Salieron US$ 11.490 millones y la deuda externa suma 134.340 millones
En 2002, abandonaron el país fondos por casi US$ 11.490 millones. Mientras, la deuda externa global pasaba a US$ 134.340 millones (bastante más que el PBI a valores constantes), aunque el superávit en cuenta corriente subiera a 8.950 millones.
Según el informe anual de Instituto de Estadística y Censos (Indec), se fueron 246% más capitales que en 2001 (US$ 11.486 contra 4.944 millones), especialmente en el segundo trimestre (4.668 millones). El panorama fue mejorando hasta que, en el IV trimestre, los egresos cedieron a US$ 1.270 millones. Estas cifras reflejan la conducta del sector privado no financiero –inclusive los servicios reales, que no han dejado de dar utilidades, aunque a mucho menor ritmo que hasta la devaluación-, cuyo saldo en rojo sumó US$ 12.097 millones.
Respecto de las reservas internacionales del Banco Central, el Indec explica que la situación comenzó a mejorar nítidamente. El drenaje de 2002 (US$ 4.437 millones) es decir, 63% menos que los 12.005 millones registrados en 2001. Curiosamente, por un lado, columnistas y estadígrafos conservadores resaltan los aspectos más duros de este informe. Por el otro, Argentina tiene superávit en cuenta corriente, en tanto EE.UU. muestra un rojo próximo a US$ 136.000 millones, en tanto la deuda externa orilla los siete billones, algo menos de 70% del PBI (números de la Reserva Federal). Por otra parte, la salida de capitales no siempre es “fuga”, como la definen algunos ex admiradores de la gestión económica 1991/9.
Sea como fuere, a fines del año pasado las reservas en moneda fuerte del BCRA llegaban a US$ 10.476 millones. Por supuesto, esto se relaciona con la suspensión de pagos a organismos internacionales y a tenedores privados de deuda externa e interna. En el primer caso, un grupo de bancas y fondos, amén de pequeños –pero estruendosos- inversores.
Según el informe anual de Instituto de Estadística y Censos (Indec), se fueron 246% más capitales que en 2001 (US$ 11.486 contra 4.944 millones), especialmente en el segundo trimestre (4.668 millones). El panorama fue mejorando hasta que, en el IV trimestre, los egresos cedieron a US$ 1.270 millones. Estas cifras reflejan la conducta del sector privado no financiero –inclusive los servicios reales, que no han dejado de dar utilidades, aunque a mucho menor ritmo que hasta la devaluación-, cuyo saldo en rojo sumó US$ 12.097 millones.
Respecto de las reservas internacionales del Banco Central, el Indec explica que la situación comenzó a mejorar nítidamente. El drenaje de 2002 (US$ 4.437 millones) es decir, 63% menos que los 12.005 millones registrados en 2001. Curiosamente, por un lado, columnistas y estadígrafos conservadores resaltan los aspectos más duros de este informe. Por el otro, Argentina tiene superávit en cuenta corriente, en tanto EE.UU. muestra un rojo próximo a US$ 136.000 millones, en tanto la deuda externa orilla los siete billones, algo menos de 70% del PBI (números de la Reserva Federal). Por otra parte, la salida de capitales no siempre es “fuga”, como la definen algunos ex admiradores de la gestión económica 1991/9.
Sea como fuere, a fines del año pasado las reservas en moneda fuerte del BCRA llegaban a US$ 10.476 millones. Por supuesto, esto se relaciona con la suspensión de pagos a organismos internacionales y a tenedores privados de deuda externa e interna. En el primer caso, un grupo de bancas y fondos, amén de pequeños –pero estruendosos- inversores.
