Propiedad residencial: el retroceso más largo desde 1981

Al cumplir 36 meses seguidos en septiembre, el declive inmobiliario es el más persistente en dieciséis años. Ello indica que la clase media norteamericana ya no considera los bienes raíces como reaseguro ni colocación atractiva.

29 octubre, 2007

La proporción de familias dueñas de sus viviendas cayó a 68,1% en julio-septiembre, es decir treinta puntos básicos menos que el 68,3% del trimestre anterior. Así revela la oficina federal de estadística y censos. Esta declinación se inició tras el pico registrado en igual lapso de 2004, por lo cual lleva tres años

En julio-septiembre de 2004, culminaba un decenio de avance alimentado por el descenso de intereses hipotecarios y la demanda de matrimonios jóvenes. “Tener casa propia ha sido una de las mayores fuentes históricas de prosperidad en Estados Unidos. Esto ya no es así y, por tanto, la gente tiene menos dinero para gastar o invertir”, apunta un centro de estudios sobre la vivienda, universidad de Harvard.

Por lo común, los propietarios acumulaban más liquidez que los inquilinos. En 2004, el promedio neto anual era US$ 184.000 entre los primeros, contra apenas cuatro mil entre inquilinos. Estas cifras provienen de la Reserva Federal. La proporción de familias propietarias alcanzaba hace tres años a 64%. Gracias al ascenso de precios nominales, también crecía la masa de riqueza aparente en manos del público. Por ejemplo, en 2004 sumaba US$ 51,6 billones, o sea 88% sobre 1995, y la mitad del alza se debía a bienes raíces.

Dicho de otro modo, ya se gestaba una peligrosa burbuja, impulsada por la aparición de formas más volátiles de crédito inmobiliario. Tanto que, de acuerdo con la RF, 70% del incremento en propiedad residencial deriva de segundas o terceras hipotecas, o sea mecanismos especulativos.

La proporción de familias dueñas de sus viviendas cayó a 68,1% en julio-septiembre, es decir treinta puntos básicos menos que el 68,3% del trimestre anterior. Así revela la oficina federal de estadística y censos. Esta declinación se inició tras el pico registrado en igual lapso de 2004, por lo cual lleva tres años

En julio-septiembre de 2004, culminaba un decenio de avance alimentado por el descenso de intereses hipotecarios y la demanda de matrimonios jóvenes. “Tener casa propia ha sido una de las mayores fuentes históricas de prosperidad en Estados Unidos. Esto ya no es así y, por tanto, la gente tiene menos dinero para gastar o invertir”, apunta un centro de estudios sobre la vivienda, universidad de Harvard.

Por lo común, los propietarios acumulaban más liquidez que los inquilinos. En 2004, el promedio neto anual era US$ 184.000 entre los primeros, contra apenas cuatro mil entre inquilinos. Estas cifras provienen de la Reserva Federal. La proporción de familias propietarias alcanzaba hace tres años a 64%. Gracias al ascenso de precios nominales, también crecía la masa de riqueza aparente en manos del público. Por ejemplo, en 2004 sumaba US$ 51,6 billones, o sea 88% sobre 1995, y la mitad del alza se debía a bienes raíces.

Dicho de otro modo, ya se gestaba una peligrosa burbuja, impulsada por la aparición de formas más volátiles de crédito inmobiliario. Tanto que, de acuerdo con la RF, 70% del incremento en propiedad residencial deriva de segundas o terceras hipotecas, o sea mecanismos especulativos.

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