Rechazo generalizado a mayor peaje cuando viaje uno solo

La audiencia convocada para analizar un recargo en los peajes a vehículos con un solo pasajero concitó repudios de legisladores y la entidad de usuarios viales.

1 agosto, 2007

Nadie abordó el fondo de la cuestión: el subsidio que todo el país
paga por el combustible y por el mejoramiento del transporte urbano, además
del congestionamiento del tránsito.

En general, provocó rechazos la iniciativa del gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires de diferenciar el pago del peaje en las autopistas urbanas durante
los horarios pico, según la cantidad de ocupantes que lleve cada vehículo.
Fue en el comienzo de la audiencia pública citada por el Ente Regulador
de Servicios Públicos de la Ciudad.
Si bien la consulta no es vinculante y el gobierno porteño podría
aplicar el recargo por más que el resultado sea contrario, el debate
le sirve al saliente titular del Ejecutivo para cobrar algún protagonismo
que le deje algún rédito político de cara al futuro.

La máxima autoridad del ente, Carlos Campolongo, fue crítico hacia
la medida propuesta: “Así como se ha tomado, aisladamente, con bastante
improvisación, resultará inútil a los fines de descongestionar
el tránsito en la Ciudad de Buenos Aires”.

Con un discutible argumento, sostuvo que “los más perjudicados serán
aquellos sectores medios y bajos que deberán recurrir al cautivaje del
transporte público que, para toda el área metropolitana, dista
mucho de la calidad “, sin tener en cuenta que justamente la clase social
que identifica como víctima no es la que está en condiciones de
afrontar el costo del actual peaje, el combustible y la cochera.

La inversión en ampliar la red de subterráneos y la modernización
parcial del autotransporte de pasajeros merced al subsidio que paga el gobierno
nacional a las empresas han mejorado en parte la situación, si bien dista
de ser satisfactoria. Se han desarrollado, paralelamente, servicios de charter
de más de 10 pasajeros que eventualmente cumplen en forma diferencial
los recorridos más demandados desde los distintos puntos del conurbano
y la Capital.

La alta concentración urbana de actividades absorbe cada vez más
recursos, en desmedro de las zonas más despobladas del país, y
en momentos en que se raciona el combustible para las industrias, lo cual significa
en muchos casos suspensiones de personal y reducciones de horarios de trabajo,
la nafta a precio congelado facilita el derroche de energía para comodidad
del usuario que posee automóvil y puede pagar cochera y peaje.

Un encarecimiento del costo para un solo pasajero hasta dejaría la alternativa
de que vecinos que viajan a las mismas horas se pongan de acuerdo para repartir
la carga.

Decisiones prácticas

La iniciativa -dispuesta por el jefe de Gobierno, Jorge Telerman, quien la
defendió argumentando “la imprescindible necesidad de tomar decisiones
prácticas”- dispone para aquellos vehículos que ingresen
con 4 o más ocupantes en horario pico, se establece tarifa cero, tanto
en Autopista Illia (de 8 a 10) como en Autopista 25 de Mayo (de 7 a 10).
En tanto, quienes ingresen con un sólo ocupante por autopista Illia,
el peaje costará $2, mientras que por autopista 25 de Mayo, $4.

Al iniciar el acto, que se realizó en el Teatro Alvear, el director de
Tránsito porteño, Guillermo Yampolsky, destacó que esta
medida “desalienta el uso del vehículo en la ciudad”, y por
ello aseguró que “optimizará el uso del espacio público,
mejorará la movilidad de la ciudadanía y la calidad medio ambiental,
disminuirá el tiempo de viaje y los costos del transporte, y bajará
la demanda de estacionamiento”.

En tanto, el ex subsecretario de Tránsito y Transporte porteño,
Andrés Borthagaray, consideró que la medida “es inconducente”,
porque señaló que “se contradice con los anuncios de más
carriles y obras viales que justamente no desalientan el ingreso de vehículos”.

En la misma línea, Ricardo Lasca, del Comité Nacional de Defensa
de los Usuarios Viales, rechazó la iniciativa por “discriminatoria
e injusta” y dijo que “obliga a alguien a ocupar su vehículos”;
además, propuso “que se premie al que viaja acompañado pero
al que no, se le cobre la tarifa vigente”.

En tanto, la diputada del Frente para la Victoria Beatriz Baltroc remarcó
que “la medida es un parche porque la ciudad no cuenta con un sistema de
transporte público eficaz y moderno”, y consideró que “sólo
con mejoras en el transporte público se desalentará el uso de
vehículos particulares”.

Finalmente, el diputado del ARI Pablo Failde sostuvo que “para cambiar
la cultura del traslado en automóvil hay que dar alternativas que hoy
no existen”, y afirmó que “no hay que aplicar incentivos negativos
sino positivos: al que viene con más ocupantes, se le reduce la tarifa,
no se la aumenta al que viaja solo”.

