<p>La cartilla norteamericana surgió de Bill Clinton, el 28 de enero de 2000, último año del primer milenio (era común) y de su mandato presidencial. Después, George W.Bush olvidó la iniciativa, ocupado en algo tan milenario como el ejercicio de la guerra. Pero la ONU no desistió, aunque con un matiz: sus programas se cifran no en siglos, sino en necesidades urgentes de países pobres y subdesarrollados.<br />
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Pero, mientras las aventuras bélicas de Richard Cheney y Bush subrayaban el eclipse de EE.UU., aun como poder militar, Naciones Unidas demostraba su irrelevancia adoptando el romántico esquema de Clinton. Ahora, Barack Obama parece emular a Bush. En efecto, las iniciativas multilaterales más relevantes –desde las negociaciones árabe-israelíes hasta los problemas norcoreanos e iraní- no pasan por una ONU menos relevante que nunca. La triste suerte de la Organización Mundial de Comercio y su interminable ronda Doha, observa un análisis de <em>Strategic Forecasting</em>, demuestra el punto.<br />
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Por otra parte las nulas conexiones entre dos grupos económicos, los 20 y los 77, con la ONU ponen de manifiesto la inanidad de ésta. Ya durante la guerra fría, entidades como las que han llevado a la Unión Europea nacieron y se desarrollaron por su cuenta. Pese a todo, este mismo año la asamblea general de Naciones Unidas -inflada con islotes que ni se notan en el planisferio- revisará los “resultados” a diez años de lanzada y replantearlos para 2016. Entre ellos, la lucha contra la pobreza.<br />
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¿Cómo era el mundo en 1001? Radicalmente distinto, sin dos continentes en el mapa, América y Australia. En Europa, el imperio Romano-germánico convivía con Francia, Inglaterra y las Españas. Italia era un enjambre de estados chicos, Escandinavia y Rusia era embriones. Bizancio ya luchaba por sobrevivir a embates musulmanes y eslavos. Los poderosos califato de Bagdad e imperio chino lideran al mundo en riquezas, grado de civilización y adelantos de todo tipo. Curiosamente, varios actores de entonces –Francia, España, Gran Bretaña, etc.- han cambiado de papeles, salvo dos: China y Rusia.<br />
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¿Quién tomaría en serio las metas milenarias de la ONU?
Salvo en lo religioso, proponer objetivos para diez siglos es un dislate desmentido por una mirada al mapa. No obstante, las Naciones Unidas y EE.UU. tienen desde hace diez años iniciativas para el lapso 2001/3000, casi ignotas en el mundo real.