Royal Dutch/Shell: Moreno quiere detener a todo el directorio local

En realidad, quien busca ampliar acciones contra la petrolera angloholandesa es el propio gobierno. Guillermo Moreno, su operador para el caso, pedirá penas de prisión para la junta entera.

22 agosto, 2007

En realidad, ni Vladyímir Putin –viene acosando a la compañía en Siberia oriental- ni Hugo Chávez habían llegado a tanto. El secretario de comercio interior extiende al directorio las veintisiete acusaciones del grueso expediente. Se trata sólo de parte de todas las actas labradas contra RD/S y quedan casi cincuenta en el tintero.

Por su parte, el juez Marcelo Aguinsky preferiría unificar todo en una sola causa y eso piensa plantearle a Moreno el lunes, cuando el funcionario ratifique las denuncias e identifique a quiénes quiere hacer detener (si antes el gobierno no suaviza la ofensiva). En otras palabras, ya no se conformará con Juan José Aranguren, el número uno y habitual crítico de las políticas sectoriales de Néstor Kirchner.

Naturalmente, nadie corre peligro de ir entre rejas, pues ningún juez le haría caso a Moreno sin proceso previo. En cierto sentido, esto se parece al acoso judicial sobre Elisa Carrió, cuyos promotores también desearían verla a la sombra. Sea como fuere, los letrados de la petrolera se aprestan para una pelea jurídica sin precedentes locales.

El gobierno no tiene argumentos muy sólidos. Sólo cuenta con una ley, firmada en 1974 por María Estela Martínez Perón, cuya constitucionalidad está en disputa. Por las dudas, Aguinsky –que hace culto del bajo perfil-abrió una causa meramente correccional. Kirchner y Shell tienen un enfrentamiento que data de 2005 y ha sido mal manejado por ambas partes. Ahora, la empresa interpuso, ante el juez Diego Zysman. un recurso de amparo arguyendo persecución vía piqueteros oficialistas y otros instrumentos. Este choque puede agravarse si RD/S opta por llevarlo a algún tribunal internacional (otro posible paralelo con Carrió).

En realidad, ni Vladyímir Putin –viene acosando a la compañía en Siberia oriental- ni Hugo Chávez habían llegado a tanto. El secretario de comercio interior extiende al directorio las veintisiete acusaciones del grueso expediente. Se trata sólo de parte de todas las actas labradas contra RD/S y quedan casi cincuenta en el tintero.

Por su parte, el juez Marcelo Aguinsky preferiría unificar todo en una sola causa y eso piensa plantearle a Moreno el lunes, cuando el funcionario ratifique las denuncias e identifique a quiénes quiere hacer detener (si antes el gobierno no suaviza la ofensiva). En otras palabras, ya no se conformará con Juan José Aranguren, el número uno y habitual crítico de las políticas sectoriales de Néstor Kirchner.

Naturalmente, nadie corre peligro de ir entre rejas, pues ningún juez le haría caso a Moreno sin proceso previo. En cierto sentido, esto se parece al acoso judicial sobre Elisa Carrió, cuyos promotores también desearían verla a la sombra. Sea como fuere, los letrados de la petrolera se aprestan para una pelea jurídica sin precedentes locales.

El gobierno no tiene argumentos muy sólidos. Sólo cuenta con una ley, firmada en 1974 por María Estela Martínez Perón, cuya constitucionalidad está en disputa. Por las dudas, Aguinsky –que hace culto del bajo perfil-abrió una causa meramente correccional. Kirchner y Shell tienen un enfrentamiento que data de 2005 y ha sido mal manejado por ambas partes. Ahora, la empresa interpuso, ante el juez Diego Zysman. un recurso de amparo arguyendo persecución vía piqueteros oficialistas y otros instrumentos. Este choque puede agravarse si RD/S opta por llevarlo a algún tribunal internacional (otro posible paralelo con Carrió).

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