Autopistas

Las autopistas que sirven de acceso a la Capital son cuatro: Acceso Norte,
Acceso Oeste, Riccheri y Autopista a La Plata. Entre las cuatro facturan, con
los peajes, poco más de 50 millones de pesos al mes. En diciembre de
2006 cobraron peaje a 29,8 millones de vehículos, cerca del doble que
en el mismo mes de 2002, cuatro años antes, cuando recibieron a 16 millones,
según estadísticas del Organo de Control de Redes Viales (OCCOVI),
el organismo encargado de auditar a las concesionarias.

Autopista del Sol, que en 1996 reemplazó a la vieja Panamericana. Ésa
es, sin duda, el emblema del fenómeno. La transitan por mes más
de 12 millones de autos y camiones. En el 2002 eran exactamente la mitad.
Según la Asociación de Concesionarias (ACAME), en el 2006 se vendieron
450.027 autos y se esperan 500 mil nuevos para este año, con lo que se
superaría por primera vez la barrera de 1998, cuando había rozado
el medio millón. La otra razón está en los 550 barrios
privados, en su mayoría nacidos sobre finales de la década del
noventa, que siguen proliferando en el conurbano bonaerense. Y por último,
englobando a las otras, el crecimiento económico, ya en su cuarto año
a un promedio anual del 8,5%, reflejado en el aumento del movimiento de camiones.

En la autopista Buenos Aires-La Plata, el tránsito de camiones en un
solo mes de 2005 -noviembre- fue de 177 mil. El último noviembre, la
cantidad se elevó un 15%, con 209 mil camiones de todo porte.
La empresa Ausur, concesionaria de la autopista Riccheri hacia Ezeiza o Cañuelas,
calcula que el aumento del tránsito seguirá y prevé para
el 2007 un crecimiento de entre el 8 y 9 por ciento. Si no se quedan cortos
y se extiende a los otros trazados, significa que a fin de este año circularán
unos 32,5 millones de vehículos por mes. Eso implicará, en las
horas pico, más de 300 mil vehículos entrando y saliendo de la
Ciudad.

Se está agregando un carril de diez kilómetros en la autopista
a La Plata y se está ampliando el Acceso Oeste para conectarlo con la
autopista de Luján a Mercedes. También se está ampliando
el distribuidor sobre la avenida Huergo que conduce a la autopista a La Plata
y se construyó un distribuidor en esa misma autopista a la altura de
Bernal, para aliviar el tramo más cercano a la Capital, donde suelen
generarse los mayores embotellamientos.
Según el OCCOVI, que depende del Ministerio de Planificación,
está en evaluación la construcción de un cuarto carril
en la General Paz, entre los puentes de Rivadavia y Balbín, uno de los
lugares que hace “cuello de botella” tanto al ingresar por el Acceso
Norte como al hacerlo por el Acceso Oeste.

Nadie abordó el fondo de la cuestión: el subsidio que todo el país
paga por el combustible y por el mejoramiento del transporte urbano, además
del congestionamiento del tránsito.

En general, provocó rechazos la iniciativa del gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires de diferenciar el pago del peaje en las autopistas urbanas durante
los horarios pico, según la cantidad de ocupantes que lleve cada vehículo.
Fue en el comienzo de la audiencia pública citada por el Ente Regulador
de Servicios Públicos de la Ciudad.
Si bien la consulta no es vinculante y el gobierno porteño podría
aplicar el recargo por más que el resultado sea contrario, el debate
le sirve al saliente titular del Ejecutivo para cobrar algún protagonismo
que le deje algún rédito político de cara al futuro.

La máxima autoridad del ente, Carlos Campolongo, fue crítico hacia
la medida propuesta: “Así como se ha tomado, aisladamente, con bastante
improvisación, resultará inútil a los fines de descongestionar
el tránsito en la Ciudad de Buenos Aires”.

Con un discutible argumento, sostuvo que “los más perjudicados serán
aquellos sectores medios y bajos que deberán recurrir al cautivaje del
transporte público que, para toda el área metropolitana, dista
mucho de la calidad “, sin tener en cuenta que justamente la clase social
que identifica como víctima no es la que está en condiciones de
afrontar el costo del actual peaje, el combustible y la cochera.

La inversión en ampliar la red de subterráneos y la modernización
parcial del autotransporte de pasajeros merced al subsidio que paga el gobierno
nacional a las empresas han mejorado en parte la situación, si bien dista
de ser satisfactoria. Se han desarrollado, paralelamente, servicios de charter
de más de 10 pasajeros que eventualmente cumplen en forma diferencial
los recorridos más demandados desde los distintos puntos del conurbano
y la Capital.

La alta concentración urbana de actividades absorbe cada vez más
recursos, en desmedro de las zonas más despobladas del país, y
en momentos en que se raciona el combustible para las industrias, lo cual significa
en muchos casos suspensiones de personal y reducciones de horarios de trabajo,
la nafta a precio congelado facilita el derroche de energía para comodidad
del usuario que posee automóvil y puede pagar cochera y peaje.

Un encarecimiento del costo para un solo pasajero hasta dejaría la alternativa
de que vecinos que viajan a las mismas horas se pongan de acuerdo para repartir
la carga.

