Se agrava la crisis en Medio Oriente

Barak dijo que los bombardeos fueron una advertencia ante el linchamiento de los tres soldados israelíes. Arafat calificó el hecho como una declaración de guerra.

12 octubre, 2000

(EFE).- Oriente Medio sufrió hoy (jueves 12) una alarmante escalada de la violencia que le coloca al borde de una situación bélica tras los bombardeos del Ejército israelí en Gaza y la ciudad cisjordana de Ramala, que han causado al menos cuatro muertos y casi medio centenar de heridos.

El primer ministro israelí, Ehud Barak, dijo que los bombardeos han sido una “advertencia” para que las autoridades palestinas no piensen que Israel se va a quedar de brazos cruzados”, tras el linchamiento de soldados de este país en Ramala esta mañana.

Israel utilizará “todos los medios a su alcance” si se ataca a sus ciudadanos, subrayó el jefe del Ejecutivo israelí, antes de la reunión de urgencia del Consejo de Ministros, tras la cual anunció que en los próximos días formará un Gobierno de emergencia para hacer frente a la crisis con los palestinos.

Sin embargo, estas “advertencias” no han hecho mella en el líder palestino, Yaser Arafat, que tras calificar los bombardeos de “declaración de guerra”, indicó que los palestinos no cesarán sus intentos por conseguir un Estado con capital en Jerusalén.

“Los palestinos somos un pueblo fuerte, y no nos asusta, ni dudaremos en marchar hacia Jerusalén, la capital legítima del Estado palestino”, dijo Arafat, cuando visitó en el hospital de Sheba a los heridos de los bombardeos israelíes en Gaza.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina también inspeccionó los daños causados por los helicópteros israelíes, que alcanzaron cinco objetivos en su ataque de represalia en Gaza y la ciudad cisjordana de Ramala, informó el jefe de operaciones del Estado Mayor de Israel, general Giora Ailén.

En Ramala, a 15 kilómetros de Jerusalén, los helicópteros alcanzaron la comisaría de policía frente a la cual se perpetró el linchamiento, así como varios vehículos policiales palestinos.

También resultó dañada la emisora de radio Voz de Palestina, a la que las autoridades israelíes habían acusado en los últimos días de “emitir mensajes incendiarios” y de “incitar a la violencia”.

En la ciudad de Gaza los helicópteros destruyeron cinco lanchas guardacostas y un piso de la policía palestina que, según afirmó Ailén, servía de sede a los Tanzim, el brazo armado de la organización palestina Fatah.

“Esperamos que nuestro mensaje haya quedado claro. Podemos obrar con mayor contundencia, pero no es lo que queremos hacer”, aseguró el alto mando militar.

También el ex primer ministro israelí Simon Peres justificó los ataques contra sedes palestinas en Ramala y Gaza, que calificó de una “reacción inmediata” al linchamiento de los soldados israelíes.

El Ejército israelí confirmó la muerte de un tercer soldado y que falleció en circunstancias desconocidas una hora antes de que sus otros dos compañeros fueran conducidos por la Policía palestina a la comisaría de Ramala, donde se produjo el linchamiento.

“Israel tenía que reaccionar” tras el “terrible linchamiento de soldados. La reacción fue inmediata pero restringida”, declaró Peres, actual ministro de Cooperación Regional, tras entrevistarse en Londres con el primer ministro británico, Tony Blair.

Pero además de los daños humanos y materiales, las operaciones israelíes han dejado como resultado una Cisjordania cercada por un anillo de acero.

Carros de combate del Ejército israelí rodean hoy todas las ciudades cisjordanas –donde viven alrededor de un millón de habitantes–, que han quedado totalmente aisladas unas de otras.

También la franja de Gaza, sobre el mar Mediterráneo y separada de Cisjordania por el desierto meridional de Israel, el Néguev, se hallaba bajo sitio, pues las autoridades militares no permiten la salida ni la entrada a ese territorio con otro millón de palestinos.

Uno de los comandantes militares de Israel en los territorios de Cisjordania aún bajo ocupación, el coronel Beny Ganz, declaró hoy a la prensa local que “no se trata de una guerra contra los palestinos”, pero “me preparo para lo peor”, agregó, en aparente referencia a las represalias con las que amenazan los palestinos.

La formación palestina Fatah, principal integrante de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), decretó la movilización de sus tropas para hacer frente a la “agresión” del Ejército israelí, según fuentes palestinas.

En su llamamiento, Fatah afirma que “no dejará sin respuesta” el ataque israelí.

