El ex director de la DGI Elías Lisicki consideró que “la economía informal argentina ha traído aparejada una fuerte salida de capitales al exterior, los cuales no se sujetaron a tributación”, por un monto de “varias decenas de miles de millones”, según una entrevista difundida en Internet por su sitio, LLAasesores.com.
En este sentido, Lisicki propuso la estructuración de un “blanqueo generoso” que, aunque con un plazo perentorio, permita la reincorporación estos capitales al circuito de la economía formal de la Argentina, con la posibilidad de que puedan ser invertidos en cualquier destino, sujetos al pago de algún gravamen especial, que signifique un incremento de recaudación de forma inmediata, pero “con tasas de nivel razonable”.
Con estas medidas, el ex director de la DGI apunta a obtener la vuelta de un mínimo de 5% a 10% de esos capitales, “que regresarían aunque más no sea por la necesidad de tener que incrementar líneas de capitales que están circulando en la economía formal”.
“Sería una aspiración demasiado ilusoria la de suponer que todos los capitales que salieron del país van a volver” a través de una medida de blanqueo, dijo Lisicki, y aseguró que “para esto se requeriría un cambio más que sustancial en cuanto a la credibilidad”.
Por último, para compensar la inequidad, respecto de la diferencia que existe entre quienes cumplieron con sus obligaciones fiscales, “sería importante pensar en algún sistema de crédito de impuestos –dijo Lisicki– para premiar a quienes demuestren realmente el cumplimiento absoluto de sus obligaciones fiscales en los últimos períodos no prescriptos”.
El ex director de la DGI Elías Lisicki consideró que “la economía informal argentina ha traído aparejada una fuerte salida de capitales al exterior, los cuales no se sujetaron a tributación”, por un monto de “varias decenas de miles de millones”, según una entrevista difundida en Internet por su sitio, LLAasesores.com.
En este sentido, Lisicki propuso la estructuración de un “blanqueo generoso” que, aunque con un plazo perentorio, permita la reincorporación estos capitales al circuito de la economía formal de la Argentina, con la posibilidad de que puedan ser invertidos en cualquier destino, sujetos al pago de algún gravamen especial, que signifique un incremento de recaudación de forma inmediata, pero “con tasas de nivel razonable”.
Con estas medidas, el ex director de la DGI apunta a obtener la vuelta de un mínimo de 5% a 10% de esos capitales, “que regresarían aunque más no sea por la necesidad de tener que incrementar líneas de capitales que están circulando en la economía formal”.
“Sería una aspiración demasiado ilusoria la de suponer que todos los capitales que salieron del país van a volver” a través de una medida de blanqueo, dijo Lisicki, y aseguró que “para esto se requeriría un cambio más que sustancial en cuanto a la credibilidad”.
Por último, para compensar la inequidad, respecto de la diferencia que existe entre quienes cumplieron con sus obligaciones fiscales, “sería importante pensar en algún sistema de crédito de impuestos –dijo Lisicki– para premiar a quienes demuestren realmente el cumplimiento absoluto de sus obligaciones fiscales en los últimos períodos no prescriptos”.