Revés para el premier de Japón designado en junio
A un mes de ocupar el gobierno, el demócrata Naoto Kan no pudo imponerse en la renovación parcial de la cámara alta. Su partido captó apenas 47 votos y necesitaba 56 como mínimo. El público rechazó el alza del regresivo impuesto al valor agregado.
12 julio, 2010
<p>Al cierre de campaña, el primer ministro fue peligrosamente sincero: “No somos Grecia, nuestra economía es veinte veces mayor y nuestra deuda es inmensa”, señaló. Pero no aclaró que el IVA –como en cualquier otra parte-grava los gastos de la clase media y el proletariado. <br />
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Fácil de recaudar, es una tentación para gobiernos como el de Kan (que reemplazó hace pocas semana a su desprestigiado correligionario, Yukio Hatoyama. A su vez, en agosto pasado éste desalojaba del poder a los demoliberales –conservadores, en verdad-, tras 58 años en la conducción.<br />
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No obstante, ni ellos ni sus sucesores han podido restituir la salud de las cuentas fiscales. Por el momento remiso a abandonar el cargo, el “premier” debió haber pensado dos veces antes de poner tan brutalmente las cartas sobre la mesa. Máxime con encuestas poco favorables a una política tributaria clara que presenta al IVA como única opción. <br />
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El senado renovaba 121 sobre 242 bancas y le hacían falta 56 como piso. Obtuvo sólo 47. Por ende, el oficialismo se queda sin mayoría simple en la Dieta (parlamento). Si bien es cierto que la cámara alta no pesa en la suerte del poder ejecutivo tanto como en Estados Unidos o Argentina, la historia reciente inquieta. <br />
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El nacionalista Taro Aso (penúltimo primer ministro demoliberal) perdió elecciones de medio mandato en 2007, por la misma política tributaria hoy derrotada de nuevo. Shinzo Abe, su sucesor, duró poco en el cargo y con él cayó la hegemonía conservadora que remitía al contubernio de 1951 con Washington. <br />
Aso, Abe y después Kan chocaron con un Japón cuyo endeudamiento público representa algo más de 200% del producto bruto interno. Con una característica similar a la de Brasil: está mayormente en moneda local (yen), por eso Tokio apela a aumentar el IVA y echar el fardo sobre los contribuyentes. Cabe preguntarse cuándo aguantará Kan al timón. <br />
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