Se completó el sindicato de bancos

El Ministerio de Economía oficializó la designación de los bancos Nación, Francés y Galicia para asistir al gobierno en el proceso de reestructuración de la deuda en default en manos de acreedores locales.

19 febrero, 2004

Los entidades se encargarán de los bonistas argentinos del sector minorista, mientras que el Barclays Capital, Merrill Lynch y la Unión de Bancos Suizos (UBS) se encargarán de la colocación en el tramo internacional. Estos bancos tomarán la negociación con los acreedores en el exterior, a excepción de los tenedores de bonos japoneses, para quienes se buscará otra entidad por tratarse de un caso particular.

Para el segmento mayorista, integrado por administradoras de
jubilaciones y pensiones y compañías de seguros de retiro, la
restructuracíon quedará en manos del Estado.

De todas maneras, el gobierno espera que el cierre de la negociación demore entre nueve meses y un año, y que el porcentaje de colocación que se alcance gire en torno 66%, el mínimo necesario para intentar hacer extensivas las condiciones de los nuevos títulos a todos aquellos bonistas que no acepten por voluntad propia los términos de la reestructuración.

Los bancos que superen ese nivel de colocación recibirán un plus sobre la comisión estipulada (0,275% sobre el valor nominal de los bonos). El premio, denominado “honorarios de éxito” será de 0,35% por bono colocado.

El monto total de las comisiones fue estimado por el ministro de Economía, Roberto Lavagna, en US$197,6 millones. Sin embargo, a esa cifra hay que sumarle los gastos que se le pagarán a los bancos por los servicios prestados: US$475.000 mensuales durante los primeros seis meses, descendiendo a US$300.000 para el resto de la negociación. Esta suma se deducirá de las comisiones una vez terminada la operación, salvo un monto fijo de US$100.000 por el período que se extienda el contrato.

Los entidades se encargarán de los bonistas argentinos del sector minorista, mientras que el Barclays Capital, Merrill Lynch y la Unión de Bancos Suizos (UBS) se encargarán de la colocación en el tramo internacional. Estos bancos tomarán la negociación con los acreedores en el exterior, a excepción de los tenedores de bonos japoneses, para quienes se buscará otra entidad por tratarse de un caso particular.

Para el segmento mayorista, integrado por administradoras de
jubilaciones y pensiones y compañías de seguros de retiro, la
restructuracíon quedará en manos del Estado.

De todas maneras, el gobierno espera que el cierre de la negociación demore entre nueve meses y un año, y que el porcentaje de colocación que se alcance gire en torno 66%, el mínimo necesario para intentar hacer extensivas las condiciones de los nuevos títulos a todos aquellos bonistas que no acepten por voluntad propia los términos de la reestructuración.

Los bancos que superen ese nivel de colocación recibirán un plus sobre la comisión estipulada (0,275% sobre el valor nominal de los bonos). El premio, denominado “honorarios de éxito” será de 0,35% por bono colocado.

El monto total de las comisiones fue estimado por el ministro de Economía, Roberto Lavagna, en US$197,6 millones. Sin embargo, a esa cifra hay que sumarle los gastos que se le pagarán a los bancos por los servicios prestados: US$475.000 mensuales durante los primeros seis meses, descendiendo a US$300.000 para el resto de la negociación. Esta suma se deducirá de las comisiones una vez terminada la operación, salvo un monto fijo de US$100.000 por el período que se extienda el contrato.

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