilde;alaba la reuni&oacute;n previa del G-8, m&aacute;s China, en Huntsville.<br />
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El proyecto de documento final es un ejercicio te&oacute;rico del G-20, donde se prescribe reducir 50% los d&eacute;ficit nacionales para 2013/14 y estabilizar o disminuir las deudas p&uacute;blicas como proporci&oacute;n de cada producto bruto interno. O sea, otro pacto de Maastricht. Al notarlo, Guido Mantega &ndash;ministro brasile&ntilde;o de Hacienda- sostuvo que &ldquo;no son metas realistas y resultan por dem&aacute;s draconianas&rdquo;. M&eacute;xico y Argentina coinciden.<br />
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Ahora bien &iquest;c&oacute;mo se perfila el propio G-20? Como una mezcla muy heterog&eacute;nea donde figuran EE.UU., Jap&oacute;n, Alemania, Canad&aacute;, Francia, Gran Breta&ntilde;a, Italia, Rusia, Surcorea, Sud&aacute;frica, Argentina, Brasil, M&eacute;xico, Indonesia, Saudiarabia, Turqu&iacute;a, China e India. S&oacute;lo los siete primeros adhieren en diverso grado a la ortodoxia.<br />
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A todo esto &iquest;qu&eacute; hace el Fondo Monetario Internacional? Promueve un dec&aacute;logo no muy original. Empieza recomendando programas cre&iacute;bles a mediano plazo &ldquo;sin facilismos&rdquo; y no concentrar en el corto t&eacute;rmino los ajustes &ldquo;salvo si se trata de urgencias financieras&rdquo;. El punto tres sugiere fijar objetivos graduales para reducir la relaci&oacute;n PBI-deuda y el siguiente prescribe centrarse en instrumentos de consolidaci&oacute;n capaces de fomentar crecimiento.<br />
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El punto quinto es en exceso impol&iacute;tico: reformar los sistemas jubilatorios y de salud hoy &ldquo;financieramente insostenibles&rdquo;. Esto lleva, como puntos sexto y s&eacute;ptimo, a ajustes fiscales paralelos que &ndash;imagina del FMI- mejoren el perfil del d&eacute;ficit fiscal y reduzcan en cinco a&ntilde;os de 30 a 10 puntos la raz&oacute;n PBI-deuda p&uacute;blica. Los tres &uacute;ltimos puntos son pour la galerie: consolidar las instituciones fiscales, coordinarlas con la pol&iacute;tica monetaria local e internacional.</p>
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