Decisiones prácticas

La iniciativa -dispuesta por el jefe de Gobierno, Jorge Telerman, quien la
defendió argumentando “la imprescindible necesidad de tomar decisiones
prácticas”- dispone para aquellos vehículos que ingresen
con 4 o más ocupantes en horario pico, se establece tarifa cero, tanto
en Autopista Illia (de 8 a 10) como en Autopista 25 de Mayo (de 7 a 10).
En tanto, quienes ingresen con un sólo ocupante por autopista Illia,
el peaje costará $2, mientras que por autopista 25 de Mayo, $4.

Al iniciar el acto, que se realizó en el Teatro Alvear, el director de
Tránsito porteño, Guillermo Yampolsky, destacó que esta
medida “desalienta el uso del vehículo en la ciudad”, y por
ello aseguró que “optimizará el uso del espacio público,
mejorará la movilidad de la ciudadanía y la calidad medio ambiental,
disminuirá el tiempo de viaje y los costos del transporte, y bajará
la demanda de estacionamiento”.

En tanto, el ex subsecretario de Tránsito y Transporte porteño,
Andrés Borthagaray, consideró que la medida “es inconducente”,
porque señaló que “se contradice con los anuncios de más
carriles y obras viales que justamente no desalientan el ingreso de vehículos”.

En la misma línea, Ricardo Lasca, del Comité Nacional de Defensa
de los Usuarios Viales, rechazó la iniciativa por “discriminatoria
e injusta” y dijo que “obliga a alguien a ocupar su vehículos”;
además, propuso “que se premie al que viaja acompañado pero
al que no, se le cobre la tarifa vigente”.

En tanto, la diputada del Frente para la Victoria Beatriz Baltroc remarcó
que “la medida es un parche porque la ciudad no cuenta con un sistema de
transporte público eficaz y moderno”, y consideró que “sólo
con mejoras en el transporte público se desalentará el uso de
vehículos particulares”.

Finalmente, el diputado del ARI Pablo Failde sostuvo que “para cambiar
la cultura del traslado en automóvil hay que dar alternativas que hoy
no existen”, y afirmó que “no hay que aplicar incentivos negativos
sino positivos: al que viene con más ocupantes, se le reduce la tarifa,
no se la aumenta al que viaja solo”.

Autopistas

Las autopistas que sirven de acceso a la Capital son cuatro: Acceso Norte,
Acceso Oeste, Riccheri y Autopista a La Plata. Entre las cuatro facturan, con
los peajes, poco más de 50 millones de pesos al mes. En diciembre de
2006 cobraron peaje a 29,8 millones de vehículos, cerca del doble que
en el mismo mes de 2002, cuatro años antes, cuando recibieron a 16 millones,
según estadísticas del Organo de Control de Redes Viales (OCCOVI),
el organismo encargado de auditar a las concesionarias.

Autopista del Sol, que en 1996 reemplazó a la vieja Panamericana. Ésa
es, sin duda, el emblema del fenómeno. La transitan por mes más
de 12 millones de autos y camiones. En el 2002 eran exactamente la mitad.
Según la Asociación de Concesionarias (ACAME), en el 2006 se vendieron
450.027 autos y se esperan 500 mil nuevos para este año, con lo que se
superaría por primera vez la barrera de 1998, cuando había rozado
el medio millón. La otra razón está en los 550 barrios
privados, en su mayoría nacidos sobre finales de la década del
noventa, que siguen proliferando en el conurbano bonaerense. Y por último,
englobando a las otras, el crecimiento económico, ya en su cuarto año
a un promedio anual del 8,5%, reflejado en el aumento del movimiento de camiones.

En la autopista Buenos Aires-La Plata, el tránsito de camiones en un
solo mes de 2005 -noviembre- fue de 177 mil. El último noviembre, la
cantidad se elevó un 15%, con 209 mil camiones de todo porte.
La empresa Ausur, concesionaria de la autopista Riccheri hacia Ezeiza o Cañuelas,
calcula que el aumento del tránsito seguirá y prevé para
el 2007 un crecimiento de entre el 8 y 9 por ciento. Si no se quedan cortos
y se extiende a los otros trazados, significa que a fin de este año circularán
unos 32,5 millones de vehículos por mes. Eso implicará, en las
horas pico, más de 300 mil vehículos entrando y saliendo de la
Ciudad.

Se está agregando un carril de diez kilómetros en la autopista
a La Plata y se está ampliando el Acceso Oeste para conectarlo con la
autopista de Luján a Mercedes. También se está ampliando
el distribuidor sobre la avenida Huergo que conduce a la autopista a La Plata
y se construyó un distribuidor en esa misma autopista a la altura de
Bernal, para aliviar el tramo más cercano a la Capital, donde suelen
generarse los mayores embotellamientos.
Según el OCCOVI, que depende del Ministerio de Planificación,
está en evaluación la construcción de un cuarto carril
en la General Paz, entre los puentes de Rivadavia y Balbín, uno de los
lugares que hace “cuello de botella” tanto al ingresar por el Acceso
Norte como al hacerlo por el Acceso Oeste.

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