Rice presiona a China para hacer reformas pro mercado

La secretaria de Estado norteamericana sostuvo que China debe “encarar cambios estructurales significativos, si no quiere que ser un problema para la economía internacioanal”. Quiso decir, para los mercados financieros.

20 agosto, 2005

En una conversación con el “New York Times”, Condoleezza Rice también se manifestó preocupada por “el armamentismo chino, su política de derechos civiles y las restricciones a la religión”. Estas críticas inusitadamente duras subrayan la ambivalencia y las frustraciones de la Casa Blanca respectol gigante asiático.

Esa actitud creaba dudas en torno de la visita de estado previta por el presidente Hu Jintao parea septiembre. Observadores de Hongkong y Singapur no descartran una suspensión o una postergación. Hasta ahora, Rice mantuvo un tono positivo respecto de China y llegó a sostener que “las relaciones están en el mejor momento de la historia”.

Por su parte, Robert Zoellick (subsecretario de Estado, volviendo de Beijing), sostuvo que los dirigentes chino “están ansiosos por mantener relaciones amistosas. No quieren conflictos con Estados Unidos pero, como les hice presente, algunos de sus actos son percibidos de otra manera entre nosotros. Sin transparencia, pueden generarse incertidumbres”.

Por hoy, el gobierno de George W.Bush parece tener en observación a China. Una de las claves es la política cambiaria y qué posibilidades existen de que el yüan sea dejado revaluarse en los próximos meses. El alza de 2,08% permitida en julio, al pasar del dólar a una canasta referencial dólar-euro-yen (más algunas monedas regionales), “fue un buen principio, pero no basta por sí misma. Suponemos que habrá una reisión hacia octubre”, indica la National Association of Manufacturers.

Naturalmente, Rice tenía motivos para aludir a “un rearme militar que parece desmedido respecto de los intereses regionales”. Acá influyen dos factores. Uno, rechazado públicamente por Deng Xiaoping el domingo 14, es que la hegemonía estratégica norteamericana sea absoluta. Otro, las maniobras conjustas rusochinas, del 18 al 29 de agosto, como expresión de ese rechazo.

Un tercer componente refleja el creciente empuje económico chino y, justamente por eso, fue objeto de resistencia en el congreso estadoundiense. Sde trata de la oferta de compra hecha por la compañía gasífera china Cnooc sobre Unocal y los amagues sobre Maytag (una fabricante de aparatos domésticos). Más tarde, ambas operaciones fueron dejadas de lado por razones diferentes.

En una conversación con el “New York Times”, Condoleezza Rice también se manifestó preocupada por “el armamentismo chino, su política de derechos civiles y las restricciones a la religión”. Estas críticas inusitadamente duras subrayan la ambivalencia y las frustraciones de la Casa Blanca respectol gigante asiático.

Esa actitud creaba dudas en torno de la visita de estado previta por el presidente Hu Jintao parea septiembre. Observadores de Hongkong y Singapur no descartran una suspensión o una postergación. Hasta ahora, Rice mantuvo un tono positivo respecto de China y llegó a sostener que “las relaciones están en el mejor momento de la historia”.

Por su parte, Robert Zoellick (subsecretario de Estado, volviendo de Beijing), sostuvo que los dirigentes chino “están ansiosos por mantener relaciones amistosas. No quieren conflictos con Estados Unidos pero, como les hice presente, algunos de sus actos son percibidos de otra manera entre nosotros. Sin transparencia, pueden generarse incertidumbres”.

Por hoy, el gobierno de George W.Bush parece tener en observación a China. Una de las claves es la política cambiaria y qué posibilidades existen de que el yüan sea dejado revaluarse en los próximos meses. El alza de 2,08% permitida en julio, al pasar del dólar a una canasta referencial dólar-euro-yen (más algunas monedas regionales), “fue un buen principio, pero no basta por sí misma. Suponemos que habrá una reisión hacia octubre”, indica la National Association of Manufacturers.

Naturalmente, Rice tenía motivos para aludir a “un rearme militar que parece desmedido respecto de los intereses regionales”. Acá influyen dos factores. Uno, rechazado públicamente por Deng Xiaoping el domingo 14, es que la hegemonía estratégica norteamericana sea absoluta. Otro, las maniobras conjustas rusochinas, del 18 al 29 de agosto, como expresión de ese rechazo.

Un tercer componente refleja el creciente empuje económico chino y, justamente por eso, fue objeto de resistencia en el congreso estadoundiense. Sde trata de la oferta de compra hecha por la compañía gasífera china Cnooc sobre Unocal y los amagues sobre Maytag (una fabricante de aparatos domésticos). Más tarde, ambas operaciones fueron dejadas de lado por razones diferentes.

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