Se complica el panorama israelí
Dos días después de las elecciones, estalla una bomba en Jerusalén. El empresariado no oculta su inquietud y la Bolsa sigue en descenso.
Después del triunfo del partido derechista Likud, la situación en Israel no se ha calmado; pro el contrario parecería complicarse.
Ayer (jueves 8) estalló un coche bomba en un barrio ultrareligioso de Jerusalén; un grupo hasta ahora desconocido, que se identificó como “Fuerzas Populares de Resistencia Palestina”, se adjudicó el ataque en un fax enviado a una agencia de noticias.
“Tenemos que decir la verdad, estamos ante una realidad de violencia con la que nos deberemos enfrentar”, dijo Ehud Barak, el premier saliente que fue vencido por Sharon en los comicios para elegir a un nuevo primer ministro.
“Lo que ocurrió es un hecho trágico, que nos obliga a unirnos para luchar contra el terror”, replicó su vencedor, quien agregó que había respondido al mensaje que le envió el miércoles el líder palestino, Yasser Arafat, por su elección, señalando que estaba interesado en retornar a la mesa de conversaciones, pero que esto “no será posible sino cuando cese toda violencia contra Israel”.
Por otra parte, los principales representantes del sector industrial solicitaron un encuentro con el primer ministro electo debido a su preocupación por “el rumbo de la economía y de las futuras inversiones”.
La Bolsa de Tel Aviv dio otra señal en ese sentido; cayó aún más de lo que venía cayendo la última semana y los analistas bursátiles explicaron el porqué: se sabía ya que Sharon asumiría el poder, pero la posibilidad de un gobierno de unidad tras la renuncia de Ehud Barak a la jefatura del partido laborista se vio entorpecida.
Además, el turismo , importante fuente de ingresos en Israel, cayó en los últimos cuatro meses de violencia en un 40%, generando decenas de miles de despidos y agravando la crisis de la industria de la construcción, en cuyas ramas básicas trabajaban 70 mil obreros palestinos que fueron despedidos, generando recesión, un mal del que Israel comenzaba a salir.
Después del triunfo del partido derechista Likud, la situación en Israel no se ha calmado; pro el contrario parecería complicarse.
Ayer (jueves 8) estalló un coche bomba en un barrio ultrareligioso de Jerusalén; un grupo hasta ahora desconocido, que se identificó como “Fuerzas Populares de Resistencia Palestina”, se adjudicó el ataque en un fax enviado a una agencia de noticias.
“Tenemos que decir la verdad, estamos ante una realidad de violencia con la que nos deberemos enfrentar”, dijo Ehud Barak, el premier saliente que fue vencido por Sharon en los comicios para elegir a un nuevo primer ministro.
“Lo que ocurrió es un hecho trágico, que nos obliga a unirnos para luchar contra el terror”, replicó su vencedor, quien agregó que había respondido al mensaje que le envió el miércoles el líder palestino, Yasser Arafat, por su elección, señalando que estaba interesado en retornar a la mesa de conversaciones, pero que esto “no será posible sino cuando cese toda violencia contra Israel”.
Por otra parte, los principales representantes del sector industrial solicitaron un encuentro con el primer ministro electo debido a su preocupación por “el rumbo de la economía y de las futuras inversiones”.
La Bolsa de Tel Aviv dio otra señal en ese sentido; cayó aún más de lo que venía cayendo la última semana y los analistas bursátiles explicaron el porqué: se sabía ya que Sharon asumiría el poder, pero la posibilidad de un gobierno de unidad tras la renuncia de Ehud Barak a la jefatura del partido laborista se vio entorpecida.
Además, el turismo , importante fuente de ingresos en Israel, cayó en los últimos cuatro meses de violencia en un 40%, generando decenas de miles de despidos y agravando la crisis de la industria de la construcción, en cuyas ramas básicas trabajaban 70 mil obreros palestinos que fueron despedidos, generando recesión, un mal del que Israel comenzaba a salir.