Por otra parte, el ministro palestino de Desarrollo y Cooperación Internacional, Nabil Shaat, exigió la convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU ante la nueva escalada de las hostilidades con Israel.

(EFE).- Oriente Medio sufrió hoy (jueves 12) una alarmante escalada de la violencia que le coloca al borde de una situación bélica tras los bombardeos del Ejército israelí en Gaza y la ciudad cisjordana de Ramala, que han causado al menos cuatro muertos y casi medio centenar de heridos.

El primer ministro israelí, Ehud Barak, dijo que los bombardeos han sido una “advertencia” para que las autoridades palestinas no piensen que Israel se va a quedar de brazos cruzados”, tras el linchamiento de soldados de este país en Ramala esta mañana.

Israel utilizará “todos los medios a su alcance” si se ataca a sus ciudadanos, subrayó el jefe del Ejecutivo israelí, antes de la reunión de urgencia del Consejo de Ministros, tras la cual anunció que en los próximos días formará un Gobierno de emergencia para hacer frente a la crisis con los palestinos.

Sin embargo, estas “advertencias” no han hecho mella en el líder palestino, Yaser Arafat, que tras calificar los bombardeos de “declaración de guerra”, indicó que los palestinos no cesarán sus intentos por conseguir un Estado con capital en Jerusalén.

“Los palestinos somos un pueblo fuerte, y no nos asusta, ni dudaremos en marchar hacia Jerusalén, la capital legítima del Estado palestino”, dijo Arafat, cuando visitó en el hospital de Sheba a los heridos de los bombardeos israelíes en Gaza.

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina también inspeccionó los daños causados por los helicópteros israelíes, que alcanzaron cinco objetivos en su ataque de represalia en Gaza y la ciudad cisjordana de Ramala, informó el jefe de operaciones del Estado Mayor de Israel, general Giora Ailén.

En Ramala, a 15 kilómetros de Jerusalén, los helicópteros alcanzaron la comisaría de policía frente a la cual se perpetró el linchamiento, así como varios vehículos policiales palestinos.

También resultó dañada la emisora de radio Voz de Palestina, a la que las autoridades israelíes habían acusado en los últimos días de “emitir mensajes incendiarios” y de “incitar a la violencia”.

En la ciudad de Gaza los helicópteros destruyeron cinco lanchas guardacostas y un piso de la policía palestina que, según afirmó Ailén, servía de sede a los Tanzim, el brazo armado de la organización palestina Fatah.

“Esperamos que nuestro mensaje haya quedado claro. Podemos obrar con mayor contundencia, pero no es lo que queremos hacer”, aseguró el alto mando militar.

También el ex primer ministro israelí Simon Peres justificó los ataques contra sedes palestinas en Ramala y Gaza, que calificó de una “reacción inmediata” al linchamiento de los soldados israelíes.

El Ejército israelí confirmó la muerte de un tercer soldado y que falleció en circunstancias desconocidas una hora antes de que sus otros dos compañeros fueran conducidos por la Policía palestina a la comisaría de Ramala, donde se produjo el linchamiento.

“Israel tenía que reaccionar” tras el “terrible linchamiento de soldados. La reacción fue inmediata pero restringida”, declaró Peres, actual ministro de Cooperación Regional, tras entrevistarse en Londres con el primer ministro británico, Tony Blair.

Pero además de los daños humanos y materiales, las operaciones israelíes han dejado como resultado una Cisjordania cercada por un anillo de acero.

Carros de combate del Ejército israelí rodean hoy todas las ciudades cisjordanas –donde viven alrededor de un millón de habitantes–, que han quedado totalmente aisladas unas de otras.

También la franja de Gaza, sobre el mar Mediterráneo y separada de Cisjordania por el desierto meridional de Israel, el Néguev, se hallaba bajo sitio, pues las autoridades militares no permiten la salida ni la entrada a ese territorio con otro millón de palestinos.

Uno de los comandantes militares de Israel en los territorios de Cisjordania aún bajo ocupación, el coronel Beny Ganz, declaró hoy a la prensa local que “no se trata de una guerra contra los palestinos”, pero “me preparo para lo peor”, agregó, en aparente referencia a las represalias con las que amenazan los palestinos.

La formación palestina Fatah, principal integrante de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), decretó la movilización de sus tropas para hacer frente a la “agresión” del Ejército israelí, según fuentes palestinas.

En su llamamiento, Fatah afirma que “no dejará sin respuesta” el ataque israelí.

Por otra parte, el ministro palestino de Desarrollo y Cooperación Internacional, Nabil Shaat, exigió la convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU ante la nueva escalada de las hostilidades con Israel.

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